Balance y desequilibrio
macrista
Hace unos días
los porteños nos desayunamos con
¡dos páginas a color en diarios!
sobre los logros de estos dos años
de gestión macrista. El portal oficial
tiene un pop-up donde se desplayan sobre
los dos años desde que Mauricio Macri
asumió el mandato como jefe de gobierno.
Por otro lado vemos otros sitios con un
despliegue publicitario importante, por
ejemplo, con el nuevo lema de la campaña
“Jugá limpio”.
Mientras,
los medios vecinales inscriptos en el registro
que nos garantiza publicidad oficial como
proveedores, no solo estamos lejos de ligar
semejantes pautas, sino mucho peor, nos
deben avisos del 2007, 2008 y del 2009.
Luego del intento de sacarnos del registro
ante lo cual la justicia nos dio la razón,
ahora el macrismo utiliza otra estrategia:
¡congelar los pagos! Saben que deben
el suficiente dinero como para dificultar
seriamente nuestra continuidad y para que
no podamos realizar nuestra labor de modo
profesional, siempre dependiendo de otros
ingresos. Nada pro, todo lo contrario, a
contrapelo de la propuesta de más
voces que pretende la nueva ley nacional
de medios audiovisuales.
En la publicidad
oficial sobre los logros de la gestión
no mencionan lo incumplido, como los 10
km de subte al año, ni las desgracias,
como la comida escolar a base de soja transgénica.
Ni las obras que faltan; ni las palizas
de la UCEP contra indigentes; ni la rama
que cayó sobre la nena en Plaza Almagro;
ni los desalojos violentos hacia sectores
pobres o alternativos, mientras amigos directos
del jefe de gobierno utilizan la tierra
pública para hacer sus grandes negociados
inmobiliarios. Tampoco se habla del gasto
que implica la Policía Metropolitana,
ni que se crean con el fin de reprimir la
protestas sociales (lo cual fue confesado
en varias entrevistas por el jefe de gobierno).
Ni mucho menos menciona los teléfonos
pinchados por la seguridad macrista. No,
la campaña macrista cuenta los logros
de su función que por cierto en dos
años, y con el dinero que maneja
la administración existen, aunque
debería haber sido muchos más.
Al menos si comparamos con gestiones como
la de Aníbal Ibarra que con mucho
menos logró mucho más para
la gente común.
Como frutilla de
la torta PRO, se logra mediante presión
popular sacar de su puesto a un represor
a cargo de la Policía Metropolitana
que luego es enjuiciado por la justicia
por el tema de las pinchaduras telefónicas.
Consecuente con su idea de estado controlador
y totalitario el macrismo, sumergido en
semejante macrigate, da de baja a otro implicado
pero coloca en su lugar a un defensor de
la mano dura y la represión estatal,
que hasta justifica la última dictadura
militar, a cargo -de nada menos- que del
Ministerio de Educación. Con lo cual
ahora nuestros hijos no sólo se alimentan
de trisoja transgénica sino que encima
pretenden bajar línea sobre la “verdad
histórica”.
Así que estos
dos años no solamente han empeorado
de manera seria la democracia, alejándola
de lo participativo, sino que encima pretenden
brindar con champagne ¡con el dinero
de nuestras sidras!
Rafael Sabini
[email protected]
Revista El Abasto, n° 116, diciembre,
2009.