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Omar López, conductor de Mate Amargo nos cuenta sobre la apertura que presenta la nueva ley de medios audiovisuales

“El bando que era vocero y ordenador cultural de la clase dominante hoy está impactado”


Omar López integró en su momento el ciclo Protagonistas (Splendid) y la producción de Contacto Directo (Santo Biasatti, Rivadavia), fue gerente de noticias de radio Libertad y conductor de Milenium (AM Radio El Mundo). Desde hace casi dos décadas conduce Mate Amargo.

    Pero sus orígenes como periodista fueron muy anteriores, Omar López cuenta: “Empecé a los dieciséis años con la revista Verdad en Ituzaingó”.
    Estudió periodismo y laburó en una empresa de autopartes donde fue delegado y de donde tuvo que borrarse porque a su compañero lo desaparecieron. “Un señor de apellido Alegre, jefe de personal, al que tenía podrido me dijo, con lágrimas en los ojos, “pibe, te van a venir a matar, ya pidieron tu cabeza, por favor andate, tenés la edad de mi hijo, por favor andate. Firmame esto y andate”. Y me ofrecía toda la plata de mi indeminización, ahí sobre la mesa. Y cuando lo vi así, sentí miedo y me fui. Mi padre se entera, mi viejo tenía obviamente una lectura política más madura que la mía y se encarga de hacerme borrar el suficiente tiempo para que pudiera tomar conciencia de lo que estaba pasando”.
    Pronto estará editando una revista barrial: Boedo, revista popular argentina que fue apoyada por la Cámara de Comerciantes de la zona. Era un medio cultural, hablaba de “la reina de las carrozas del carnaval, pero también hablaba de la crisis mundial, del hambre, de la desocupación”. Ése fue su trabajo durante toda la dictadura militar.
    Alquilaban la redacción en el Pasaje San Ignacio y Boedo donde también hacían un pequeño centro cultural. “O al menos lo que se podía, porque estábamos muy controlados por la policía y los servicios de seguridad que también estaban infiltrados. Después vino la Guerra de Malvinas. Y la revista de Boedo fue la primera institución “no política” que hace el primer meeting político durante la dictadura, porque bajamos con una bandera argentina y una cubana, y vino el embajador de Cuba cuando Cuba había ofrecido aviones para combatir en Malvinas. La misma policía que nos venía investigando nos tuvo que hacer de escolta”.

