Encuentro con Barrios
X la Memoria y la Justicia de Almagro y
Balvanera que marcan, con baldosas,
los pasos de “quienes nos precedieron
en el intento de hacer habitable el barrio,
el país, el mundo”
Desandando caminos
“Los militantes caídos
en la lucha contra la represión han
sido negados por el sistema. Los desaparecidos
han sufrido todas las negaciones posibles.
Los negaron cuando los secuestraban. Negaron
su condición humana cuando los demonizaron.
Negaron sus cuerpos cuando los asesinaron.
Negaron su inserción social, su pertenencia,
su militancia y su identidad ideológica.
Todo como parte del mismo sistema represivo,
construido sobre la mentira. Por eso decimos
«desandamos caminos»”.
Coordinadora de Barrio X Memoria y Justicia,
en Baldosas x la memoria
Pasé un jueves a
las 19 por la Casona Cultural Humahuaca,
Humahuaca 3508, donde se reúne un
grupo de vecinos que coloca baldosas de
desaparecidos. A la agrupación habitual
compuesta ese día por Gustavo, Gisela,
Raúl, Mónica, Alicia, Marisa
y Gaby se le sumó algún vecino
además de un grupo de ATE de la excaja
del estado, hoy ANSES, que se habían
acercado para pedir placas para sus desaparecidos.
Eso desata inmediatamente el primer interrogante:
¿Cómo
se financian?
Me cuentan que el aporte de los mismos familiares,
amigos o conocidos que se acercan les permite
el financiamiento en la tarea de realizar
y colocar las baldosas que en pocas palabras
comunican que “un militante social
vivió, pasó o trabajó
por ese lugar”.
El encuentro lo hicimos
de modo bastante fugaz dado que ellos debían
continuar con su reunión semanal
y yo podía tranquilamente encontrar
información, como el listado y las
breves historias de vida, más las
fotografías de las baldosas colocadas,
en http://memorialmagro.blogspot.com así
como también en el portal www.memoriaenlosbarrios.com.ar
que unifica este proceso independientede
colocación de baldosas. Y como si
fuera poco el material me entregaron a su
vez el libro Baldosas x la memoria que editaron
hace dos años desde Barrio X la Memoria
y la Justicia con el apoyo del Instituto
Espacio por la Memoria el cual, por fetichismo
personal o un tema de edad, me sirvió
mucho más que lo digitalizado.
¿Cuántas
baldosas estiman tener que poner?
“Los listados todo el tiempo se van
actualizando con más y más
datos. De gente que les informa o de los
mismos juicios. El domingo 7 colocan su
placa número 100 en Yatay al 300,
pero tienen un listado que reconocen incompleto
con por lo menos 300 baldosas más”
contesta una voz femenina en mi grabador
( a la que no logro ponerle rostro y menos
nombre).
Los orígenes
del grupo Almagro/Balvanera
En el libro cuentan que su tarea nace cuando
tres miembros de la casi extenuada Asamblea
de Mario Bravo y Córdoba acompañan
a unos exiliados de Francia a una reunión
de la Coordinadora de Barrios por la Memoria
y Justicia para entregarles una donación
para plasmar los nombres de los secuestrados
o asesinados por el terrorismo de estado
antes o durante la última dictadura
militar.
Allí recibieron su primer
encargo y en seguida se conectaron con otros
barrios, sin embargo, pronto notaron que
la rotatividad de los vecinos en Almagro
era otra, que por ejemplo en Liniers, y
tuvieron que trabajar mucho para registrar
datos. Se comenzaron a reunir en la Casona
Humahuaca junto con vecinos de la Asamblea
de Córdoba y Anchorena.
Pronto mejoraron cuantitativamente
los listados así como también
cualitativamente, priorizando transmitir
“lo que quienes precedieron nuestros
pasos por Almagro-Balvanera hicieron en
vida, por sobre lo que sus verdugos hicieron
con ellos”.
Para ellos el recuerdo
como mero dato enumerativo no implica que
no se vuelva a repetir, requerimos de la
“socialización del recuerdo
mediante actos creativos”.
Cuando la demanda de otros barrios
excedió la capacidad de este grupo
optaron por socializar la experiencia y
transmitieron su método de investigación
advirtiendo que cada barrio debe adaptarlo
a sus condiciones y hacen luego juntos una
primera baldosa.
Cuentan que aprendieron
cómo hacer las baldosas más
funcionales y el elegir mejor los lugares
donde colocarlas. Y que si por algún
caño roto alguna vez alguna empresa
ha tenido que quitar alguna baldosa en seguida
se han enterado por algún vecino
y la han repuesto. Para agregar satisfacciones
algunas baldosas aparecen enceradas.
Y les pregunto: ¿han
tenido baldosas saboteadas?
Me comentan que hubo dos casos puntuales
de agresiones. Una vuelta agredieron a una
persona y otra mancharon una baldosa. A
los meses la repusieron con un acto que
llamaron “La mato y aparece otra mayor”
donde participaron además de los
familiares y amigos miembros del consorcio
donde estaba emplazada. A la nueva baldosa
le colocaron colores para resaltarla aún
más y desde entonces todas las baldosas
están tomando ese diseño más
llamativo. Ellos sostienen que “la
marca siniestra silenciada y familiar infligida
por el terrorismo de estado al barrio resulta
ahora resaltada en colores.”
Como experiencias a resaltar
cuentan que una vez una hermana confesó:
“siento que socialicé un duelo
vivido como privado durante treinta años”.
Una madre agregó “ahora podré
volver a pisar esta vereda”.
Siempre las hicieron en
la calle, si bien hoy tienen un pequeño
depósito prestado. A medida que se
fueron acercando familiares y amigos se
los ha ido involucrando en su realización
y su posterior colocación.
Por último les pregunto
si ¿Reinvidicar a los desaparecidos
no implica también reivindicar su
lucha, incluso en el caso de que haya sido
armada?
La respuesta de Gustavo es categórica:
“Lo que reivindicamos es la militancia.
Nunca entramos en si los desaparecidos estaban
en la parte sindical, militar o política.
No entra en juego en el laburo nuestro.
O sea, eran militantes populares que fueron
detenidos desaparecidos asesinados por el
terrorismo de estado antes y durante la
dictadura militar. Para nosotros basta y
sobra”.
Rafael Sabini
Revista El Abasto, n° 121, junio, 2010.