Ícono
del Bicentenario
En el shopping
Abasto uno puede
ver los doce proyectos
finalistas para
constituirse en ícono
de la ciudad ante el Bicentenario.
Así, al igual que
con las elecciones, no hay
preguntas sobre el juego,
sino que te presentan el
“color de la ficha”
a la que uno apuesta. Acá,
en el shopping,
podés votar el que
más te guste.
El
concurso implica presentar
un ícono que identifique
a la ciudad de cara al Bicentenario.
Éste sería
emplazado en una dársena
de la costa. Ahora hay doce
finalistas del concurso
que según dice La
Nación fue organizado
por la empresa IRSA, lo
que explica por qué
estos proyectos finalistas
están expuestos en
la Plaza del Zorzal, dentro
del shopping Abasto,
esperando a que la gente
vote su favorito. El jurado
para llegar a estos doce,
dice el mismo diario fue
integrado, entre otros,
por la presidenta Cristina
Fernández; el jefe
de gobierno porteño,
Mauricio Macri; el presidente
de IRSA, Eduardo Elsztain,
y los arquitectos Mario
Roberto Alvarez y Rodolfo
Machado.
Lo
que no dicen es si el dinero
para realizar la obra saldrá
de las arcas de IRSA o si
sale del dinero de todos,
o sea, de las arcas de la
Nación (y acá
no precisamente el diario
con ese nombre). Porque
si nos preocupamos
por un nuevo ícono
tan costoso -cuando podría
bastar con filetear al Obelisco
y en cambio invertir ese
dinero inyectándolo
en los sectores medios y
más necesitados-
creo que estamos cerca del
delirio del Tren Bala: seguimos
proyectando una sociedad
injusta y por ende insegura.
Además, si es por
un homenaje aún más
llamativo para el Bicentenario,
me quedo con la propuesta
de un nuevo parque, o un
par, porque acá faltan
espacios verdes. Y hay donde
emplazarlos.
De
todos modos, esto parece
estar encaminado. Y si bien
el voto que emita el público
no es vinculante, puede
llegar a influenciar al
jurado que sí dará
su veredecito final.
Por ahora,
cuando la encuesta llevaba
1200 votos, parece que el
Faro de Agua
(20 anillos de acero conforman
una torre de 100 metros
que impulsa agua constantemente)
y El Museo (edificio
para museo apaisado que
prácticamente no
toca el terreno) eran los
que llevaban la delantera.
Las
diez restantes propuestas
son Placas
(dos placas transparentes
con un paseo interno y un
punto panorámico,
parque lineal, puentes y
una rambla); Mirador
Torre del Bicentenario
(200 m y cápsulas
destinadas a transportar
visitantes en sentido vertical);
El Corazón
(un monumento de diez metros
que proyecta imágenes
de los visitantes que se
paren delante de los cubos
diseminados sobre la explanada);
Agujas
(144 agujas gigantes que
conforman un cuadrado);
Puerta del Plata
(edificio con forma triangular
que reflejará la
ciudad); Edificio Digital
(proyecta imágenes
de nuestra historia); Paseo
Aéreo (50
torres de 60 m de altura
que se conectan a través
de un monorriel aéreo
de 5 km de largo); Diamante
(un edificio de 140 m destinado
a actividades culturales);
Marco (una
ventana gigante que simboliza
una nueva apertura del país
al mundo); Puente
(que uniría el terreno
con Puerto Madero en un
puente parquizado).
Hay
que admitir que son proyectos
llamativos. Y la muestra
está bien montada.
Lo que más me llamó
la atención fue una
gran maqueta de esa parte
de la ciudad que a su vez
está como imagen
en el piso.
U.K.
Las
doce imágenes en
La Nación on line
Buenos
Aires, 2 de octubre de 2008