Pastillas narrativas
Subsuelo
En el puesto de diarios del subte, me sobresalto,
las tapas de los diarios de ayer son una
pregunta callada. Me mira el diarero, un
rostro inexpresivo con ojeras y barba incipiente.
Nadie sale, las mujeres se retocan el maquillaje
ajado.
Pido en el bar un café con medialunas,
están viejas. Todos circulan con
la ropa arrugada. La señora elegante,
inmóvil con el último rastro
de Paloma Picasso desvaneciéndose.
Desde el celular un hombre avisa que va
a faltar a una cita. Se lo pido prestado,
dejo un mensaje "Estoy cerca, no puedo
llegar".
Fisuras siempre hay
Por la fisura salgo, claro que no a la superficie.
Del cielo se sabe poco, algo algodonoso,
un poco celeste, Siempre ando en el aire
siento un dejo de tristeza en ese lugar.
Es una manera de no estar, quisiera entrar
en el mundo, caer, hacerle el amor, meterme,
dejar en alguna piedra roseta unos jeroglíficos.
Quisiera.
Tierra
Esa selva húmeda de lluvia corrupta,
esas escaleras, esos diarios que te regalan,
esos uniformes ¿Ahora seré
como todos, salida de mi misma? Desde mi
interior, desde el cielo de cuadernos perdidos
me muevo hacia la calle. Ruidos, tipitos,
listo el dedo que toca el botón donde
se forman las mentes. Atentos a cualquier
desvío me miran. Los que gritaron
tierra desde los barcos y encontraron gentes
extraña, tenían una mirada
así. La angustia sigue.
Fuego
El incendio de la llanuras pone en rojo
la tarde. Un escenario de fuegos cruzados.
El calor relee mi pensamiento rojo de ira,
de amor, de lucha, de banderas, las llamas
iluminan el cielo posmoderno, desviado.
Todo se mezcla en la intimidad ¿la
sorpresa será la única salida?
Cristina Villanueva