El Centro
de Salud y Acción Comunitaria N°11
y su relación con Rioba
Salud, también
puertas afuera
En términos
técnicos, salud suele definirse como
el “bienestar físico, mental
y social, no solamente la ausencia de afecciones
o enfermedades”. En este sentido,
por los pasillos del Centro de Salud y Acción
Comunitaria nº 11 (CESAC), Agüero
y San Luis, la medicina tiene una óptica
más profunda. La prosperidad no se
logra sólo con consultas esporádicas,
sino que resulta un trabajo día a
día. Cuando no,
en las calles junto a los vecinos.
En su entrada la gente
espera, médicos van y vienen. Sin
embargo, hay tranquilidad, no se ven escenas
de gente discutiendo ni apelotonamientos.
En el primer piso, la licenciada
Erika López, asistenta social
del centro, abre las puertas a El Abasto
para dialogar sobre las tareas que se gestan
en ese espacio y cómo desde Rioba
pueden realizarse.
La
salud y el Rioba
“Las actividades que hacemos con Rioba
se enmarcan en la atención primaria,
es decir, promover conceptos de salud vinculados
no sólo a ausencia de salud y sólo
patologías, sino a tener un ejercicio
pleno del sujeto, con su comunidad, con
sus necesidades”, define López.
Asegura que la vinculación con la
red es “para trabajar desde la mirada
preventiva”. “La idea es articular
dentro de la comunidad acciones que faciliten
la información acerca de los recursos
que tiene el gobierno respecto a salud”,
remarca.
Para la licenciada, estar
en espacios públicos remite a “encuentro”.
Lo que sucede en espacios como el centro
de salud es que se “congestiona de
gente que viene con patologías”.
“La idea es adelantarnos a los problemas
de salud que sabemos que por épocas
pueden venir, como el caso de la bronqueolitis
en invierno”. “Trabajar preventivamente”
es otra de las claves.
“Para nosotros,
Rioba es algo excepcional. Es un grupo súperheterogéneo.
Nos dio el romanticismo de que podemos”,
confía. La licenciada ejemplifica:
“Cuando proponés una actividad
al poco tiempo tenés un montón
de gente de otras instituciones para ayudar”.
Para ella, a través de estas propuestas
se busca que “el barrio se sienta
representado”. Desde salud, Rioba
ha sido “oxígeno, acompañamiento”.
Las reuniones se hacen en el centro de salud.
“La gente nos ve no sólo en
el espacio publico”, confía.
Sin embargo, ante la actividad social de
la red, recapacita: “La comunidad
necesita de un tiempo para asimilar esto,
no porque la red se junte a hacer actividades,
la va a tomar como algo propio. Eso es el
laburo día a día y caminar
el barrio”.
Viejo
barrio
El Abasto para López tiene “una
gran historia”, que, desde el trabajo
de la red, apuestan a “rescatar”.
Dentro de este tema, la trabajadora del
CESAC aporta un dato importante para comprender
el porqué de ciertas problemáticas.
“Desde su creación ha sido
lugar de emigrantes. Se da la autoexclusión
del emigrante, que llega buscando una forma
de subsistencia y se encuentra con una megaciudad
con sus dificultades y desigualdades”.
En este sentido, “siempre han habido
cambios de población”. Menciona
que en los ´60 fue la oleada de uruguayos,
en los ´70 fueron los chilenos. Hacia
fines de los noventa arribaron los peruanos,
que en la actualidad es “la impronta
mayor”. Por otro lado, el barrio alberga
a muchas personas “provenientes del
interior”. El Abasto “seduce”
por ser un barrio “central y con mística”,
“que atrapa al que llega”.
Para
los mayores también
Desde hace cuatro años, el Taller
de adultos mayores se lleva a cabo todos
los viernes, empieza a las 14 y a las 17:30
se hace actividad física a cargo
de Martha Zoccali. La trabajadora social
lo define como un “espacio de encuentro”.
No tiene ningún requisito, “sólo
las ganas de venir todos los viernes”.
