Agregar a Favoritos | Buscar | Preguntas | Mapa del sitio | Contactar |

INICIO HEMEROTECA CARTELERA LINKS CONTACTO BUSCAR

 

             

 

n° 74

n° 75
n° 76

n° 77

n° 78

n° 79

n° 80

n° 81

n° 82

  

PRINCIPAL
CARTELERA
NÚMEROS ANTERIORES
ÚLTIMO NÚMERO
NOTAS ANTERIORES
EQUIPO
SITIOS VINCULADOS
BS AS SATELITAL
BUSCAR
TU BLOG
COMUNAS

 

 

 

La cooperativa El Ceibo recupera basura, la clasifican y la venden, dándole puestos de trabajo a unos cuantos jóvenes. También trabajan creando objetos de lo que recuperan y en un intento de cerrar el círculo son activos con proyectos de viviendas sociales.

Recuperándonos

La cooperativa El Ceibo situado en el vecino barrio porteño de Palermo un jueves poco antes del mediodía con la idea de interiorizarnos más en ese emprendimiento comunitario. También estaba decidido a acompañar en algún circuito a los recolectores de residuos. Verónica y Jonathan fue la pareja que salía en ese momento así que salimos a dar una vuelta siguiendo un listado. A cinco metros del local, doblando la esquina, el carro pierde una rueda. Así que volvimos y tomamos otro de no sé quien. Las condiciones de ese carro tampoco era de las mejores, una rueda estaba pinchada y las dos ruedas chicas tenían el agujero donde pasa el eje muy agrandado así que esas rueditas tendían a reclinarse. Quien más sufría el estado del carro fue Jonathan de dieciocho años que como decíamos bromeando le servía de ejercicio dado que a él le gusta mucho jugar al fútbol. Me comentó que está terminando la primaria, que vive en Retiro, en la Villa 21 y que llegó a la cooperativa El Ceibo gracias a un psicólogo que en su momento le asignaron porque venía haciendo varias cosas ilegales, como robar, y ya lo habían detenido alguna vez. Hace dos meses que trabaja en la cooperativa y según sus propias palabras “está bien, es tranqui”. Está pensando seguir algún oficio, pero su pasión es, como decía, el fútbol, aunque ahí no se ve como profesional. Su tarea en El Ceibo le deja ciento ochenta pesos por mes.
     Verónica tiene veinte años y hace ya un año y medio que trabaja en la cooperativa. Se viene desde San Miguel. Gana veinte pesos más que su compañero. Me cuenta que está cursando en la secundaria. Ella llevaba la lista y en general era la que más encaraba a los vecinos luego de tocar el timbre. Los recuperadores están trabajando solamente tres días por semana, lunes, jueves y sábados de ocho a tres de la tarde. Luego de los circuitos donde van llevando las gigantescas bolsas al local viene el camión y la suben para enviar todo al centro de acopio.
      Los vecinos que colaboran con el programa separan botellas de plástico, vidrio, cartón, papel para entregarle a los recolectores. En general noté que tiran esos residuos en una bolsa, o en algunos casos un tacho, que los recicladores al vaciarla le devuelven. Desde el punto de vista laboral encarado del modo en que lo encaran, no difiere mucho de otras tareas y se ve a estos jóvenes hacer su tarea con una actitud positiva.

