Entrevista a Osvaldo
Peredo, quién canta tangos
en
El boliche de Roberto,
lugar histórico de Almagro
“El tango es una
obra de teatro”
Osvaldo Peredo evoca con su figura la magia
de cantores y compadritos que el barrio
de antaño forjó en la mitología
porteña. Con sus casi ochenta abriles,
entona tangos con el fuego que sólo
los apasionados logran encender. Su entrega
en cada tema le vale la ovación del
público y la admiración de
colegas. Hace 15 años encanta con
su voz en El boliche de Roberto, histórico
bar almagrense donde se dice que también
cantó Carlos Gardel.
¿Qué
era lo que más te interesaba de joven?
Vivía en Boedo, en Independencia
y Loria. En mi época estaba la pasión
por el fútbol y el tango. A los 17
años jugué un tiempo en la
tercera división de San Lorenzo,
allá por el 46. En la radio desde
de la mañana hasta la noche había
tango. Entonces empecé con un profesor
de canto.
¿Estuviese
en algún grupo luego?
Un amigo me ofreció estar
en una orquesta de barrio, en Pompeya. Eran
tipos que laburaban de otra cosa y hacían
música los sábados, domingos
y feriados. Había un bandoneón,
violines y contrabajo.
¿Cómo
fue que estuviste en el exterior?
Se dio la oportunidad para ir a Colombia
y allí retomé el fútbol.
“Contra el destino nadie la talla”
(risas), porque aunque desde San Lorenzo
estuve sin jugar, volví a las canchas
a los 23 años. Jugué en el
Sporting de Barranquilla, Colombia. Allí
viví 4 años.
¿Hiciste
carrera musical afuera?
Un amigo que había jugado en San
Lorenzo, me aconsejó que fuera a
Medellín, porque “había
sensación por el tango”. Escuchaban
más que acá. Ahí grabé
en las discográficas Seiba, Londina
y Fonoluz. De ahí pase a Cali, Bogotá
y luego a Maracaibo en Venezuela. Grabé
boleros para la televisión de ese
país; donde viví tres años.
Cuándo volviste
a Buenos Aires, ¿Seguiste cantando?
Retorné en el 60, en ese tiempo el
tango no era de acá. Eras un viejo
si lo escuchabas. Empecé en el Rincón
de los Artistas en 1977. Estaba ubicado
en Jonte y Boyacá, Paternal. Estaban
todos los leones como Alberto Morán
y Roberto Goyeneche. Éramos una tira
de ocho cantores. La noche era muy movida,
lunes, martes, miércoles y el fin
de semana tenías triplete; se iba
de un boliche a otro.
¿Cómo
llegaste hasta Lo de Roberto?
Más tarde y luego de trabajar de
diversos oficios, en 1993 llegué
a El boliche de Roberto, Bulnes 331, un
bar de tipos que jugaban al truco. Un muchacho,
Agustín Ortega, con un bandoneonísta,
empezaron a hacer espectáculos a
la noche. Roberto Medina, el hijo del autor
de “Pucherito de gallina” y
yo, empezamos los jueves. Después
nos desencontramos con el bandoneonísta.
Fusionamos jueves, viernes y sábado
los que habíamos quedado. Ahora toco
con otros dos muchachos. El martes estoy
con el cantante Leonardo Toscani y el jueves
junto al guitarrista Leandro Nikitoff. Hace
15 años estoy acá, dicen que
Gardel cantó en este boliche. Habrá
sido de pibe, porque él trabajaba
en una imprenta a la vuelta.
¿Cómo
fue grabar tu primer disco?
Con respecto al disco “Tango”,
editado en 2007, lo comencé con un
productor que no lo terminó. Entonces
un amigo me dijo: “¡Cómo
no tenés un disco!”. Él
no es del palo, pero le puso el pecho y
la mosca. Es extraordinario por la gráfica,
el diseño. Además, el disco
viene con un DVD. La mezcla la hizo Horacio
Gallo. Para mí es un placer.
¿Qué
tenés en cuenta cuando estás
en un escenario?
Arriba del escenario hay que interpretar
el tema que uno canta. En ocasiones tenés
la pinta de perdedor, de enamorado, o irónico.
Es como una FM, te pasaste un cachito del
dial y te pasaste a otro tango. Me considero
un buen cantor porque me di cuenta que tenía
que aprender. El profesor con el que me
instruí dice que la voz es espíritu,
es transmitir con verdad. Tal como los buenos
actores.
¿Te gusta
Gardel?
Me gusta mucho el Morocho. Mi profesor me
dijo por qué Gardel es de otro planeta:
El Zorzal no es mentiroso ni vende espejitos
cuando canta. Gardel es lo más natural,
no sé si será el mejor, pero
es quien más me llega, el que más
me convence. El tango se trata de eso.
¿Qué
es lo que más te atrae del tango?
El tango tiene material para abarcar, por
ejemplo Sus ojos se cerraron es el drama
de un tipo al que se le muere la mujer,
en un repertorio pasás de ahí
a otro tema y te tenés que cambiar
de pilcha. Tiene muchos carriles, es por
eso que se prenden mucho los jóvenes
con esta música. El tango para mí
es una obra de teatro, si la sabés
comprender estás más cerca
de los cantores, de aquellos que sufren,
a los que le salen los sentimientos pa´
juera. Son los que te dejan un mensaje.
Juan Manuel Castro
[email protected]
Revista El Abasto, n° 116, diciembre,
2009.