Norberto
Lerman, VII dan
de Taekwon-do, director
de la Escuela Superior
de Taekwondo Independiente
(ESTI). Su enseñanza
se basa en el taekwondo
moderno combinado con los
antiguos métodos
de entrenamiento.
40
años de práctica
constante de taekwon-do
¿Cómo explica
que la práctica de
un arte marcial no engendre
más violencia? Porque
desde el momento que uno
practica golpes, patadas,
tomas y acciones que pueden
lastimar parecería
que uno practica la violencia...
“La violencia viene
aparejada con cualquier
actividad, también
puede venir aparejada a
un arte marcial. Toda persona
nace con un instinto del
bien y otro del mal, eso
es natural, es la esencia
del ser humano. Hay profesores
violentos que pueden llegar
a transmitir el área
violenta que un arte marcial
puede desarrollar. Es verdad
que se creó para
enfrentar enemigos humanos
o animales en otras épocas;
en tiempos modernos pienso
que la idea es sublimar
esa intención en
otro tipo de búsqueda.”
¿Y
a qué otra búsqueda
se refiere?
“Combatir contra uno
mismo. El mal que tenemos
dentro de nosotros mismos.
El arte marcial debe utilizarse
para combatir la parte mala
que tenemos, la parte negativa,
la que no nos sirve; la
que nos tira a la depresión,
a no crecer. Porque hay
una tendencia natural que
tenemos a boicotearnos.
Esto se trabaja a través
de técnicas que originalmente
se crearon para combatir,
que eventualmente también
se pueden usar para defenderse.
Hoy en día la sociedad
nos trae muchos peligros
y si uno debe defender su
propia vida, o la de algún
otro, conviene hacerlo en
forma eficiente. Pero como
ya vemos en el significado
de karatedo -un arte marcial
que podríamos decir
es el hermano mayor del
taekwondo- “el camino
de la mano vacía”.
El vacío de intenciones
en la técnica. La
búsqueda, la intención
la pone uno. Una mano puede
servir para destruir o para
construir, eso depende de
la intencionalidad de cada
uno. De ahí la palabra
“Do” en las
artes marciales.
”
El chiste es que la violencia
también está
en el fútbol, en
la televisión, en
los programas chabacanos
donde agreden a los chicos
con erotismo.
”
Está en el profesor
o encargado y responsable
de quien da la clase transmitir
lo que transmita. Desde
el momento que yo me paro
frente a una clase sé
que le puedo dar un aspecto
de violencia, de paz, de
diversión o de tensión.
Depende de los líderes.
Puede haber en mi clase
un alumno violento por su
naturaleza básica,
su familia, su crianza o
su genética: en mi
clase, si bien no lo puedo
garantizar, es muy probable
que con el tiempo ese grado
de violencia se mitigue.
”Pero
el taekwondo es una parte
en el crecimiento personal.
Está la parte de
la familia, la terapia,
el taekwondo no soluciona
todos los problemas. Puede
ayudar, pero el ser humano
es un ser multifacético
donde intervienen para el
crecimiento muchos factores.
Yo soy defensor de la psicoterapia,
por supuesto sana y bien
hecha. Combinada con un
buen arte marcial dirigida
por un maestro inteligente
puede llegar a hacer que
la persona madure, logre
aplomo, autocontrol, seguridad
en sí mismo.”
El
TKD, fundado por Choi Hong
Hi, se ha ido desarrollando
y dividiendo. Hay hoy tendencias
que son muy deportivas como
la WTF. ¿Éstas
se alejan de estos principios,
de esta ética, o
es otra búsqueda?
“El general Choi Hong
Hi, sistematizó lo
que eran las antiguas artes
marciales, coreanas, con
algunos toques de karate.
Él en un principio
hacía karate y TKD,
incluso a eso se le decía
karate coreano. Estilo Chong
Han. La intención
del gran maestro fue darle
un arte marcial a Corea,
o sea un arte marcial propio
como un himno, como un escudo.
Y esto, originalmente, se
practicaba como un arte
marcial, con búsquedas
profundas. Pero al llegar
a Occidente, y dado que
muchos occidentales tenían
otro tipo de formación,
tanto moral como intelectual,
le vieron la veta del negocio,
eso fue inevitable; y la
popularidad que tuvo el
TKD no quedó ajena
a esto, y la gente lo quiso
explotar como un buen negocio.
Y el mejor negocio es acortar
los caminos en los aspectos
marciales y hacer resaltar
los aspectos deportivos,
sacar el “do”
para llegar a ser “taekwon”.
Yo te lo cuento en forma
sintética, pero es
mucho más largo.
”Lamentablemente,
con el correr de los años
se ha perdido la búsqueda
original de sus creadores,
no solo la del general,
sino la de maestros más
antiguos y se le ha dado
un simple aspecto deportivo
en donde los torneos han
invadido los espacios. Los
defensores del arte marcial,
del camino difícil,
de la búsqueda profunda
han quedado un poquito al
costado. La historia va
a decidir quién realmente
está en lo cierto;
desde que hay dos personas
diferentes va a ver dos
criterios diferentes.
