Centro Cultural Mercado
de Abasto
El Abasto ha actuado a lo
largo de la su historia como centro generador
de movimientos culturales de todo tipo.
Como sabemos, a principios
del siglo XX con las corrientes inmigratorias
europeas, se generaron nuevos ritmos musicales,
diversas formas de hablar y diferentes maneras
de convivir. Entre sus pasillos y veredas
podía verse a los puesteros escuchando
nuevos cantores, que pasaban del recitado
al entonado tango.
Entre estos puesteros
y los vecinos surgió como dialecto
el lunfardo. Mezcla de italiano con español,
y códigos de diversos orígenes.
Sin embargo, con el correr
del tiempo, el Abasto no dejó de
generar movimientos culturales. Su arquitectura
permite que quien lo visite tenga un lugar
donde quedarse y mostrarse. Tal es el caso
del reciente movimiento de “floggers”
y “emos”. La plaza seca del
Abasto y la entrada de la calle Agüero,
son los sitios de encuentro de centenares
de adolescentes, todos los miércoles.
Es el único shopping en Capital con
tanto espacio pasible de ser destinado a
estas reuniones.
A su vez, el Abasto continúa
siendo receptor de culturas extranjeras,
por lo que siguen confluyendo distintas
maneras de comer, gustos, sabores, músicas
y colores.
El Abasto, a pesar de
tener más de cien años, no
ha perdido su esencia de centro de intercambio
cultural, en el cual hay sitio para todos
y cada uno de nosotros.
Catalina Cabana
[email protected]
Revista El Abasto, n° 118, marzo, 2010.