Entrevista
a Mario Levenson,
de Mario Bravo y Tucumán,
macrobiótico. Aunque
su escuela prefiere denominar
su línea: “autoeducación
vitalicia”.
Reeducación
de los hábitos
Llegamos junto con P.C. al
vecino macrobiótico
Mario Levenson recomendado
por Jose Luis Troia, el molinero
orgánico que vive en
el kilómetro 125. El
espacio es cálido y
hay un hall de entrada, una
especie de comedor grande
y un almacén. Detrás
está su vivienda. No
pasó mucho más
que una rápida presentación
para que Mario Levenson nos
cuente sobre lo suyo: “Esta
educación de esencia
macrobiótica es superpoderosa.
Lamentablemente, la macrobiótica
se ha transformado en un negocio.
”Lo que nosotros transmitimos
es una reeducación
de los hábitos, para
cualquier persona, en cualquier
lugar, bajo cualquier circunstancia.
De un modo muy económico
porque tiene que ver con cuestiones
fundamentales -masticación,
salivación, movimiento-
y transformar pensamiento,
sentimiento y voluntad. A
través de lo que comés,
de lo que pensás y
de lo que sentís. Esto
al común de la gente
no le interesa. El común
de la gente lo que quiere
es algo milagroso. Tenga lo
que tuviere. Aunque tenga
un problema serio se conforma
con la pastillita que le da
el médico.
”Las terapias alternativas
muestran otra variante al
momento de curar pero generalmente
no hacen que la persona transforme
el motivo principal por el
que se enfermó. Que
son sus hábitos.”
R.S.
¿Ésa
es la base de la macrobiótica?
M.L. “Era la base de
la macrobiótica. Ahora
la macrobiótica se
ha transformado en negocios
infernales, supermercados
y punto. Todo tiene dos partes.
La macrobiótica se
basa en leyes universales
que conocieron los orientales
ancestralmente. Oshawa las
hizo accesibles a Occidente.
Y él tuvo muchos discípulos.
Dentro de los más importantes
está Mitchio Kushi
que fue a Boston, en Estados
Unidos y Tomio Kikuchi a San
Pablo, Brasil, que es a quien
representamos acá.
Él revisó toda
la enseñanza y el movimiento
de Oshawa. Porque todo lo
original se ha degenerado,
principalmente por el consumismo.
Logró rescatar lo original
de la macrobiótica
y generar una forma educativa
que es superpotente que denominó
autoeducación vitalicia.
Que quiere decir una educación
para toda la vida, ya desde
antes de nacer los padres
preparándose para tener
los hijos física, mental
y sentimentalmente, hasta
la muerte normal. Algunos
me han dicho «¿y
por vivir unos años
más, tanto esfuerzo?».
Pero no se trata de vivir
unos años más
o unos años menos.
Se trata de mejorar la calidad
de vida. Vivir más
consciente, más sensible.
La realidad es que al llegar
a cierta edad casi todos llegan
enfermos.”
P.C.
Claro… ¿Pero
no es una causa casi lógica
que los años aporten
enfermedad?
M.L. “No. Al contrario.
El ser humano cada vez tiene
que estar más potente.
El profesor Tomio Kikuchi
es un ejemplo viviente. Pero
no es un maestro de esos extraordinarios
que están allá
arriba, es una persona, japonés,
con una admirable capacidad
de acción y tiene ochenta
años de los cuales
lleva cincuenta en San Pablo.
Vivió la Segunda Guerra
Mundial como soldado japonés,
escapando, con tiros de ametralladora
en las piernas, y tiene una
vitalidad impresionante. Él
demuestra que una persona
más grande es más
sabia. Pero hoy por hoy, la
mayoría de los viejos,
ya no son ni escuchados. Porque
no tienen ni capacidad de
transmisión de la palabra.
Esta enseñanza procura
que se potencien las dos condiciones
biológicas: en la mujer
su condición femenina
y en el hombre su condición
masculina. La condición
masculina principal es la
palabra y es lo que se está
perdiendo.”
P.C.
¿Cómo se enseña
esta educación?
M.L. “Nosotros tratamos
acá de retransmitir
lo que la institución
de San Pablo sabe. Realizamos
seminarios, encuentros.
”Hacemos hincapié
en la metáfora de la
palanca. Nosotros somos una
palanca viva. Hay que usar
los principios de la palanca.
La parte oculta es la principal.
Todo lo que uno hace para
sí mismo es lo más
genuino. El sistema nos vende
lo contrario. La imagen. Fijate
vos, uno puede encontrar una
persona de cierta edad, entra
a la habitación forrada
de títulos, eso es
lo externo. Pero después
si uno pudiera seguirlo al
inodoro tal vez notara que
no puede ir bien de cuerpo,
o tiene graves problemas conyugales.
Lo importante es que uno internamente
esté bien. Si uno internamente
logró muchas cosas
posiblemente eso se transmita
externamente.
”Hacer
hincapié en la parte
interna: para cualquier persona,
en cualquier lugar, bajo cualquier
circunstancia, y que sea económico.
