Nuevo
mundo, nueva mirada
Al
año del golpe del
´76 desaparece Rodolfo
Walsh valiente periodista
que se había animado
a desafiar a la junta militar
sabiendo que su vida tendría
así los minutos contados.
Dada la censura Walsh había
creado una agencia de noticias
clandestina en cuyas gacetillas
había un encabezado:
“Reproduzca esta
información, hágala
circular por los medios
a su alcance: a mano, a
máquina, a mimeógrafo,
oralmente. Mande copias
a sus amigos: nueve de cada
diez las estarán
esperando. Millones quieren
ser informados. El terror
se basa en la incomunicación.
Rompa el aislamiento. Vuelva
a sentir la satisfacción
moral de un acto de libertad.
Derrote el terror. Haga
circular esta información”.
Hoy,
a 33 años de aquel
golpe, hay información
que va y viene por correo
electrónico, volantes,
folletos, pero, sin embargo,
los medios masivos se concentraron
en manos de unos pocos adinerados,
por una ley de aquella dictadura.
En otras palabras, hoy la
información está,
hay que saber buscarla y
no dejarse llevar por la
voz del discurso dominante.
El
flujo informativo más
importante hoy está
sin duda en la web,
red de redes mundial de
computadoras que sirve no
solamente para reproducir
los diarios, sino que también
le da cabida a muchas otras
voces y materiales de diferente
índole donde los
que están copiados
sin permiso, la piratería,
forja una nueva mirada sobre
lla propiedad privada de
los materiales intelectuales.
La piratería hace
que empresas discográficas,
productoras, editoras, así
como ciertos artistas, programadores
y autores, entre otros,
estén preocupadas/os
por el uso de sus productos.
Con eco de un montón
de repetidores mediáticos
que quieren hacernos creer
que eso equivale a robar
propiedad intelectual, con
la intención de seguir
concentrando un discurso
único para seguir
haciéndose cada vez
más ricos los ya
ricos.
Podríamos
decir que hay dos posturas
antagónicas: por
un lado los que consideran
que la propiedad intelectual
debe ser abierta y se abanderan
bajo el uso del copyleft;
mientras, por el otro lado,
están algunos de
los que viven del arte,
tanto creadores como las
empresas que los impulsan,
que quieren ganar lo más
posible sin dejar nada sin
cargo.
Sabemos
que los materiales, la mayoría
de las veces pirateados,
difunden a creadores desconocidos
así como también
productos de empresas sólidas.
Con la concentración
del capital suceden cosas
insólitas; muchas
veces los mismos proveedores
de la conexión a
Internet que permite el
“pirateo” son
propietarios de los productos
“pirateados”.
Además reconozcamos
que al cine no lo reemplaza
un aparato doméstico,
así como al libro,
o a una revista, no lo sustituye
un pdf digital.
En
Suecia
hay actualmente un juicio
contra representantes de
The Pirate Bay, un sitio
desde donde se puede bajar
archivos particionados de
lo que sea. Mientras los
propietarios argumentan
que canalizan cultura y
riqueza a la población,
la fiscalía pretende
asentar jurisprudencia con
la intención de dejar
bien en claro que la propiedad
privada es sagrada. Ese
desenlace podrá ser
importante para el comportamiento
en Europa.
En
cambio en China
-que ya ha superado a Estados
Unidos al convertirse en
el mercado de Internet más
grande del mundo- cansados
de combatir la piratería
sin éxito prefirieron
buscar otro camino. La gran
industria discográfica
se unió con el más
importante buscador de Internet,
Google, con el fin de ofrecer
temas musicales sin costo:
comparten los ingresos que
entran por la publicidad.
Tal
vez sea hora de entender
que así como el aire
es libre, y la tierra debería
ser de todos, los materiales
intelectuales merecen ser
compartidos. Habrá
que buscarle la vuelta para
que el trabajo intelectual
tenga su contraprestación
en dinero, porque dentro
de todo vivimos en un mundo
material… Podrá
ser con pautas publicitarias,
inventiva y creatividad
empresaria, pero no habría
que descartar a la ligera
una activa acción
desde el estado. Como fuere,
no se puede obviar la realidad.
La información
circula de otra manera,
con otros medios y pese
a que vivamos en una democracia
cuyas leyes en materia comunicacional
reflejen otro tipo de organización
social igual tenemos otras
verdades a nuestro alcance.
Cuestioná lo que
digan. Hay mucho facho delante
de los micrófonos,
mucho turro dando vuelta.
Rafael
Sabini
[email protected]
Revista
El Abasto, n° 108, abril
2009.