Una vez de vuelta en el local otra chica, Valeria, nos cuenta un poco sobre El Ceibo.
“Se crea la figura de promotor ambiental. Son jóvenes, algunos hijos de cirujas, chicos de casas tomadas, chicos de los barrios. Un requisito es que estudien, los que no están cursando tienen como requisito retomar sus estudios. Recibimos capacitaciones de organizaciones como Conciencia y Móvil Verde que nos enseñaron el tema de la comunicación y con las distintas situaciones con la que nos podíamos llegar a topar al tocarle el timbre al vecino. Cuando empezamos estaba el tema de la inseguridad, época de plena crisis, fue una época donde eso estaba muy marcado, comenzaban a aparecer rejas por todas las casas. Además muchos creían que éramos del gobierno. Así que el primer punto fue identificarnos. Salimos con las pecheras violeta y naranja. Violeta porque simboliza la transformación y naranja el servicio. Luego el logo de El Ceibo y los pinitos que simbolizan la cooperativa.
    ”Con estas organizaciones hicimos simulacros. Así que arrancamos y salimos a tocarle el timbre al vecino explicándole el proyecto social y ambiental. Social porque reinsertamos a la gente en la sociedad. Gente marginal, que tal vez vivía a escondidas, con vergüenza y con poca educación, por falta de oportunidades de estudiar. Así los insertamos al mercado laboral, porque la mayoría no conseguiría trabajo en otro lado.
”Funcionamos como cooperativa. Estamos divididos en promotores, recuperadores, clasificadores que están en el centro de acopio en un galpón en Retiro, Salguero y la autopista Elía. Logramos luego de años de gestión que el ONABE lo cediera.”

Tengo entendido que hay algunos que se dedican a reciclar en objetos de uso o de arte.
“Claro. Ese proyecto lo llamamos Producción Ciruja. Se mudaron a Barracas, pero fue en este local antes. Estamos buscándole una nueva ubicación, aunque siguen produciendo.”

En la vuelta que di con Verónica y Jonathan noté que son pocos los vecinos que están participando.
“Son 120 manzanas, en el radio de Santa Fe, Julián Álvarez, Godoy Cruz y Córdoba. Tenemos 1200 vecinos participando. Tenemos la promoción parada porque si salimos estimamos que cada promotor capta unos veinte, veinticinco, vecinos más y en este momento no tenemos estructura para ampliar. Nos faltan herramientas de trabajo. Ésa es la razón fundamental por la que no tenemos más vecinos participando. Lo bueno de esto es que hace más o menos un mes que firmamos un convenio con el CEAMSE de cogestión donde nos van a hacer llegar herramientas de trabajo.”

¿Me querés contar un poco de los orígenes de El Ceibo?
“Surge de un grupo de cirujas. Ya en el año ´89 venían trabajando con el tema de las casas ocupadas. La mayoría vivían del cirujeo. Cristina Lescano tal vez fue la que más insistió en ese momento en lo favorable de trabajar en grupo. Además se consiguen mejores precios para la posterior venta.
    ”El objetivo principal era ganar dinero como para mejorar la calidad de vida. Primero se trabajó con la recuperación de personas, hubo mucha capacitación. Y mucha contención. Había alcohólicos y drogadictos. Así esa primera etapa se concentraron mucho en recuperar a las personas y capacitarlos para que tomen conciencia ambiental.
”Antes la tarea era ilegal. Después del 2000/2001 se hizo legal poder revolver la basura. Antes no estaba claro de quien era la basura. Macri dijo que los cirujas eran ladrones al llevarse la basura porque la ley lo avalaba. Ahora es diferente. Las recolectoras de residuo no cobran más por kilo, sino que por área limpia.”
   “Somos 43 personas y además 10 personas en el proyecto Producción Ciruja. Además trabajamos con mucha más gente con el tema de vivienda. El lunes 2 se realizó en Ciudad Universitaria jornadas en torno al Día de Mundial del Habitat. Hoy por hoy la problemática de vivienda ya no es solo un problema de los sectores más vulnerables y pobres sino también de la clase media. Se está buscando en este momento sacar leyes nacionales para que la gente pueda tener vivienda.”

Rafael Sabini

Revista El Abasto, n° 82, noviembre 2006.


 



 

Mercado de Abasto Proveedor
Barrio de tango
Carlos Gardel desde el Abasto
Campeones; boxeo en el Abasto

Luca Prodan, el pelado del Abasto

II Concurso Literario, Pecados Capitales

 

 

Copyright www.revistaelabasto.com.ar - Mientras mencione la fuente permitimos su reproducción,