Desde hace dieciocho años está conduciendo el programa Mate Amargo que arrancó en FM La Tribu, pasó por la Radio Municipal, Radio del Pueblo, Splendid, últimamente en Génesis. Contános un poco del rumbo de Mate Amargo ante esta nueva ley de radiodifusión que podría llegar a cambiar un poco el panorama…
“Mate nació para la comunicación popular de ideas alternativas con un alto rango de construcción profesional, por la unidad de la diversidad de nuestro pueblo. Un lugar donde dar voces a los que no tienen voces. Un lugar para que el pueblo hable, se escuche y reflexione, como dijimos en el último seminario que hicimos.
   ”Con el escenario que construye la nueva ley de medios audiovisuales se abre un desafío con una dinámica impensada porque uno se pregunta si ese tercio ¿está o no está? ¿O cuántos están en condiciones reales de poder ingresar a la batalla de las ideas a través de los distintos formatos de comunicación?
   ”Ese espacio hay que preservarlo, potenciarlo y tiene que ser un espacio donde aparezcan muchas señales de creación, periodísticas, narrativas, de investigación, de producción, de entretenimiento, de creación que incluso implica hasta tomarse el atrevimiento equilibrado, con rango profesional, de recrear géneros. Para eso necesitamos estudiar entre todos, hacer clínicas, talleres y apoyarnos en todos los colegas y docentes que venimos laburando en esto hace muchas décadas y tratando de elevar la mirada y la comprensión sobre las herramientas nuevas en un mundo altamente tecnologizado. También hay que tener muy en cuenta cómo modifica totalmente parámetros de producción a la hora de la narración por ejemplo.
   ”Entonces el año que viene Mate Amargo va a tratar de volver al eje de identidad propio, el eje original, que es concentrarse en el centro de estudios a través de talleres, conferencias cursos, seminarios, todo lo que puede ayudar a mejorar la construcción de la producción periodística, el abordaje a los géneros, el manejo de todo lo que implica radio, televisión, gráfica. Lo vamos a hacer con profesores de la universidad, con compañeros con los cuales hemos luchado todo este período en que salió la ley.
   ”Vinculado a eso también vamos a hacer algo nuevo, la radio por Internet, que es la antesala de la radio AM. Donde vamos a tratar de intercambiar conocimientos y de entrenar con todos los amigos que van a venir a hacer programas para poner la radio por Internet, que empieza a fin de mes. Y al mismo tiempo cruzándolos con otros colegas muy profesionales que están en el campo popular que también van a hacer producción periodística en la Radio Mate Amargo por Internet. Y con ellos pretendemos armar una gestión militante acá, en la casa de Mate, donde los programas van a ser conferencias, charlas, seminarios, simultáneamente. O sea que la casa va a estar activada desde los cursos y desde las producciones que los propios programas hagan, más allá de la puesta en el aire.
   ”Esto mezclado con las actividades de cinedebate, tal vez cursos de cine, de hacer cine experimental, poner en marcha el taller de teatro y empezar a construir el elenco estable de teatro de Mate Amargo. Y también seguiremos con exposiciones vinculadas a lo periodístico, de pintura para ilustrar, de arte plástico, de historietas, caricaturas, concentrando en la comunicación.
   ”La revista de Mate Amargo seguirá, como siempre, con análisis crítico, pero más tematizada. La Agencia Che tendrá cambios también”.

¿Cómo definirías lo distintivo de la propuesta del programa Mate Amargo?
“Mate siempre se caracterizó por estar bastante adelantado en la lectura política de acontecimientos por venir. Por ejemplo, con Raúl Delatorre, empezamos un año antes a advertir y a decir públicamente a través de editoriales y notas que venía un proceso de estallido como fue el 2001. Analizábamos un proceso de ruptura del contrato social, cultural y político de una parte de la sociedad, empujada por la clase media que perdía estándares y por la clase más pobre que empezaba a movilizarse ya por desesperación. Más allá de las operatorias políticas que hubo en el contexto, nosotros, un año antes, empezamos a advertirlo. Estábamos haciendo un proceso de resignificación de los sectores que en los noventa fueron expulsados de las estructuras convencionales del sistema capitalista. Que se transformaron en lo que hoy mal se conoce como movimiento territorial o piquetero. Cuando llegó el momento Mate tenía un entrenamiento reflexivo, analítico e informativo, que nos permitió ponernos en la cresta de la ola y seguir el tema con una gran intensidad. No es casual que Mate se transforme en una especie de paradigma de la comunicación popular por ser buen intérprete de lo que estaba pasando. No es casual que en todo ese proceso de nuevas referencias y espacios protagónicos que eran ocupados con mucha intensidad, en Mate encontrabas un punto de referencia y de encuentro.
   ”Hoy vemos que estamos en los albores de un proceso de contienda parecido en cuanto a lo compulsivo a ese 2001 con un nivel de disputa supraestructural que está mucho más definido entre las fuerzas que hay por abajo, los que reclaman ser incluidos, y la fuerza de los sectores más concentrados que arrastran un sector de la clase media mediana, que a su vez hacen puente con algunos sectores populares que tienen para mí una terrible interpretación del momento político. Esto va a eclosionar. Porque se ponen en jaque mecanismos de hipotético equilibrio de la disputa política... Impactó muy fuerte, no sólo correrle el eje del negocio, sino también correr de eje la disputa de las certidumbres o de las razones con la ley de medios.
   ”O sea, el bando que era vocero y ordenador cultural de la clase dominante hoy está impactado, y va a haber una gran disputa por ahí. Entonces estamos en presencia de una dinámica conflictiva muy tensa. Mate aspira nuevamente a ser un honesto traductor de esto y un honesto canalizador de la información calificada, crítica”.

