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La actriz y directora Liliana Pécora nos cuenta sobre su Taller de la Risa

“La risa es sinónimo de vida”


“Me ha hecho muy bien el taller, es algo sanador para el alma, sumó alegría a mis días”, relata una alumna en la web del Taller de Risa. Desde la crisis de 2001, la talentosa actriz y directora Liliana Pécora lleva a cabo en la zona una terapia alternativa que, a prepotencia de carcajadas, logra sacar un tesoro invaluable de lo más profundo del alma: el buen humor.
    Mencionar los trabajos que realizó Liliana puede extenderse varias páginas. Sin embargo, hay una constante en su labor: la puesta en escena humorística; desde su papel más reconocido, Mujeres de 50 -que realiza los viernes y sábados en el Teatro de la comedia (Rodríguez Peña 1062)-, hasta sus primeros pasos en el porteñísimo Teatro San Martín. Del repertorio de personajes emergió uno de sus más notables: el de docente. En la calle Riobamba 359 realiza los miércoles de 19 a 21 su famoso Taller de Risa. ¿De qué se trata?, pasen y disfruten de la terapia más alegre, que Pécora nos relata una historia para volver a reír.

¿Cómo influye la risa en el espíritu de una persona?
La risa es la mejor medicina para mantener un espíritu sano.

¿Te acordás cómo fue la primera clase? ¿Hace cuánto fue y por qué decidiste organizar este taller?
Yo comencé con los Talleres de la Risa en plena crisis del Corralito del 2001. Lo hice para ayudarme a mí misma y poder salir de una profunda depresión que me embargaba. La primera clase fue en el estudio de la que en aquel entonces era mi maestra de danzas árabes. Vinieron cuatro personas. Saqué cual mago de su galera todo tipo de juegos y ejercicios que había aprendido en mi época de maestra jardinera y de cuando estudiaba teatro.
   Eran mis primeros pasos y estaba experimentando cuáles de todos eran los que provocaban más risa… hasta que descubrí el inmenso miedo al ridículo que tenía la gente. A partir de allí empecé a trabajar sobre ello estudiando mucho y teniendo paciencia del tiempo de cada uno para llegar a la risa.

¿Cuál es la diferencia de tener un público que ríe con tu espectáculo y tener “alumnos” que ríen a la par tuya?
Ambos son dos placeres infinitos. En uno yo hago reír a la gente con todo mi arsenal de recursos como actriz cómica. En los talleres yo les doy las herramientas para que ellos descubran al propio cómico que todos tenemos adentro. Entonces cuando se da esta risa compartida de poder reírme “con el otro” y “no del otro” creo que llegamos a la perfecta sintonía que debería reinar permanentemente en la vida. Reír con el otro, jugar y volver a ser niños es el mejor regalo que me dio la vida.


¿Qué anécdota de algún alumno te conmovió más?

Una señora de casi 80 años, que me decía el primer día: “no voy a poder moverme, no me río nunca, no creo que siga”. Esa adorable criatura siguió ya que le pedí que se tuviera paciencia… Que dejara afuera las voces de sus familiares que le decían que era una ridícula a su edad estar haciendo esto… y finalmente lo consiguió. Hasta tal punto que era una de las cabecillas del grupo a la hora de prenderse en las propuestas más osadas, ya sean corporales como emocionales. Estuvo por dos años en el curso. Era abogada.

¿Por qué creés que una persona “pierde la sonrisa”?
Porque la sociedad ha impuesto que la seriedad es sinónimo de madurez, de credibilidad profesional. Y para ellos ser maduro es ser rígido y ni se les ocurre esbozar durante una entrevista o charla de negocios una sonrisa, siendo que ésta es la distancia más corta entre dos personas.

¿Por qué debería la gente reírse más?
Porque la risa es el mejor compañero que podés tener en tu camino. Además de ser gratuita es sinónimo de vida, crecimiento y salud mental. Con ella podés superar los malos momentos y gozar de las cosas cotidianas. La risa es la libertad ya que nos libramos del estrés y la ansiedad acumulados.

¿Por qué la risa “fortalece las defensas inmunitarias”?
La risa es sumamente poderosa. Disminuye el colesterol, produce una activación cerebral donde se aumenta la liberación de neurotransmisores que dan lugar a una sensación placentera y sedante.
   Tras una carcajada se activan las endorfinas que son las hormonas responsables de aminorar el dolor, son la "morfina interna" que produce el cerebro. Al reírnos aumentan la ventilación y la sangre se oxigena.
   La risa está conectada con el hemisferio derecho, parte del cerebro responsable de la creatividad, la intuición, el juego y el arte. Hay muchas personas que se benefician con esta técnica, los depresivos son muy agradecidos porque tienen unos niveles muy bajos de serotonina y dopamina -sustancias cerebrales- que con la carcajada aumentan y mejora su estado. También todas las patologías del sistema inmunitario mejoran con esta terapia, cuando una persona busca y consigue energía positiva, su cuerpo responde totalmente.

¿Cómo influyó en tu carrera como actriz incursionar en este taller?
Me permitió desarrollar nuevas técnicas como por ejemplo las de clown y las de improvisación que son fundamentales para todo actor cómico.
Hoy me siento mucho más rica, con más elementos a la hora de componer personajes, de hecho me animé a subirme sola al escenario y hacer mi espectáculo Unipersonal Mujeres de 50 en el cual interpreto a ocho diferentes mujeres con sólo cambiar la voz y la actitud corporal. Fue un desafío tremendo que dio muy buenos frutos pues ya llevo cinco años sin interrupción. Realmente el ser optimista me ayuda a vivir mejor y eso se ve en el escenario.

Juan Manuel Castro
[email protected]

Revista El Abasto, n° 119, abril 2010.



 

 

 

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