Por el asco que da tu sociedad

Adrián Canale, director, dramaturgo, docente, responsable de la sala Puerta Roja se despachó hace un tiempo a esta parte con el montaje de Las descentradas… Un texto casi desconocido de una autora, también, no tan reconocida, al menos, hasta ahora. ¿Qué quién fue ella? Esposa de Natalio Botana, llegó a dirigir el diario Crítica cuando este falleciera. Pero, además, supo escribir poesía, una novela. Salvadora Medina Onrubia fue una mujer maravillosa, precisamente, por ir en contra de las reglas preestablecidas. Nacida sobre finales del siglo XIX, se atrevió a hechos impensables para su época, y más aún siendo mujer, ya que fue militante anarquista y madre soltera (todo un horror para la época). Y es este texto suyo, probablemente, el más autobiográfico, ya que se centra en la vida de una mujer libertaria, perteneciente a la clase alta, casada con un diputado… De este modo, pone seriamente en tela de juicio ciertos lugares “sagrados” que hacen a la edificación de nuestra sociedad. Y así a través de lo que aquí se cuenta se cuestiona seriamente al amor, el rol social que le toca ocupar a la mujer, arremetiendo así hasta contra la institución familiar. Con el marco de una historia melodramática de fondo Las descentradas pareciera querer señalarnos lo que apesta esta sociedad en la que estamos inmersos, proponiéndose desenmascarar tanta mentira, denunciar tanta hipocresía.
     Canale como director encontró el tono y los tiempos justos para contar esta historia a la que, sabiamente, no aggiornó en lo más mínimo, respetando lo pautado originalmente por el texto. La utilización del espacio exterior del patio en la puesta de este espectáculo fue una acertadísima elección por parte del director como asimismo, no puedo dejar de resaltar, el preciso trabajo lumínico, responsabilidad del mismo Canale y de Sergio Costessich, que supo embellecer, con gran criterio, las diversas escenas. El trabajo de los actores es de una alta calidad interpretativa, luciéndose en su labor Carolina Tisera.
     Una propuesta que bien vale la pena que sepa acompañar Ud. como espectador. No se va a arrepentir.

Marcelo Saltal
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Revista El Abasto, n° 108, abril 2009.