”Mis
alumnos siempre fueron entrenados
por mí en forma muy
marcial, prácticamente
en las clases nunca se habló
de torneos y sin embargo
hemos participado en muchos
torneos con resultados muy
buenos. Una buena práctica
basada en la lógica,
en un criterio serio, marcial,
en donde se pongan de manifiesto
los aspectos más
profundos del arte, pueden
llevar a un estudiante a
ser un buen torneísta,
un buen docente, una buena
persona, un buen guerrero;
o sea, no hay que desvirtuar
la práctica para
lograr el objetivo deseado.”
Ahora
su escuela esta resurgiendo.
Históricamente su
escuela llegó a tener
muchos alumnos, deportivamente,
¿cómo le iba
a nivel competitivo?
“Y, en esa época
se dio un fenómeno
muy interesante que es el
que yo defiendo hoy en día.
Mis alumnos de ese entonces
eran entrenados por mí
en forma muy marcial, prácticamente
en las clases nunca se habló
de torneos y sin embargo
hemos participado en muchos
con resultados muy buenos,
desde ya grandes campeones
y líderes que hoy
en día están
dirigiendo el TKD a nivel
nacional e internacional
egresaron de mi escuela.
Una buena práctica
basada en la lógica,
en un criterio serio, marcial,
en donde se pongan de manifiesto
los aspectos más
profundos del arte, pueden
llevar a un estudiante a
ser un buen torneista, un
buen docente, una buena
persona, un buen guerrero;
o sea, no hay que desvirtuar
la práctica para
lograr el objetivo deseado.”
”Podemos practicar
durante todo el año
con los criterios marciales,
con los programas más
sofisticados del TKD, y
dedicarle un mes o quince
días a un entrenamiento
deportivo y el logro va
a ser notable.”
¿Quiere
contar que pasó con
su escuela?, tenía
cientos de alumnos y ahora
le quedan pocos.
“Todos aprendemos
en base a errores. El error
mío posiblemente
haya sido no ser flexible,
ser muy exigente; y enseñarles
a todos lo mismo, o sea
al que interpretaba mi enseñanza
y al que no la interpretaba,
y entonces de alguna manera
no fui un buen docente y
no utilice tácticas
docentes. Con el tiempo
crecí, aprendí,
estudié y me di cuenta
que hay que ser un poquito
más flexible y exigir
al que tiene condiciones,
y al que no las tiene tantas
darle la oportunidad de
que las vaya desarrollando.
Ésa es mi autocrítica;
y la crítica a mis
viejos y ex discípulos
es que la vorágine
de los torneos y de los
movimientos que habían
empezado a surgir en la
época en que yo tenía
esa escuela, absorbieron
a muchos alumnos, los tentaron
con dinero, con éxito,
con progreso, y bueno, muchos
de ellos eligieron ese camino,
y dejaron al profe demasiado
marcial, demasiado exigente
en técnicas tradicionales
para volcarse a otro tipo
de cosas. De alguna forma
yo me mantuve fiel a mis
principios. Quedaron pocos
estudiantes y se están
incorporando otros. Y lo
más lindo de esto,
el fenómeno más
interesante que estoy notando
es que los alumnos que ahora
se están acercando
a nuestra escuela vienen
de la vorágine de
las escuelas deportivas.
Vuelven a las escuelas tradicionales,
o como yo les llamo: profundas,
de un nivel superior, a
buscar la esencia del verdadero
arte marcial. Y bueno, se
produce el efecto del péndulo,
ahora el péndulo
está volviendo para
otro lado. Pero yo simplemente
dejo que ocurran las cosas
de acuerdo a una ley natural,
sin ambiciones; simplemente
dedicado a una práctica
personal y a estudiar cómo
transmitir lo que yo estoy
desarrollando.”
Contame
sobre tus orígenes
en las artes marciales.
“Estuve cinco años
haciendo karate y después
empecé TKD con el
maestro Nam Sung Choi, y
ahí recorrí
todos los caminos del TKD
hasta que me abrí
hace unos años y
desarrollé esta escuela
que se llama Escuela Superior
de Taekwondo Independiente.”
¿Y
en que prácticas
difiere concretamente?
“Bueno, este es un
tema interesante y largo,
pero superficialmente te
digo que el TKD tradicional
nos brinda 24 tules, o formas,
el simil kata (en karate).
Ese tipo de diagramas, de
técnicas encadenadas,
lejos están de formarnos
para ser unos buenos combatientes,
o sea lo que yo he descubierto
a través de los años
es que hay un divorcio entre
la forma y la lucha, entre
la forma y la defensa personal.”
¿Eso
hizo que mucha gente se
vuelque a otras escuelas?
