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La escuela en la que enseñaba Carlos Fuentealba lleva su nombre


Al cumplirse cinco meses de su asesinato a manos de la policía de Jorge Sobisch, la comunidad educativa de la escuela CPEM 69 de la zona oeste de la capital neuquina decidió que el establecimiento lleve el nombre de Carlos Fuentealba. El docente, que daba clases allí, fue recordado por su esposa, sus compañeros y los alumnos.
     Era como una pequeña procesión: decenas de personas atravesaban los nubarrones de viento y arena, salían de sus casas de Cuenca 15, algunas de ladrillo, otras muy precarias, y se sumaban a vecinos y alumnos que se encontraron en el CPEM 69, que desde ayer también se llama "Carlos Fuentealba".
     Fue ayer al cumplirse el quinto mes desde la represión de Arroyito, donde el docente fue herido de muerte en medio de una represión policial durante un corte de rutas.
     El acto comenzó cerca de las 11, cuando unos 40 abanderados de toda la capital se apostaron en el patio de la escuela en un semicírculo. El predio quedó teñido de celeste y blanco.
      Había familiares, integrantes del gremio ATEN, los obreros de la ex cerámica Zanon, y representantes de organismos defensores de los derechos humanos y agrupaciones políticas.
      Llegaron decenas de adhesiones de todo el país, que un locutor leyó por encima de una música muy melancólica pero con un mensaje esperanzador. La voz era la de León Gieco.
      Al promediar el acto, siete alumnos salieron desde el interior de la escuela con cartulinas en sus manos. Se pararon en medio de la ronda de abanderados dispuesta en el patio de la escuela: formaron la palabra "justicia", gritaron el nombre del docente y todos los que concurrieron dijeron "presente".
      Luego, en la parte posterior del establecimiento, las autoridades de la escuela invitaron a la viuda, Sandra Rodríguez, a descubrir el cartel con el nombre de su esposo en letras de hierro.
Más tarde, en los pasillos del establecimiento, la compañera de Fuentealba lloró, pero tuvo la entereza suficiente para decir lo que sentía.
      “Esto es sumamente emocionante, todos saben lo que Carlos quería esta escuela. Esto se ve en la convocatoria del acto, la mayoría de los alumnos saben el valor que tiene un maestro", dijo Rodríguez.
      En otro tramo de sus palabras, expresó: "Voy a seguir pidiendo la renuncia del gobernador; si él dijo que era responsable por los hechos del 4 de abril, debe ponerse en manos de la Justicia, y lo mismo corre para los que estuvieron en el operativo".
Los docentes, alumnos y vecinos también recordaron el paso de Carlos por el establecimiento.
      "Siempre nos contaba cómo había hecho él: que había sido albañil, que estudiando se puede progresar. No se ponía tanto en profesor. Nos enseñaba, pero nos hablaba casi como un amigo. Ese es el recuerdo más lindo que nos queda", dijo Rodrigo, que lo tuvo en Física de tercer año, en el 2006.
      Para uno de los preceptores, Gustavo Arderiu, Carlos era "un compañero de lucha. Lo seguimos extrañando. Él es en sí mismo la definición de la palabra compañero. Es difícil entrar a la escuela y que no esté".


Agencia Walsh. Fuente: diario Río Negro.
Neuquén, 5 de septiembre.


 
 


 

 

 

 

 

 

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