Historias
de frases:
“Andar
de capa caída”
La frase
se explica por sí
misma. Decimos que alguien
anda de capa caída
cuando se lo ve mustio,
con el ánimo a la
altura del zócalo.
Muchos han tomado el dicho
al pie de la letra y lo
han atribuido a la época
en que esa prenda era de
uso habitual: a los hidalgos
empobrecidos o que perdían
el favor en la corte, se
los veía, según
esa interpretación,
con la capa puesta al descuido,
arrastrándola por
el piso. Se trata, en realidad,
de la deformación
de una locución latina.
En el Derecho Romano se
denomina capitis diminutio
a la pérdida parcial
de los derechos civiles.
A esa condición se
llegaba por deudas, por
enfermedad y, en el caso
de las mujeres, al contraer
matrimonio. En castellano
se los llamó también
derechos caídos.
En boca de los legos, capitis
pasó a ser capa y
la locución quedó
como “andar de capa
caída”. Dar
muestras de haber sufrido
un bajón en la consideración
social, hallarse con el
humor a media asta. Una
expresión que hoy
se oye con gran frecuencia,
aunque los antidrepresivos
estén de moda. Y
nadie lleve capa.
Héctor
Zimmerman
de Tres
mil historias de frases
y palabras que decimos a
cada rato,
Editorial Aguilar, Buenos
Aires, 1999.
Revista
El Abasto, n° 106, enero/febrero,
2009.