Entrevista a Diego
Arbit, dramaturgo de la escena
under porteña
“Quién lea
Parque Centenario va
a sentir que es una historia real”

Diego Arbit es un escritor independiente
de la escena under porteña. Además,
realiza espectáculos de poesía
actuada y es miembro de una orquesta de
improvisación. En esta charla, que
tuvo lugar en el Centro Cultural Pacha Mama,
rememoramos sus primeras épocas como
novelista. Además, hablamos sobre
Parque Centenario, su antología de
relatos urbanos editado por Eloisa Cartonera.
Por si algo le faltara a este artista múltiple,
organiza eventos de cultura alternativa.
¿Cuándo
comenzaste a escribir?
-Fue a los 16 años, pero en esa época
me gustaba más hacer improvisaciones
en ciclos culturales. A los 18, las hice
en FM Paso del Rey. Ahí apareció
lo que fue después mi perfil de escritor.
Se puede decir que lo hice “en serio”
a partir de los 22. Soy independiente, mando
a imprimir mis libros y los distribuyo en
librerías, o bien los vendo de forma
ambulante.
-¿Cuál
fue tu primera novela?
-Muchos nenes muertos, es novela hermética
y la saqué en el año 2000.
Éste fue distinto, lo elaboré
durante 4 años, mientras que algunos
salieron en meses. De todos modos, cada
libro representa una etapa de mi vida, una
búsqueda. Es otra forma de construir
el relato.
-¿Cambió
tu escritura con el tiempo?
-Si bien hay un tronco en la prosa, va mutando
con la edad, mientras voy creciendo. Cuando
uno es joven tiene una capacidad para experimentar
muy natural. La prosa me fluye, soy un improvisador.
-¿De qué
es trata Parque Centenario?
-Es una antología de 2006, allí
hay fragmentos de libros anteriores. El
nombre se debe a uno de los cuentos donde
la secuencia principal ocurre en el parque.
Distintas historias que suceden en ese espacio.
La idea es hacer ficción. En todo
lo que hago me gusta usar cosas de mi “supuesta
realidad” y tergiversarlas. Me gusta
jugar con la realidad, la realidad es muy
relativa, ése es mi punto de partida.
Pero a su vez construyo un relato creíble,
algo que pude caber dentro de lo cotidiano.
El personaje principal lleva mi nombre,
a él le ocurren distintos sucesos
en ese lugar de referencia para el barrio.
Quién lo lea va sentir que es real
la historia.
-Contános
acerca de tus otras incursiones artísticas…
- En febrero estrené una ópera
moderna llamada La ópera mediocre.
Incluye teatro danza video. Me encargué
de escribir el libreto junto a Rubén
Ferrero. En cuanto a lo musical, formo parte
de la orquesta de improvisación Trompa
de Elefante. Allí busco darle sentido
a la palabra, la vuelta teatral. Que la
palabra no sea algo lineal. Tenemos dos
discos: “El viento en cinco movimientos”
y “Té de cerdos”, que
lo grabamos hace poco.
-¿Qué
es Poesía en Estéreo?
-Es un número donde recitamos poesía,
buscamos el impacto de la puesta en escena
para que sea entretenido. El proyecto lo
comenzó el escritor Sebastián
Kizner, ahora soy su compañero. Trabajamos
la literatura oral. La gente se copa con
la propuesta, les sorprende. Lo relaciono
con la interpretación actoral. En
cada poema buscamos la esencia del ritmo.
Estamos por sacar nuestro primer disco:
Poesía en Estéreo Volumen
1.
-Al ser un artista
múltiple tenés dos facetas:
la de escritor solitario y la de integrante
de un grupo. ¿Cómo conciliás
ambas?
-Hace poco terminé de escribir un
libro. La sensación de estar solo
es triste, el año anterior trabajé
mucho en grupo. El disco de Trompa…
lo realizamos con 20 músicos. La
sensación es de bastante vacío
cuando te sentás a crear en soledad
luego de esa euforia colectiva, igual está
bueno. El arte que hago, en sus distintas
manifestaciones, lo hago por una necesidad
espiritual.
-¿Cual es
la sensación de organizar eventos
en la ciudad?
-Organicé durante mucho tiempo la
Feria del Libro Independiente (FLIA), además
de otros eventos en centros culturales.
Es mucho trabajo, sí no le ponés
amor no hay forma de hacerlo. Cuando las
cosas salen bien te sentís muy gratificado.
En lo económico ponés tu puesto,
vendés tus producciones. Pienso en
hacer arte y compartirlo con artistas que
no tienen posibilidades de difundirse. Sí
la gente es respetuosa del lugar donde se
da el espectáculo, no tiene porqué
pasar nada malo. Es imposible hacerlo si
no confiamos en que el otro va a hacer las
cosas bien. Hay que salir, conocer a quienes
comparten estas manifestaciones artísticas
con nosotros, nos ayuda a crecer como personas.
Juan Manuel Castro
[email protected]