“Y sí, hacia
escuelas como el muay thai,
o el light contact, en donde
en la segunda clase ya se
ponen los guantes y empiezan
a pelear.
”Yo
viendo esa deficiencia,
desarrollé mis propias
formas que bauticé
FIL -Formas Inteligentes
y Lógicas- en donde
no hay divorcio entre lo
que se hace y lo que se
aplica, o sea directamente
lo que se hace en la forma
como espíritu, como
parte poética, como
desarrollo estético
se aplica directamente en
el combate. O sea serían
técnicas para defenderse
en situaciones de muy alto
riesgo; manteniendo siempre
el espíritu de la
forma, el desarrollo técnico,
el desarrollo armónico.
Lo que dice el General Choi
Hong Hi: «belleza
y poder en armonía»
lo cual es muy interesante
para analizar; y una cosa
interesante es la bilateralidad
porque hacemos los files
de los dos lados.
”De todos modos sigo
haciendo y enseñando
casi todos los tules de
taekwondo para respetar
la memoria del fundador.
Los practicamos, podríamos
decir, como carta de presentación.
Pero descarté algunas
como las dos primeras, la
Cruz y Chon Ji, por considerarlas
realmente bastante nocivas
para el cinturón
blanco, ya que el cinturón
blanco que se inicia no
encuentra respuestas a sus
fantasías de combate.
Un cinturón blanco
hace una forma como una
cruz o Chon Ji, y vuelve
a su casa y si alguien le
pregunta qué aprendió,
como cinturón blanco
le daría vergüenza
mostrarle una cruz, porque,
dice y le dirían,
¿eso realmente para
qué sirve? Es cómico,
pero es así. Por
eso conmigo ya en la segunda
o tercera clase aprende
el fil que se llama del
Nací, donde ya el
alumno defiende, patea con
la pierna de adelante, cae
pegando, se desplaza en
forma lógica, defendiendo
hacia atrás por ejemplo.
Lo más aberrante
que se ve en algunos tules
es defender hacia delante,
o sea la defensa hacia delante
existe pero en ciertos ataques
de cuchillos, palos, pero
no para un cinturón
blanco, es más para
un cinturón negro,
porque es muy arriesgado.
Y la peor cosa que se ve
es hacer tres defensas avanzando,
cambiando el frente, cosa
que es lo anti real.
”Los maestros nos
decían en su momento
que «ya van a descubrir
el porqué»,
pero yo en cuarenta años
jamás descubrí
el por qué, y eso
que medité, estudié
y he leído infinidad
de libros. Creo que lo han
puesto porque a los creadores
les ha faltado un poquito
de arte…
”Otro
tema interesante es sobre
enseñarle a mis alumnos
epopeyas de la historia
coreana, ¿¡qué
le importa a mi alumno que
un general coreano en el
año 1400 ganó
una batalla!? si ni sabe
de la historia argentina.
”Yo
a las formas mías
les puse nombres representativos
con la vida de cualquier
persona. Por ejemplo la
primera forma se llama Nací,
la otra forma se llama Miré,
o sea en base a cada nombre
le hago una interpretación
filosófica, normas
de vida, normas de conducta,
normas de convivencia, normas
de crecimiento; o sea la
idea es dejarle a la gente
algo que le sirva.
”De
todos modos quiero reconocer
mi respeto a los maestros
coreanos y aprovecho esta
entrevista para hacer una
exaltación respecto
al general Choi Hong Hi
y al maestro Park Jung Tae
que son maestros que he
conocido a lo largo de mi
carrera que me han impresionado
por su capacidad. Hay otros
maestros que me han dejado
una gran enseñanza.
Lamenta-blemente casi todos
ellos en algún momento,
supongo que por una necesidad
económica, se han
volcado a lo que yo llamo
el TKD corporativo, o al
TKD como negocio.
”También
quiero agradecerle al gran
maestro Oyama, a quien no
tuve el honor de conocer,
pero leí sus tres
libros; What is Karate?,
This is Karate, Advanced
Karate, de los cuales me
inspiré mucho. Y
en especial rescatar a mi
gran amigo y mi primer maestro
que se llama Miguel Quinteros,
que seguramente pocos conocen,
porque tuvo cuatro alumnos
en su vida, uno de ellos
fui yo. Él fue un
discípulo del maestro
Suchiya, primer maestro
de karate que tuvo la Argentina.
Con él me interioricé
en el karate, en la meditación
zen y fundamentalmente en
el yoga. Él me marcó
esa tendencia a la práctica
marcial, que hoy por hoy
mis alumnos todavía
practican. Esta es makiwara,
vela, yoga, meditación,
combinadas con las modernas
técnicas del TKD,
con lo cual veo nuevamente
que están surgiendo
grandes estudiantes de TKD,
futuros grandes maestros.”
Entrevistó:
R.S.
Revista
El Abasto, n° 85,marzo,
2007.