“¿Qué
te pasa Clarín? ¿Estás
nervioso?”
Ollas malolientes se siguen
destapando y como es costumbre, la justicia
no puede seguir el ritmo de las investigaciones
periodísticas. Sin embargo, avanza
y avanza y aún no sabemos dónde
puede terminar alguna gente que hasta el
momento viene envenenado mentes con aparatos
inmensos e impunemente…
Abundan los testimonios
de los chanchullos del Grupo Clarín
y muchas de sus complicidades con los que
llevaban el brazo armado durante la última
dictadura militar, los silencios, donde
el verdadero periodismo exigía voz,
y su involucra-miento personal desde adopciones
de hijos de desaparecidos, hasta el traspaso
de la lucrativa empresa Papel Prensa.
Una voz denunciante es
la de José Pirillo, ex dueño
del diario La Razón,
que compró en el ´85, quien
viene revelando, (programa Vaca Cubana
de AM 530, en 678 y en el programa
de Víctor Hugo Morales, Radio Continental),
que Héctor Magnetto, CEO de Clarín,
le consiguió los hijos a la dueña,
Ernestina Herrera de Noble, a través
de una gestión ante el entonces presidente
de facto Jorge Rafael Videla. En la Vaca
Cubana agregó que ¡los
hijos adoptivos del propio Magnetto
se los entregó la actual líder
por la Coalición Cívica Elisa
Carrió que por aquellos
años de plomo se desempeñaba
en cargos de responsabilidad institucional
en la Justicia chaqueña!
Patricio Peralta
Ramos, al que Pirillo le compró la
empresa y que siguió trabajando con
él, le contó -como se le cuenta
a cualquier empresario que compra una empresa-
todos los detalles y todos los pormenores
del negocio. Ante la primera reunión
con Magnetto y Bartolomé Mitre (dueño
de La Nación) ya sabía
de los hijos de Ernestina. Y sabía
cómo habían “comprado”
Papel Prensa “sin poner una
moneda”.
Por otro lado, en
un artículo de Felipe Deslarmes en
El Argentino de fines del año
pasado Osvaldo Papaleo
-secretario de Prensa de la ex presidenta
Estela Martínez de Perón-
cuenta como “Clarín compró
Papel Prensa con la familia Graiver
secuestrada”. Aclaremos que para
aquel entonces los Gravier eran propietarios
del 75% de esa empresa, mientras el estado
nacional tenía el otro 25%.
Papaleo detalla el modo
por el cual Clarín, La
Razón y La Nación
se quedaron con Papel Presa, la piedra fundacional
de un monopolio mediático que creció
al amparo del poder de turno durante treinta
años y cómo se hizo el traspaso
de la planta de papel, mientras torturaban
a sus antiguos dueños: “Clarín
compró Papel Prensa, con la familia
Graiver detenida y juzgada por un tribunal
de guerra de la dictadura. A partir de allí
Clarín ejerció el
monopolio de la venta de papel para diarios.
Cuenta de esto dieron Julio Ramos,
fundador de Ámbito Financiero,
y Héctor Ricardo García,
que durante muchos años fue dueño
de Crónica”.
La versión del
embajador argentino en EE.UU., Héctor
Timerman no difiere, según
lo que contó en 678 de Canal
7.
Hay quienes pretenden
dar vuelta la mirada. Por ejemplo, el 24
de marzo (para Chiche Gelblung:
Día Nacional de la Memoria por la
Verdad y la Justicia ¡qué justo!),
el columnista de La Nación,
Joaquín Morales Solá,
escribió que el gobierno nacional
quiere devaluar la empresa para comprarla
más barata y así dominar a
los medios de mayor tirada presentando al
kirchnerismo como beneficiado y al Guillermo
Moreno como su brazo ejecutor. Termina su
nota con: “¿Es una empresa
o es la libertad lo que está en juego?
Es la libertad. No lo dudemos”.
Me pregunto, para qué
les sirvió la libertad de expresión
si cuando debieron hablar callaron para
beneficiar sus turbios negocios… Además,
¿qué importa si se pudiera
llegar a beneficiar alguien si en todos
estos temas lo que se busca es justicia?
Y para cerrar con
el tema del ADN ¿Cuál es el
vejamen mayor? ¿El que vivieron los
padres biológicos de Marcela y Felipe
-secuestrados, torturados, asesinados- o
la de estos dos jovencitos que tuvieron
que entregar una bombacha y un par de medias?
Rafael Sabini
[email protected]
Revista El Abasto, n° 121, junio, 2010.