Historia
con aplausos
El teatro
IFT tiene una larga y fecunda
historia de setenta y tres
años en el barrio.
Leonardo Odierna, argentino,
actor, 61 años, relata
con entusiasmo y sensibilidad
su historia pasada y su
presente al frente de esta
institución.
"Yo
soy actor desde muy chico
y desde muy adentro. Empecé
en una pandilla que dirigía
Juancho en la vieja Radio
Libertad, hoy Radio del
Plata, tenía once
años. Era un lugar
donde aprendíamos
y nos expresábamos.
Allí venían
a buscar "actorcitos"
para el cine, el teatro
y después para la
televisión. Más
tarde salté a otra
pandilla infantil, la de
Pancho Cárdenas y
esto me sirvió para
que otra gente, también
de la televisión
me fuera convocando. Trabajé
en programas con Ángel
Magaña, Alba Castellanos,
Osvaldo Terranova y Juan
Carlos Altavista. Hice cinco
películas dirigidas
por Rubén Cavalotti,
Fernando Ayala y Lucas Demare
Hasta los veintitrés
años trabajé
ininterrumpidamente en el
circuito comercial. Después
durante un tiempo dejé
el oficio de actor y me
dediqué a otras actividades
supuestamente más
seguras y remunerativas,
vendedor, visitador médico
y publicista, nada me satisfacía
y pasados 5 años
volví al teatro,
porque como dice el tango,
siempre se vuelve al primer
amor. Investigué
y conocí otras formas
de actuación, estudié
con Rubens Correa y en el
año 77 me vinculé
con el IFT con una obra
muy importante y emblemática,
"El proceso" de
Franz Kafka, en una adaptación
de Alberto Mediza y Raúl
Serrano que también
la dirigió.
¿Y
esto no les acarreó
problemas?
Creo que zafamos porque
la dictadura interponía
este espectáculo
para difundir en Europa
aquel engañoso eslogan
"aquí somos
derechos y humanos".
El teatro estuvo perseguido
y censurado. No obstante
el teatro continuó
haciendo cosas. Hasta la
fecha tengo cinco puestas
en escena y una innumerable
cantidad de obras interpretando
a los más variados
personajes. Cuando fallece
Isaac Nachman me proponen
para coordinar un equipo
de conducción y en
eso estoy.
Y
actualmente , ¿cómo
está el IFT?
El IFT está muy bien.
Ciertas razones nos favorecen,
las condiciones generales
de la sociedad sobre todo
en Buenos Aires- y el estar
un poco más desahogados
económicamente. Esta
conducción diseña
estrategias apoyadas en
esta nueva circunstancia
para usar mejor el teatro
y brindar mejores ofrecimientos
en todos sus espacios incluyendo
recitales de buena música.
Presentamos espectáculos
de gran diversidad. EL IFT
es un teatro de raíz
judía, pero abierto
a toda la sociedad, algunos
espectáculos están
orientados a la colectividad,
pero lo disfruta todo tipo
de público. En todo
lo que ofrecemos esta conducción
exige un buen nivel estético.
¿Qué
mensaje le transmitís
a la juventud que, como
vos lo decías al
comienzo, tiene una vocación
muy adentro?
Que si siente esa vocación,
no la abandone, trabajando
en aquello que le guste,
va a ser más feliz
aunque gane menos plata.
En algunas profesiones no
se ve claramente el progreso,
como en la profesión
del actor. Tampoco tiene
un escalafón como
en otras ocupaciones, pero
con dedicación y
trabajo se llega, siempre
se llega, siempre se llega,
y la gratificación
que el público comunica
con su afecto y su aplauso
es incalculable.
P.C.
El
mismo espacio con otra historia
Beto de
la cerrajería Don
Enrique, me comenta mientras
hace duplicados de llaves
para clientes del barrio,
algunas anécdotas
que tiene como casual referente
al teatro IFT y sin descuidar
el trabajo que realiza me
relata lo siguiente:
"En
los años ´70,
yo era acomodador del teatro
IFT. Allí actuaron
Víctor Heredia, César
Isella, Tejada Gómez,
el conjunto vocal Opus 4,
Nacha Guevara, Mercedes
Sosa, Vox Dei, Lito Nebbia,
Charly García, La
máquina de hacer
pájaros y muchos
más. Algunos de ellos
comenzaban su carrera artística,
fue un tiempo donde prevalecía
una fuerte actitud contestataria
y rebelde que le valió
el exilio a muchos.
En el
´77 hablé con
la comisión directiva
y alquilamos la confitería
del segundo piso para realizar
bailes de carnaval. Nos
divertíamos mucho
con la murga "Los chiflados
del Abasto" que venían
cuando terminaban los corsos
oficiales. Cuando organizamos
festivales de rock teníamos
problemas, se producían
avalanchas y se rompían
las butacas. El grupo teatral
"El galpón"
de Montevideo realizaba
giras continuadas a Buenos
Aires y comían y
actuaban en el IFT. Recuerdo
los campeonatos de truco
que efectuábamos
con actores, músicos
y cantantes en la confitería
en esa época."
Esto lo dice mientras entrega
con una sonrisa nostálgica,
un juego de llaves a una
señora que agradece,
paga y se va.
P.C.
Revista El Abasto, n°
71, noviembre 2005, Historia(s).