Masticar, salivar, respirar,
leer y hacer ejercicio. Y
el ejercicio que recomendamos
es gratuito, es una gimnasia,
que se llama ritmo, práctica
que la puede hacer cualquier
persona de cualquier edad
o problema que tenga, en cualquier
circunstancia, en cualquier
lugar. Si algo es caro, desconfiá.
Ojo, tampoco es gratuito porque
todo tiene un valor. Además
cuando algo cuesta se valora
más. Así que
andá relacionando porqué
no tenemos cartel.”
P.C.
Bueno, pero un cartel
sirve para divulgarlo.
M.L. “Pero igual se
divulga. Tampoco es algo para
todo el mundo. No porque no
tengan derecho, sino porque
no les interesa. Es un filtro.
Estaría recibiendo
mucha más gente y todo
el tiempo contestando cosas
como de alguien buscando alguna
pastillita que vio en la televisión.
No es que no necesitemos que
la gente entre, pero es bueno
también como es hoy,
que los que llegan ya sepan
más o menos de qué
se trata así sea por
haber leído algo o
por alguna recomendación.
Estamos hace diez años
acá en Tucumán
3622 [horarios de 10 a 13
y de 16 a 20 hs.].”
R.S.
¿Hay muchos centros
como éste de la escuela
de San Pablo?
M.L. “No, en Argentina,
o más bien en Buenos
Aires, estamos nosotros porque
creo que hay uno en Córdoba”.
RS.
¿Querés
comentar qué tipo de
alimentación promueven?
M.L. “Si te referís
a la alimentación bucal,
material, recomendamos cereales,
verduras y legumbres. Eliminamos
mitos peligrosos como los
lácteos. No por una
cuestión sentimental
sino práctica. El ser
humano es el único
ser que siendo adulto consume
leche. El calcio que da la
leche de la vaca está
para alimentar un ternero
que aumenta doscientas veces
el peso y no desarrolla mentalidad.
Hoy la medicina cada dos por
tres dice que alguien tiene
osteoporosis porque le falta
calcio. Eso podrá ser
válido en algún
lugar pobre del conurbano,
pero acá en general
la gente consume lácteos
por demás. Y sin embargo,
la osteoporosis es una enfermedad
común que proviene
de una mala alimentación:
irritar mucho la parte intestinal
y perder la capacidad de asimilar
los nutrientes.”
PC.
¿Y con qué
se puede suplantar el lácteo?
M.L. “¿Y por
qué suplantar? No es
un alimento para nosotros.
Hay muchos otros alimentos
que obviamos. Por ejemplo,
la soja como alimento es terrorífica.”
RS.
La soja descalcifica.
Y ahora que es transgénica…
M.L. “Dejando de lado
eso. Y es verdad que descalcifica.
La soja buena es la que tiene
transmutada la proteína
en forma de tofu, tempeh,
miso, o salsa de soja que
es lo que no se consigue fácilmente.
Después, descartamos
la azúcar de todo tipo,
las golosinas que son terribles.
Obviamos todo lo refinado:
todo integral.
”La
medicina presta atención
al problema. Por ejemplo,
habla de la conversión
de la sangre en la médula
y la sangre realmente -fue
determinado y demostrado-
se forma en la vellosidad
de los intestinos. Uno transforma
lo que come y puede transformar
su calidad sanguínea.
No es milagroso, pero se logran
cambios. Pero no queremos
vender esto como algo milagroso.
”Cualquier
persona que deje de comer
tres o cuatro cosas que hacen
daño en una semana
va a estar mucho mejor.
”El
gran problema que está
viviendo la sociedad y el
planeta en este momento es
la transformación de
la diosa que es la mujer.
Hablo de diosa porque es la
mujer la que puede dar vida.
Ella está ocupando
un lugar vacío que
dejó el hombre. No
se trata de que la mujer esté
logrando la liberación
femenina y esté ocupando
lo que le corresponde, superando
la opresión y los maltratos.
La cuestión principal
es que la mujer está
perdiendo el eje que es la
cocina. No el estar las 24
hs. fregando y cocinando,
sino la tarea de preparar
el alimento. La verdadera
medicina es femenina. Hoy
predomina la medicina machista
y es terrible. Una mujer cae
ahí y el hombre la
secciona, le saca los pechos,
los ovarios, la vacía.
Entre los problemas más
comunes hoy en día
están las enfermedades
de ovarios. La mujer está
perdiendo condiciones procreativas.
Nadie se preocupa porque hay
transplantes, inseminación
artificial, pero yo creo que
eso dice mucho sobre esta
humanidad. La mujer ya no
tiene leche, no puede amamantar,
tiene los hijos por cesárea.
Es un problema serio.
”La
macrobiótica tuvo su
auge y decayó luego
de algunos problemas con algún
famoso. Lo que pasa es que
a lo alternativo se lo juzga
más duro. Si a vos
te internan en la Suizo-Argentina
y te morís no pasa
nada. Pero andá a morir
fuera de los cánones
tradicionales; es gravísimo.”
R.S. y
P.C.
Revista
El Abasto, n° 81,
octubre 2006.
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