¡Que vuelva ENTEL!

El profesor titular de la UBA especialista en comunicaciones, Henoch Aguiar, advirtió en Radio 10 -en diálogo con Oscar González Oro, en el programa El Oro y el Moro- que el gobierno “está a tiempo de impedir” que se concrete la unificación de Telefónica y Telecom en la Argentina sin dudar de que si lograra el monopolio se perjudicaría el servicio de los usuarios.
“El Gobierno está a tiempo de impedir una concentración que puede herir de muerte a la competencia futura en la Argentina”, manifestó Henoch Aguiar, ex secretario de Comunicaciones e insiste en que con la unificación de Telefónica y Telecom, se produciría “la mayor operación de concentración empresaria que se haya conocido”. Dado que “Ambas empresas controlan el 95 por ciento de la telefonía fija, el 70 por ciento de la telefonía celular y de la banda ancha” en la Argentina. La unificación de ambas compañías, en la Argentina dejará como escenario también “un conglomerado de medios televisivos abiertos, encabezados por Canal 11 [Telefe]”.
Al especialista le preocupa la situación y considera que el gobierno nacional debe intervenir para evitar que “se consolide un monopolio del que nos arrepentiremos después”.
Ahora, este diálogo me disparó la pregunta: ¿cómo podrá llegar a ser si ya con el país partido en dos hacen lo que quieren? Y recuerdo un par de anécdotas personales… En el 2000 tenía contratado, para un local comercial, un servicio de Telecom que nos facturaba 200 pesos/dólares por mes. Como era mucho, y nuestros reclamos fueron en vano, tuvimos que desistir del teléfono para realizar llamados, sólo recibíamos. Para realizar llamados había que ir a un teléfono monedero. Imagine, lector, lo que dificultaba eso nuestra labor editorial. Esta penuria duró unos meses, luego le dimos de alta a la posibilidad de realizar llamadas y ¡las nuevas facturas no pasaban los 60 pesos por mes! ¡Muy sospechoso!
Con Telefónica tengo una anécdota mucho más reciente e inclusa: hace casi tres meses me mudé dentro de Almagro y me prometieron hacer un traspaso de línea conservando el número. A la semana vino el técnico a la nueva vivienda y explicó que habría otro número telefónico. Acepté. Al irse me dijo que “en unos minutos” el teléfono funcionaría. El teléfono aún sigue sin tono. Hicimos innumerables reclamos al 114 de esa empresa y por correo-e desde su página. Ya van tres visitas personales donde nos prometen poner la línea. La tercera fue hoy, donde además del reclamo de línea, me quejé por una factura bimestral de 241 pesos ¡sin haber tenido teléfono en tres meses! Menos mal, luego de la inoperancia habitual, dimos con una supervisora que volvió a prometer el arreglo dándonos una fecha concreta para mañana y respecto de la factura la bajó a 88 (lo cual incluiría algún gasto de marzo y el abono de julio).
Ambas empresas manejan una lógica burocrática inhumana. Además es vox populi que sobrefacturan. Si así son lo que son, maginemos cómo será el régimen si logran el monopolio absoluto…
Comprendo que con ENTEL la cosa no era muy efectiva, pero, honestamente, ¿era tanto peor?

R.S.
Buenos Aires, 24 de junio de 2008.