Entrevista al historietista
Setro, director de la revista
del mismo nombre que se distribuye gratis
en toda la ciudad
Acercar la historieta al
vecino
En un bar perdido de Villa Crespo, Sebastián
Silva D´Herbil, Setro para los conocidos,
lee La guerra de los mundos, formato historieta.
No resulta raro que dedique sus momentos
de ocio a una lectura del noveno arte. Desde
los diez años tomó entre sus
manos páginas y páginas llenas
de viñetas sueltas, que han marcado
su estilo de vida. Aún en momentos
difíciles para el género a
nivel nacional, como fue la década
pasada, no bajó los brazos y junto
a otros colegas trabajó para que
el cómic diera un paso adelante.
Los 16 años de Setro cómic,
publicación mensual independiente
que se reparte de forma gratuita en bares
y centros culturales de la ciudad, son el
mejor ejemplo.
Hoy en día, con
una historieta nacional “mejor posicionada”,
¿quién mejor que este dibujante
de la primera hora para hablar de aquello
que más lo apasiona? A continuación,
más de un pensamiento de Sebastián,
esta vez no para un guión de historieta,
sino para esta entrevista.
¿Cómo
viste a la historieta en la década
pasada?
Fue una batalla ganada. A pesar del gran
estancamiento, con distintos colegas formamos
en la ciudad la Asociación de Historietistas
Independientes (AHI). En mi opinión,
fue muy positivo, motivó a que se
expanda el género en todo el país.
Se crearon muchas sedes de la AHÍ.
Fue un impulso que le permitió a
la historieta continuar. Invitábamos
a los grandes a participar de nuestras reuniones
y respondieron con gran entusiasmo. Los
medios de comunicación nos dieron
una mano al difundir nuestro trabajo. No
creo que habría sido así si
cada uno trabajaba individualmente. En la
actualidad, el colectivo Historietas Reales
es un claro ejemplo.
¿Ahora creés
que cambió esa situación desfavorable?
Me parece que está mejor. La historieta
no tiene nada que ver con lo que fue en
el noventa, en el ochenta, ni hablar. Hoy
goza de buena salud, vas a los kioscos de
revistas y encontrás material, antes
no era tan fácil. Existen festivales
como Viñetas Sueltas (se realizó
en mayo en el Centro Cultural Recoleta,
con auspicio del gobierno), que sirven para
integrar y relacionar a la gente.
¿Cuáles
son los historietistas que más te
gustan?
Por suerte, la escena argentina siempre
se renueva, han pasado muchas generaciones.
De Solano López en adelante me gustan
un montón de dibujantes. De los que
están ahora, Salvador Sanz. Es muy
barroco, es bueno que alguien contemporáneo
posea ese nivel. Después, El Bruno
(en la actualidad trabaja en la revista
Billiken), tiene un talento natural.
Gustavo Sala (hace una tira semanal en el
suplemento NO de Página/12)
también me gusta lo que hace.
¿Ves alguna
evolución en el estilo del dibujo
argentino?
El dibujo evolucionó mucho, por ejemplo
en los noventa se usaban tramas, líneas
de todo tipo. Hoy las cosas son más
simples. El factor digital influyó
mucho. En diez años esto que nos
parece vanguardia, creo que va a ser viejo.
Como todo, evoluciona.
¿Cómo
definirías a Setro?
Es muy ecléctica. Podes encontrar
buen material, a la vez de que hay trabajos
en perfeccionamiento. Eso es un aliciente,
ver un trabajo publicado resulta un gran
estimulo. Al mismo tiempo, han colaborado
gente como Rep, Alcatena y Langer. Muchos
de ellos han aportado trabajos inéditos.
¿Cómo
fueron estos años de Setro?
Veo a Setro, en estos 16 años, como
un semillero de historietistas. Me pone
muy contento ver gente publicando en la
Fierro (revista mensual de Página/12,
la más importante en la actualidad)
que ha dado sus primeros pasos en la Setro.
Le da razón a ésta.
¿Pensabas
que iban a salir de este modo las cosas
cuando empezaste?
Cuando arranqué con La Fiera, la
antecesora de Setro, me di cuenta que había
mucha gente en las sombras trabajando. Es
al día de hoy que siempre tuve material
para subir.
¿Cuál
crees que es la respuesta de la gente?
Con respecto al público, por ser
de distribución gratuita, se reparte
en muchos lados. A veces, en fiestas cuando
comento que hago la revista, muchos la conocen.
Es el feedback que necesitas cuando hacés
una publicación. Lo primero que pienso
es: “llega”.
¿Qué
respuesta te marcó más?
Una historia que publiqué hace años,
llamada Alimento post-nuclear, planteaba
que luego de una explosión nuclear,
los sobrevivientes comían cucarachas
enlatadas. Un pibe me contó que en
base a esa historieta, junto a un amigo,
hicieron una canción. Ese amigo,
al tiempo falleció. Quedó
una grabación de ellos tocando. La
noche que nos conocimos, el pibe no podía
creer el hecho de haber conocido al tipo
que inspiró esa música, lo
que luego sería el recuerdo de su
amigo. Fue muy impactante, me marcó
mucho ese encuentro.
J.M.C.
Revista El Abasto, n°
115, noviembre, 2009.