Godot: el hastío
de esperar
En el teatro Anfitrión su responsable
mayor ha montado uno de los clásicos
dramaturgos del siglo XX. Me estoy refiriendo
a Esperando a Godot, probablemente, la obra
más reconocida de Samuel Beckett.
El espectáculo
surgió dentro del proceso de trabajo
con un grupo de alumnos suyos, los que luego
a fuerza de ir probando, buscando, tanteando
encontraron esta versión que llega,
finalmente, a platea. Hay que reconocer
el enorme mérito de este Godot montado
por Goldenberg el cual respeta literalmente
todo el texto de la versión original.
Lo que no es poco, y menos en estos tiempos.
Pero, asimismo, esta puesta se permite varios
gestos audaces como, por ejemplo, el enroque
entre cuatro actores, dos hombres y dos
mujeres, que se van turnado en diferentes
momentos de la pieza para interpretar a
los emblemáticos personajes masculinos:
Vladimiro y Estragon (Didi y Gogo, para
los más íntimos). De
este modo, se subraya la condición
teatral de lo que aquí se narra y
esto le cabe como anillo al dedo, porque
si algo caracteriza a esta obra es, precisamente,
señalar ese carácter absurdo,
sin sentido que tiene la vida. Donde todo
no tiende más que a repetirse. Pero
sin ton ni son. Y es en esta rotación
de los personajes centrales de la pieza
donde precisamente se remarca eso mismo:
el absurdo de la eterna reiteración.
Porque esos vagabundos que están
allí esperando a Godot, en una eterna
y angustiosa espera, mientras hablan de
cualquier trivialidad juegan con ciertas
situaciones disparatadas tratando así
de matar el tiempo ante el inmenso vacío
de la vida que los rodea. Metáfora
esta última que también está
explicitada al plantearse a estos personajes
solos, abandonados, en un páramo,
sólo la compañía de
un árbol pelado. Berta Goldenberg
tuvo la sapiencia de saber respetar esto,
en términos escenográficos,
y de mostrarnos a esa luna que pende, cayendo,
a veces, como una forma más de remarcar
el inútil paso del tiempo…
Logrando con esto último, además,
una bella imagen poética para el
espectáculo.
Otro de los hallazgos
en esta nueva versión es la interpretación
de Pozzo, el viajero, junto a Lucky, su
esclavo, por una actriz, quien se luce,
cabe decirlo, en su trabajo.
Finalmente, puedo decirles
que creo que tenemos aquí un Godot
más que digno, el cual vale la pena
ver. ¿O se lo van a perder?
Marcelo
Saltal
[email protected]
FICHA TÉCNICA. Obra:
Esperando a Godot. Autor:
Samuel Beckett. Elenco: Carla Canosa, Jorge
Drechsler, Matías Panelo, Lucía
Pratolongo, Desirée Salgueiro, Guillermina
Schauman y Arturo Silva. Dirección:
Berta Goldenberg. Sala: Anfitrion, Venezuela
3340, tel.: 4931-2124.
Revista El Abasto, n° 121, junio, 2010.