Balance
abastense
Inevitablemente
miramos el calendario, y
sin habernos dado cuenta,
ya estamos en diciembre.
Para algunos, el año
pasa lento y otros se nos
vuela el tiempo. De golpe,
se termina el 2008, y miramos
hacia atrás para
ver si los objetivos que
nos planteamos el primero
de enero se cumplieron,
o si estamos a tiempo de
cumplirlos en estos últimos
días que nos quedan.
Una
vez más nos enfrentamos
con esta palabrita típica
de esta época: “balance”.
Si fuera contadora, y tuviera
un libro de debe y haber,
creo que tengo más
de lo que debo, en este
2008. Sin embargo, en lo
personal fue en año
de bajas emotivas, y de
escasas altas. Pero la vida
no es una administración,
es un camino de lecciones,
así que de cada triste
pérdida me llevo
un aprendizaje y palabras
de sabiduría.
Ahora,
se vienen los días
de mayores corridas y apurones,
entre el arbolito, los regalos,
las cosas sin terminar,
y los planes vacacionales.
Claro que muchos no se preocupan
ya que todo lo digitan.
Mi
deseo para el año
que viene es que así
como lograron que el tango
vuelva a estar en un primer
plano del ámbito
cultural, los medios vecinales
y los medios gráficos
porteños también
puedan estar entre las prioridades
de la agenda de este gobierno.
Posiblemente no tengamos
la publicidad, ni la tirada,
que otros grandes medios
tienen, pero llegamos a
muchísimos lectores,
que a su vez nos retroalimentan
con sus conocimientos, anécdotas
y deseos.
Este
diciembre levanto mi copa,
y brindo por El Abasto,
el tango y los recuerdos.
¡Feliz
2009 para todos!
Catalina
Cabana
[email protected]
Revista El Abasto, n°
105, diciembre, 2008.