¿El
Abasto, un barrio que piensa
en verde?
Cierro
los ojos, y vienen a mi
mente, recuerdo memorables
de mi infancia en la plaza
Almagro. Las fichitas verdes
de la calesita, los leones
amarillos, el mástil
de la bandera y el puesto
de panchos con las palomas.
Hace 20 años, me
resultaba un lugar perfecto
y mágico, lo mejor
que me podía pasar
en el día era ir
a jugar a los toboganes.
Luego crecí, y pena
me dio ver cómo habían
dejado caer la plaza y cómo
se estaba perdiendo ese
hermoso pulmón en
el barrio.
Hace
unos cuantos años,
apareció el proyecto
del Corredor Verde. Éste
iba a acompañar el
crecimiento del barrio,
y el recorrido del ferrocarril.
Era una esperanza en el
barrio, de que el verde
y el oxigeno no desaparecieran.
Sin embargo, como todo proyecto,
quedó solo en eso.
Y el barrio, siguió
esperando por un largo rato
que el verde volviera a
relucir.
Por suerte,
alguien recordó a
la Plaza Almagro, y decidió
revalorizarla, mejorarla.
Rápidamente, se iniciaron
las obras de la plaza. Es
la única plaza del
barrio, y contiene en su
interior árboles
autóctonos como jacarandaes
y palos borrachos, que le
dan un especial colorido
cuando florecen.
Siguiendo la tendencia actual,
la plaza se encuentra enrejada
y se cierra por la noche.
Punto a favor para la seguridad,
pero le quita la magia del
romanticismo que implica
para los pequeños.
Hace
casi dos años que
se reinauguró la
Plaza Almagro, y que el
barrio recuperó su
pulmón. En los alrededores,
podemos encontrar locales
emblemáticos e históricos
que hacen al barrio. Está
la centenaria empresa de
mudanzas Verga Hermanos,
el bodegón Lo de
Roberto, la parrilla La
Blanquita (donde se encuentran
las mejores papas fritas
del barrio), entre otros.
La
plaza guarda en su interior,
el monumento a Vicente San
Lorenzo, recordado por escribir
las estrofas del tango “Almagro”,
que finaliza con una hermosa
poesía que dice:
Almagro, dulce hogar, /
te dejo el corazón
/ como un recuerdo de mi
pasión. Poesía
que retrata el sentir de
todos aquellos que caminamos
sus veredas y disfrutamos
de su plaza.
Hoy,
que Plaza Almagro es nuevamente
un hermoso lugar, el barrio
respira, los niños
juegan, y los vecinos recuperamos
nuestro verde lugar.
Catalina
Cabana
[email protected]
Revista El
Abasto, n° 107, marzo,
2009.