Entrevista a la actriz y
directora teatral Constanza Maral
Un sueño hecho teatro
Balvanera, por excelencia el circuito más
importante de la ciudad, suma estrenos a
su cartelera de espectáculos. Desde
hace algunos meses cuenta con el Espacio
de Arte Dandelión, ubicado
en Córdoba 2429, 1ro derecha, dirigido
por la reconocida actriz Constanza Maral.
A pesar de que no tenga
carteles en el frente, la fachada antigua
del edifico de la ruidosa avenida encierra
una gran sorpresa en su primer piso. Al
recorrer el departamento-sala se pueden
apreciar fotos, cuadros, muebles; todo refiere
a algún momento en la vida de la
actriz. Este espacio está dispuesto
para que el público comparta junto
a Maral la inmensa alegría de abrir
las puertas de este teatro, de este “sueño”,
tal como afirma con orgullo.
El clima que impera refiere
a intimidad desde el primer momento. Esta
sensación es “para que los
espectadores empiecen a participar del rito”
teatral, que luego se refuerza durante la
obra, según la actriz. Además
de la sala acondicionada para 45 espectadores,
Dandelión posee un living para el
habitual brindis posterior a la obra: “Otra
forma de estar cerca del público”.
Este carácter intimista
y cercano fue la columna vertebral que marcó
el rumbo de Constanza. “Mi primer
maestro fue Roberto Durán, quien
siempre hablaba de los teatros-casa, los
lugares para tener relación directa
con los espectadores. Una
vez le dije “maestro, un día
voy a tener un estudio como usted”.
Fue en 1973, él me respondió
que era muy chica para pensar en eso”,
evoca.
“Creo en el destino”, es la
frase con la que introduce la historia de
cómo llegó al lugar que es
hoy Dandelión. Estuvo a fines de
la década del noventa en el cuarto
piso, luego peregrinó por la ciudad,
casi se instaló en Palermo, pero,
para fortuna de los abastenses, tal como
un tango, al final volvió para el
barrio.
Al día de hoy ya
pasaron varios meses desde la apertura de
la sala y ya son varias las funciones desde
el estreno de Allá donde fuéramos
(obra que dirige y actúa) a fines
de marzo. “Fue todo un proceso”,
define Constanza. Y aún lo es, al
hablar con ella se percibe por momentos
la veta de actriz, pero por otros queda
en evidencia el rol de directora de la sala,
que está en todos los detalles para
que a la hora en punto de la obra el público
pueda disfrutar de la función.
Por si fuera poco, se
carga al hombro el rol de docente. Los miércoles
y jueves recibe a sus alumnos, muchos de
ellos son parte del elenco de… Allá
donde fuéramos. También para
este mes prevé realizar un seminario
intensivo para aquellos que nunca hayan
pisado un escenario. “Se trata de
dar un primer acercamiento al teatro, para
ver si se sienten lo suficientemente provocados”,
adelanta.
Con respecto a su carrera,
a pesar de tener cerca de cuarenta años
de actuación en televisión,
destaca, como el momento que más
la marcó, su participación
en Teatro Abierto, en 1983. “Me pareció
fantástico haber formado parte de
ese grupo de profesionales. Además,
mientras que lo hacía estaba consciente
de que eso me hacía feliz, de que
eso era importante”, recuerda.
Sobre qué espera
dentro de la salda Dandelión, Maral
lo compara con el momento en que uno “ve
algo genuino en la calle, desde una pareja
besándose de una forma maravillosa,
una pelea o un accidente, es algo que te
atrapa y no podés dejar de verlo”.
“Es ahí cuando se produce el
milagro del teatro, en la sala el silencio
grita, cuando se produce el más profundo
de los silencios significa que todo el lugar
está en comunión. Es cuando
el público y los actores abren su
corazón”, señala.
“Voy a seguir insistiendo
con este lugar. Ahora hay nuevas preocupaciones,
programación, fijar un rumbo en las
obras en cartel”, detalla Constanza
sin que el reto le quite emoción
a sus palabras. Hace décadas el desafío
de tener un teatro fue el motor que desveló
a esta actriz. Constanza, años después
y para el deleite de los vecinos de Balvanera,
ahora esta empezando a cumplir este sueño.
Como para no creer en el destino.
J.M.C.
Allá
donde fuéramos…
No dejaremos que el hijo de ninguna mujer
vaya a la guerra. “Esta tragedia griega,
escrita por Eurípides, hace mención
a las troyanas, quienes dicen que la guerra
de Troya se hizo por una mujer, Helena”.
Otra versión afirma que en realidad
“fue por el estrecho del Helesponto,
que tenían los troyanos, pero querían
los griegos porque es el paso que unía
oriente y occidente; un paso clave para
el comercio. Con la guerra de Troya la que
pagó por esta ambición fue
la gente, que perdió la vida, la
pertenencia. En esta versión quise
hablar de este tema, tan actual a pesar
de los siglos de distancia”. Funciones:
viernes 21 y domingos 18 hs. http://alladondefueramos.blogspot.com/
Revista El Abasto, n° 124
, septiembre 2010.