¿Dónde jugarán los
niños?
Gripe va, gripe viene,
las vacaciones de invierno se adelantaron
y los chicos llegaron a su recreo de mitad
de año. El barrio tiene múltiples
opciones para que los atareados padres lleven
a los pequeños a divertirse un rato.
Hace unos ochenta
años, años mas, años
menos, el Abasto tenía también
muchas opciones para divertirse, y no sólo
para los niños. El deporte barrial
no era otro más que las bochas. En
la esquina del actual pasaje Carlos Gardel
y Anchorena, se encontraba el Chanta Cuatro,
hotel familiar con restaurante, que tenía
varias canchas de bochas. La expresión
de la cual deviene su nombre tiene que ver
con el juego, y una de las maneras de ganarlo,
chantando cuatro.
Frente al mercado, estaban las salas de
cine, a las que los puesteros asistían
en ropas de dormir. Quienes en aquel entonces
eran pequeños, recuerdan cómo
Berta, la madre de Gardel, les daba monedas
para que puedan ir a ver las pelí
culas de Carlitos.
En temporada, venía
un circo de visita al barrio, y alegraba
las callecitas con banderines, payasos,
ilusionistas y animales haciendo peripecias
extraordinarias.
La plaza siempre fue el lugar de encuentro
de los niños del barrio. Actualmente,
tenemos el beneficio de que ha sido restaurada
y está bellísima. La calesita
sigue siendo la misma de siempre, y guarda
en sus leones y banquitos millones de secretos
y recuerdos.
Hoy el barrio es
un centro teatral importante de la ciudad,
antes se hacían obras callejeras,
y hoy tenemos salas con reconocidas obras.
Este invierno, y
debido al miedo a la gripe, no sabemos aún
que pasará. ¿Nos encontraremos
con la plaza desierta? ¿El shopping
y sus alrededores cerrados? ¿Los
cines y teatros también? ¿Desinfectaremos
todo con alcohol en gel?
¿Dónde jugarán los
niños?
Catalina Cabana
[email protected]
Revista El Abasto, n° 111, julio, 2009.