Pintaron sobre el antiguo
mural del
paredón de Díaz Vélez
que había hecho la Asamblea Popular
de Plaza Almagro apoyando -y ahora reapoyando-
la movida vecinal por el Parque Estación
y el Corredor Verde Oeste
Nuevo mural de Arte Sin
Techo en el barrio
“Ocupar el espacio
público fuera de la marginación”
Esta asociación civil almagrense
le pone esa pincelada de esperanza a un
proyecto que busca reinsertar a gente en
situación de calle. Las paredes del
barrio visten orgullosas el fruto de estos
alumnos. Durante varias semanas seguimos
de cerca el trabajo que la docente Marina
Culjak realizó con estudiantes del
taller de mural. El resultado, un paisaje
onírico ideado por el genial Aníbal
Garfunkel, con el sello de los pintores
sin techo.
Se reúnen desde bien
temprano, “para aprovechar el día”,
tal como nos cuenta Marina, licenciada en
Artes Visuales del IUNA y actual coordinadora
de este taller. Escoltadas por un ejercito
de baldes sobre la vereda, sus alumnas le
disputan al gigantesco muro de casi media
cuadra un destello de colores y formas.
La mañana en el
barrio se puebla de autos y camiones que
se atascan en la esquina de Bulnes y Díaz
Vélez. El paso del tren Sarmiento
hacia el oeste marca su presencia a cada
paso. En medio del bullicio urbano, el ritmo
vibra al compás de los trazos de
Olga, Clementina y Aída que recrean
el boceto del artista Garfunkel.
Salir
de la situación de calle
Ellas, las pintoras, son mujeres que han
pasado de vivir en la calle a “formar
parte del espacio público desde otro
lugar, fuera de la marginación”,
enuncia Culjak. “Alguien que vive
esa situación, donde uno se abandona,
le cuesta volver a asumir un compromiso
pero este grupo responde bien y por eso
avanzamos rápido”, las felicita
su profesora.
“La pintura la vivo
de una forma muy especial, desde chica lo
hago. Es una forma de recrearle la vida
a la gente y que lo puede compartir con
alegría”, cuenta Olga, mientas
se sacude el overol turquesa. “En
vez de ver una vereda sucia, hay arte en
las calles. Pintamos con el mismo deseo
que el autor lo pensó”, explica
con entusiasmo.
“Es terapéutico”,
señala Marina mientas rememora el
trabajo hecho en una pared de Caballito:
“Que ellas vean su trabajo concluido
es muy gratificante y las moviliza a seguir
adelante con más ganas”.
“La calle me deterioró,
te denigra como ser humano”, cuenta
en primera persona Clementina. “Me
pone contenta que ahora que tengo un subsidio
pueda tener un techo y vivir en un hotel”,
se alegra mientras con el pincel realza
el brillo del paso. “Antes con otros
compañeros parábamos en plazas
o escaleras de hospitales”, recuerda
como si hablara de otra vida.
Corredor
verde y después
Muchos vecinos recordarán que en
ese mismo muro estaba plasmada una pintura
hecha por integrantes de la Asamblea Popular
de Plaza Almagro. La docente comenta que,
además de tener el permiso municipal,
“el coordinador de Arte sin Techo
se reunió con los vecinos para aclarar
la situación, al principio se había
tomado como una invasión pero nuestra
idea es aunar, no dividir”. “Vamos
a agregar la adhesión al Corredor
Verde, porque estamos a favor de esta iniciativa
que reclaman los vecinos del barrio”,
añade.
En ese sentido, Aída,
una de las alumnas, mientras toma un descanso
cuenta que “había gente que
pensaba que éramos de un partido
político, ahora nos felicitan y nos
ofrecen ayuda”. Tanto ella como sus
compañeras se emocionan al hablar
de la repercusión de su trabajo en
los habitantes de la zona.
Más allá
del arte
“Fue movilizarte porque me imaginaba
como docente pero nunca pensé que
iba a complementarse con trabajo social”,
sostiene Marina. Destaca que esta experiencia
es muy positiva, en otras palabras, “un
crecimiento más allá del arte”.
“Con el tiempo la
gente se abre a sus compañeros, se
revinculan con su entorno, algo que la situación
de calle te arranca de cuajo”, detalla
Culjak. Como quien habla con orgullo de
su labor bien cumplida, la docente concluye:
“Es una nueva puerta en sus vidas
y un paso adelante para que puedan rearmarse
y reinsertarse en la sociedad”.
Juan Manuel Castro
[email protected]
Aníbal Garfunkel,
profesor nacional de bellas artes, autor
del boceto del mural
“Cuando lo empecé,
hace un año, me pidieron un mural
para Arte sin Techo y me pareció
apropiado aportar a la ciudad un paisaje
agradable, pero que a su vez tratara la
problemática de la calle. No quería
caer en el golpe bajo.
Esta obra tiene que ver
con la naturaleza que representa a la gente
es algo onírico. Los gigantes que
se abrigan de la naturaleza. Es un mensaje
abierto para que cada persona que pasa busque
una interpretación. A la vez, habla
de la gente sin techo desde un lugar esperanzador,
cálido.
El formato era complicado,
el muro es muy largo, tuve que pensar bien
cada elemento para que quede plasmado. Es
una propuesta bastante libre en cuanto a
colores, algo grato para realizar. Que los
pintores incorporen parte de su mundo en
cada pincelada me parece un aporte interesante
a esta obra”.
Revista El Abasto n°125,
octubre 2010.