Entrevista
a Mario Bruno,
editor del medio vecinal
Nuevo Ciclo,
así como su homónimo
digital
Los gloriosos
noventa

Mario Bruno es uno de los
editores de medios vecinales
que está hace más
años, porque su Nuevo
Ciclo sale hace casi
dos décadas. Si bien
hoy no está en su
mejor momento de expansión
económica -que fueron
los noventa- cuenta que
el peor momento fue la devaluación
del 2002 que prácticamente
lo quebró. Tal vez
su pasión haya amainado
un poco en todos estos años,
sin embargo, cuando entra
a recordar aquellos momentos
de expansión, o sus
comienzos sin computadoras,
algo sucede en él
porque pareciera volver
a revivir esa llama que
exige la lucha diaria.
Desde
Nuevo Ciclo también
han editado algunos libros
y cuenta que ahora quieren
publicar el suplemento cultural
de Boedo: “donde hay
más de seiscientas
páginas, sin publicidad,
con toda la historia de
Boedo”. Mario Bruno
además es el diseñador
del sitio colectivo de la
Red Medios Barriales.
Contame
un poco cómo fue
que te metiste en este rubro…
“Comencé a
laburar a los quince años
en dos revistas como cadete.
Me gustaba mucho el diseño
y logré quedar como
diseñador fijo en
la revista Verticalidad
y Confidencial donde trabajé
unos dos años. Después
empecé a trabajar
en una agencia de publicidad,
ya como diseñador
gráfico, y tuve la
posibilidad de conocer gente
en Clarín y empecé
a trabajar en Clarín
en el suplemento de Empresas
y Protagonistas. Ahí
conseguía la publicidad
y diagramaba esa parte.
Estuve tres años
aproximadamente. En el ´87
quise editar un medio propio,
en mi barrio, y le puse
Boedo en acción.
Y la verdad es que tuvo
mucho éxito en el
barrio, en aquel momento
no había ningún
medio en Boedo. Lo saqué
tres, cuatro meses y noté
que había gente de
otros barrios que llamaban
para anunciar y sentí
que había que poder
agrandar la zona. Por eso
le cambié el nombre
a Nuevo Ciclo que comenzó
a salir en el ´88
y comenzó a crecer
cada vez más, siempre
editando un suplemento cultural
de Boedo, porque en realidad
el periódico siempre
enfocó a Boedo, aunque
llegaba a los barrios de
sus alrededores, Almagro,
Caballito, San Cristóbal...
Y en su mejor momento el
periódico llegó
a tener 64 páginas
con más de 500 clientes.”
¿Y
ahora si comparás
con otros momentos cómo
la ves?
“Los momentos son
totalmente distintos. Antes
la gente te llamaba más
para publicar y para escribir.
Hoy en día me cuesta
más cobrar las publicidades.
A veces pasa que ponés
una aviso y te encontrás
que a la semana el comercio
está cerrado. Que
no existe más. Hay
gente que abre, están
diez días, o dos
meses, se fijan qué
pasa y cuando ven que nos
les va bien, cierran.”
¿Y
la parte periodística
como la llevás?
“Yo comencé
escribiendo mucho. Hoy tenemos
un director periodístico
que es el Lic. Aníbal
Lomba, presidente de la
Junta de Boedo que edita
todas las notas. No solo
las mías, sino también
las de los columnistas.
Las notas que no tienen
buen sentido periodístico
las trata de arreglar y
de ser necesario le explica
a la persona que escribió
para que sepa cual es la
línea que nosotros
seguimos.”
Contáme
de tus comienzos y la tecnología
que en ese entonces se usaba
“Cuando comencé
los textos los escribíamos
a mano y los pegaba y los
títulos eran con
Letraset, unos calcos. En
aquella época las
computadoras era muy escasas
y los tenían muy
pocos -como el Dr. Besanson
del Cid- y eran unas simples
procesadoras de textos.
Y se pegaba a través
de galeras. O sea, los diseños
y la estética que
uno buscaba se hacía
a mano, con un Rotring.
Era un laburo terrible.
En el ´91 cuando apareció
la primera Macintosh se
hizo todo más fácil.
Esa tecnología más
moderna te daba mucha más
posibilidades de hacer lo
que uno quería. Con
la nueva tecnología
se podía diagramar
un poco más, elegir
algo de tipografías
y luego se imprimía
en una láser. Ahí
la diagramación y
el diseño pasó
de tomarnos seis, siete
días a unos tres
días.”
¿Alguna
alegría que recuerdes?
“Por el periódico
pasaron muchos famosos y
conocidos. Antes teníamos
un local a la calle en Boedo
y por ahí pasaba
mucha gente. Incluso con
algunos hicimos amistad.
Teníamos el dibujante
Don Nicola, Héctor
Torino, que era muy conocido.
Trabajó para muchos
medios. Le hicimos reportajes
a un montón de conocidos:
Fito Páez, León
Gieco, Charly García,
Andrés Calamaro…
Eran momentos muy lindos
que vivíamos con
el periódico. Y eran
otras épocas también...
otros años.”
¿En
qué se diferencia
un medio barrial de uno
masivo? ¿Qué
puede encontrar un lector
en Nuevo Ciclo que no va
encontrar en Clarín?
“Y Nuevo Ciclo
es un medio al que puede
acceder todo tipo de gente:
lo más importante
es que es gratuito. O sea
que todo el mundo que quiera
lo puede tener en su poder.
Y respecto a la parte periodística
hay diferencia. Por ejemplo,
en los medios grandes no
se publica la historia de
los barrios como lo hacemos
los medios barriales. Eso
le interesa mucho al lector,
y en especial a los estudiantes.
Acá venían
y vienen muchos jóvenes
a buscar el periódico
por la historia que les
costaba conseguir en otros
lados.”
¿Con
la redacción de Nuevo
Ciclo digital hay alguna
diferencia o se maneja igual?
“Se maneja del mismo
modo, también con
Lomba. La diferencia es
que en la versión
digital tenemos más
alcance y nos escribe gente
de todas partes del mundo,
de España o de Estados
Unidos, gente que vivió
en Boedo, gente que recuerda
al barrio, o que mandan
anécdotas o notas
para publicar. Les trae
lindos recuerdos.”
Rafael
Sabini
Revista El Abasto,
n° 89, julio, 2007.