Recuperando el Abasto…
El tema del mes son las
cooperativas y las fábricas recuperadas.
Algunos memoriosos vecinos del barrio deben
recordar la cantidad interminable de proyectos
que pasaron por el Abasto y que no llegaron
a convertirse en realidad.
Yo era muy chica, pero en la esquina de
Agüero y Corrientes, en la arcada que
se genera justo en la intersección
de ambas calles, durante mucho tiempo estuvo
colgado del cartel de la Cooperativa El
Hogar Obrero.
Cooperativa fundada por
Juan B. Justo en 1905, bajo las bases del
cooperativismo, y del trabajo voluntario
y libre a favor del bien de un grupo.
Uno de los rubros en los cuales incursionó
la Cooperativa fue en el de los supermercados,
con el objetivo de aprovisionar a la ciudad
y sus habitantes. Existían
varias sucursales de los Supercoop en la
ciudad, bajo el denominador común
de vender productos de consumo diario y
para el hogar, sin ostentaciones pero siguiendo
la tendencia del consumo.
En este rubro, la Cooperativa
de El Hogar Obrero tenía como proyecto
en 1987 construir una nueva sede en el Mercado
de Abasto, dividiéndolo de la siguiente
manera: separarían ambas estructuras,
la de hierro y la de hormigón, con
una plaza seca. En el Abasto viejo harían
un Hipermercado, y bajo la construcción
de hormigón un centro de compras
de cuatro niveles, con eventos culturales
incluidos.
Esta iniciativa fue frenada
unos años después, cuando
la Cooperativa comenzó a tener problemas
financieros. Antes de 1991, tuvieron que
dejar esta propiedad, para poder equilibrar
sus cuentas contables. La crisis de la hiperinflación
dejó muy débil a la Cooperativa,
y le costaba mucho recuperarse.
El proyecto de IRSA de
hacer un centro comercial no era ninguna
novedad en 1998. Adquirieron el Mercado,
en cuanto el Hogar Obrero cedió el
edificio para evitar el llamado a acreedores.
Finalmente, un proyecto
similar llegó a concretarse pero
bajo la autoría de capitales extranjeros,
todo lo contrario a lo que profesara Juan
B. Justo cuando inició la Cooperativa
de El Hogar Obrero. ¿Qué curioso,
no?
Catalina Cabana
[email protected]
Revista El Abasto, n°
114, octubre, 2009