Nos
pintan dos bandos
La presidenta Cristina Fernández
dará esta tarde un
nuevo discurso. Es de esperar
que se calmen los ánimos
y se logre un diálogo,
luego de dos semanas de
paros en las rutas por el
conflicto con el agro y
dos noches de cacerolazos
y encontronazos en el centro
porteño.
El
paro agropecuario expresa
el agotamiento de la política
de devaluación monetaria
y del modo en que hace su
intervencionismo el gobierno,
que en definitiva es en
beneficio de la burguesía
nacional y de acumulamiento
en las arcas del estado.
La lucha es por el reparto
de la renta económica
entre diversos sectores,
pero como siempre las consecuencias
las paga el trabajador.
Maquiavélicamente
la presidenta en su discurso
el otro día apuntó
a que el “piquete
de la abundancia”
representaba a la burguesía
nacional y a los defensores
del golpe y tuvo a su lado
a los “descamisados”
para defenderla, o al menos
defender la Plaza de Mayo.
Sin
embargo, el otro bando tampoco
termina de cerrar, al menos
luego de que la Federación
Agraria Argentina e incluso
muchos chacareros autoconvocados
han desvirtuado el carácter
independiente de su lucha
al aliarse a la Sociedad
Rural y a los agrofinancieros.
No
sé si éste
es el derrumbe de la política
económica oficial,
pero no cabe dudas en que
el sistema capitalista una
vez más vuelve a
mostrar sus falencias, al
igual que estas estabilidades
de cambio forzadas con su
fijación al dólar.
Indudablemente
la salida a este derrumbe
no pasa por tomar partido
por cuál sector capitalista
gana más,
sino tal vez sea hora de
impulsar la nacionalización
y colonización de
los grandes latifundios.
Porque no solo en Brasil
hay gente “sin tierra”.
E insisto, no es
cuestión de elegir
bando: piquete
blanco o piquete negro.
Tal vez simplemente sea
momentos de cambios importantes.
Bienvenidos si son para
beneficio de la mayoría
de los habitantes de este
suelo.
U.K.
Buenos Aires, 27 de marzo
de 2008