Subtesaires:
descongestionando el tránsito
Ya elegido, y fuera de la
campaña electoral,
Mauricio Macri continúa
prometiendo más subtes
para la ciudad. Según
publicaron algunos medios
estaría a punto de
enviar a la Legislatura
porteña un proyecto
para reformar una ley que
plantea la construcción
de tres nuevas líneas
de subte, porque sostiene
que construirán cuatro
nuevas líneas. Financiarían
créditos internacionales.
El
jefe de Gobierno porteño,
Mauricio Macri, prometió,
según Clarín
del jueves pasado, girar
en los próximos días
un proyecto a la Legislatura
porteña para reformar
la Ley 670 que autoriza
al Poder Ejecutivo a construir
tres nuevas líneas
de subterráneos.
La idea del macrismo, según
revela el diario en cuestón,
es realizar una serie de
modificaciones a la norma
aprobada en el 2001, para
así –entre
otras cosas- poder crear
una cuarta línea
de subte. Esto endeudaría
a la Ciudad con 1.500 millones
de dólares.
La
medida contempla una inversión
total de alrededor de 2.500
millones de dólares
y, ante el tope impuesto
por la Ley 670 de 60% al
aporte que puede hacer el
Estado en el total de la
inversión, Macri
pretende que el Estado realice
el aporte y la financiación
del total de las inversiones
mediante créditos
internacionales.
La
norma aprobada en el 2001,
contemplaba la construcción
de 22,5 kilómetros
de subte. La iniciativa
anduvo muy lenta debido
a la gran crisis que culminó
con un espantozo diciembre
del 2001. El macrismo pretende
realizar 40 kilómetros
de subterráneos en
los próximos años,
lo cual si se concretan
serían los 10 kilómetros
anuales que prometió
Macri durante su campaña.
El
Poder Ejecutivo planea conseguir
1.500 millones de dólares
a través del financiamiento
de un organismo de crédito
internacional, que podría
ser el Banco Interamericano
de Desarrollo (BID) y 500
millones que aportaría
el Estado Nacional.
La
modificación de la
Ley 670 contemplaría
la modificación de
las trazas de las nuevas
líneas previstas
en dicha norma y la creación
de una nueva: la E norte
que comenzaría en
Retiro y recorrería
Libertador, Pueyrredón,
Las Heras hasta Plaza Italia.
Mientras
tanto, la línea G
uniría el Cid Campeador
con Retiro, pasando por
Díaz Vélez,
Estado de Israel, Córdoba
hasta la intersección
con Leandro N. Alem. La
línea F partiría
de Retiro, luego iría
por Las Heras y subiría
por la continuidad de Callao-Entre
Ríos, y terminaría
en avenida Australia y Montes
de Oca, cerca del Puente
Pueyrredón. La línea
I, que sería la más
larga, recorrerá
desde la estación
Sáenz, en Pompeya,
hasta Plaza Italia y seguiría
por Luis María Campos
hasta Barrancas de Belgrano
y Ciudad Universitaria.
Por último, el macrismo
busca eliminar la prohibición
de otorgar subsidios a los
operadores de las futuras
líneas del subte,
que establece la Ley 670.
Según el Poder Ejecutivo
porteño, ese esquema
sería inviable porque
la tarifa que se debería
cobrar a los usuarios por
las inversiones sería
demasiado alta y por eso
pide que se autorice al
Gobierno de la Ciudad a
subsidiar a las empresas
operadoras, ya que las nuevas
líneas serán
concesionadas, como sucede
hoy con las existentes,
que sí son subsidiadas.
“No
le podés decir a
la gente que no use el auto,
pero podés resolver
el problema de cómo
viene a trabajar. Es importante
el proyecto que hemos planteado
de ampliar los subtes. Esperamos
hacerlo en estos cuatro
años. Esto se ha
hecho en muchos lugares
a la velocidad que planteamos.
Con un buen subte, la gente
se da cuenta de que le conviene
no usar el auto. El auto
es uno de los principales
destructores del urbanismo.
La solución es encontrar
vías alternativas
de transporte al auto”,
dijo Macri en Radio Mitre
el jueves pasado.
Como
periodista no experto en
la materia diría
que el planteo, sin duda,
suena tentador. El único
inconveniente, que, creo,
merece un debate
público,
es la propuesta de semejante
endeudamiento.
U.K.
Bs. As. 18 de febrero de
2008