Allí se abordan distintas temáticas
vinculadas a salud, cultura y derechos.
Selecciona un tema de interés para
los abuelos, referido o no a salud, y se
trabaja con “técnicas de taller
con base en el conocimiento horizontal que
ellos traen, además de que tratamos
de potenciar sus vivencias”. “Son
un acervo de conocimiento y experiencia
de vida, aparte tienen buena onda al venir
todos los viernes”, asegura, entre
risas, López. Cada evento termina
con merienda que sirve de “camaradería”.
Por otro lado, una
vez por mes Zoccali y otros trabajadores,
desde las 9 de la mañana hasta las
13, en el pasaje Discépolo, realizan
tareas de salud. “Promovemos salud
a toda la comunidad. Se hace una charla
médica, además de hacer chequeos
como la presión y al peso. También
se los invita a hacer movimiento”,
asegura la promotora de salud.
Desde
afuera
“La población está deseosa
de tener espacios de participación.
Venimos de la cultura de no participar por
violencia e inseguridad”, se lamenta.
Para evitar que el vecino se aleje de sus
veredas, López plantea: “Desde
Rioba, organizamos actividades en donde
se tome la calle. Planeamos juegos para
que los chicos no se queden encerrados en
las pensiones o en las casas”.
En diciembre, se
festeja el haber conseguido un edificio
nuevo, donde en la actualidad funciona el
CESAC, ya que el anterior que está
del otro lado con la entrada sobre San Luis
“no era muy digno”. “Nos
parece interesante que el vecino venga”,
admite López. “Hacemos una
jornada de juegos, recreación con
baile, obras de teatro, así toda
una tarde. Coincide con el primero de diciembre,
que se conmemora el día mundial del
VIH. Como nos mudamos a principios de ese
mes, hacemos una jornada del centro de salud
y su comunidad”, invita.
Salud
y algo más
“Nosotros, como promotores de salud
analizamos qué estrategia podemos
aplicar para acercar una respuesta. Estamos
preparados para trabajar en la prevención”,
afirma la asistenta social. “A diferencia
del hospital, nosotros no atendemos complejidades
de salud. Todo caso complejo es derivado
a nuestro hospital de base, que es el Ramos
Mejía”, deja en claro.
Con respecto a prevención,
se brindan talleres de salud sexual, que
se enmarcan en los programasque tiene el
gobierno de la ciudad. “Junto con
la ginecóloga hacemos talleres en
diferentes instituciones del barrio los
terceros miércoles de cada mes vinculados
a salud sexual, violencia sexual. Este año
estamos en el centro cultural La Vereda”,
confirma López. La idea que avala
el hecho de realizar actividades fuera del
centro es “salir del centro de salud,
salir al barrio para que la gente visualice
que en cualquier espacio se puede trabajar”.
“Allí hablamos de diversidad
sexual porque también existe, tratamos
de ser amplios. No nos quedamos sólo
con entregar métodos anticonceptivos,
y hablar sobre el VIH y diversidad cultural”.
Dentro de este tema, la asistente resalta
el hecho de trabajar con las travestis del
barrio. “Hacemos acciones conjuntas”,
aunque también sostiene que “no
es fácil de sostener porque dentro
de la institución no todos los profesionales
tienen el mismo marco ideológico”.
“Hay que acompañar dentro del
pensamiento conjunto”, señala
como el mejor camino.
En cuanto a la acción
más reciente, López comenta:
“Ahora lo que estamos trabajando en
este centro es asistencia a la población
que viene de África, a sabiendas
de que viene con otra cultura. Se están
haciendo los controles de salud acá.
Para la licenciada es “una mirada
diferente”. “No preguntamos
dónde naciste, nosotros queremos
que estés bien. Queremos que entiendas
cuales son tus posibilidades. Nosotros estamos
en un lugar de conocimiento pero este conocimiento
es para que vos ejerzas ese derecho de estar
bien”, concluye.
Juan
Manuel Castro
[email protected]
Revista El
Abasto, n° 109, mayo, 2009.