Por
ley: un año sin desmontes
Imagen de Indymedia.
Según informan en
Indymedia, la posible
aprobación de la
Ley de Bosques en el Senado
aceleró los tiempos
del gobierno provincial,
y el sector privado, que
¡en octubre autorizó
desmontar más hectáreas
que en todo 2005! La norma
que se sancionó en
la Cámara de Diputados
impone una moratoria de
un año a los desmontes
para que las provincias
realicen un ordenamiento
territorial.
La
Cámara de Diputados
convirtió anoche
en ley el proyecto de presupuestos
mínimos ambientales
para la protección
de los bosques nativos.
La iniciativa, que había
sido aprobada con modificaciones
la semana última
por el Senado, establece
la suspensión por
un año de la tala
indiscriminada de bosques
en todo el país.
El proyecto fue sancionado
por 134 votos a favor y
ninguno en contra y contó
con la aprobación
de diputados kirchneristas,
de ARI y de bloques de centroizquierda.
El
proyecto original, presentado
en mayo pasado por el diputado
Miguel Bonasso y apoyado
por la secretaria de Medio
Ambiente, Romina Picolotti,
fija obligaciones elementales
para los estados provinciales
en lo que hace a la defensa
de los bosques nativos en
cada territorio provincial.
"En
los últimos setenta
años perdimos el
70 por ciento de nuestros
bosques nativos. Paremos
un ecocidio", fue la
consigna repetida por Bonasso
y las organizaciones de
defensa del medio ambiente
que respaldaron su iniciativa.
Y la preocupación
no es para menos dado que
cada año desaparecen
unas 300.000 hectáreas
de bosques nativos.
El
proyecto aprobado anoche
establece la suspensión
inmediata de la tala indiscriminada
de bosques por un plazo
de un año en todo
el país. Durante
ese lapso, cada tala deberá
ser autorizada por la autoridad
competente, previo estudio
de impacto ambiental. Quedarán
exceptuadas de la prohibición
de talar árboles
aquellas propiedades de
hasta 10 hectáreas
en manos de pequeños
productores y comunidades
aborígenes.
Según
Jaime Rosemberg de La
Nación “el
proyecto se reflotó
(inesperadamente) gracias
a las compensaciones ofrecidas
a los legisladores de las
provincias que resistían
la norma.” Personalmente
querría pensar, tal
vez pecando de ingenuo,
que la presión de
todos los organismos ambientalistas
han aportado a que se apruebe
la norma.
U.K.
Buenos Aires, jueves 29
de noviembre de 2007