“Tenemos que tener el compromiso de cuidar mucho esto, porque si bien hay muchas y mejores propuestas en comunicación popular que nosotros, quizá la más original y la más reconocida por ser consecuente entre el planteo y el pensamiento es Mate. Y eso es el punto de respeto que tenemos con los compañeros, con la militancia, con los oyentes. En lo que no cedemos.
   ”Mate construye al servicio de las necesidades de la comunicación democrática y popular, mirando la necesaria capacidad periodística que ayude a la comprensión, que en la diversidad están las mismas razones. Con diferentes sentidos, con diferentes tiempos de producción política. Pero están las mismas razones, y esas razones hay que tratar de unirlas. Porque mientras nosotros sigamos desunidos, podemos tener grandes diagnósticos de la situación política, pero mientras sigamos desunidos la operatoria cultural sobre la sociedad, que todavía no logramos discutir con ella, la sigue teniendo el enemigo, el bando cultural de la derecha, el pensamiento único”.

¿Qué papel juega el Gobierno de la Ciudad, como una vuelta a los noventa en el plano económico social, en relación a este nuevo panorama?
“Creo que el GCBA ya inició hace tiempo un proceso de agonía a partir de dos elementos fundamentales. Primero, su enorme falsedad hacia todo lo que prometió a la clase media, a la clase media baja y una parte del pueblo que fue convencida mediáticamente. Más por error de los movimientos populares que por sabiduría de lo que se denominó partido. El otro dato es que hay una enorme incapacidad que distingue a nuestras burguesías empresarias a la hora de gestionar el bien público. No sólo no les importa, sino que cuando tiene la necesidad de gestionar algo, para poder sostener algún argumento y hacerse comprender para que no se les escape el control político, no tienen esa capacidad. Porque la única capacidad que tienen, en el único ejercicio en que se han instruido, es en el arrebato de los bienes y los intereses. Por lo tanto, no entienden otra lógica. Las escuchas telefónicas son el último elemento de comprobación de una clase política que hace rato está muerta políticamente, moralmente. Cuando alguien se muere políticamente es porque antes perdió todo sentido en lo ético. Y hace rato que la burguesía, en este caso, particularmente una familia que se hizo poderosa durante el proceso de postdictadura militar y durante la dictadura también, hay que decirlo, que se hizo poderosa con el memenismo, y sobre todo, no pueden sostener la legitimidad de sus negocios. A mí en particular el macrismo no me preocupa porque es un sujeto agonizante con un acta de defunción en el bolsillo. Lo que sí me preocupa es que lo nuevo no aparece, producto de las incapacidades de producir puntos de igualdad, de concordancia, de acuerdos y de espacios creativos para transitar una etapa de mayor madurez política en los espacios del centro a la izquierda.
   ”Entonces qué pasa. Nadie le va a discutir a Fernando Pino Solanas, a quien yo respeto mucho y con quien también discrepo mucho, su absoluta coherencia cuando dice que necesitamos nacionalizar la banca, la minería, el espacio aéreo, el espacio fluvial, el espacio vial y carretero, el espacio del petróleo. Nadie le va a discutir eso porque es una absoluta legitimidad y es parte de una larga lucha. Lo que hay que analizar es como se generan las condiciones de legitimidad política, las relaciones de fuerza de las organizaciones populares para poder, verdaderamente inyectar, no sólo su deseo, sino también su presión material, específica, política y transformar la disputa superestructural. Porque si eso no se resuelve nos quedamos cacareando en el último palo del gallinero, pero nunca, nunca vamos a poder salir de ahí.
   ”El problema está, no en atacar al gobierno, al gobierno hay que discutirlo políticamente. Lo fácil es atacarlo y ahí queda el juego de las escondidas que es parte de la reproducción cultural de las clases dominantes.”

Rafael Sabini
[email protected]

Revista El Abasto, n° 116, diciembre, 2009.




 

 

 

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