Visitamos centros de jubilados
barriales
Con más ganas todavía
Mientras el ritmo de peatones apurados en
la zona de Once toma la escena cotidiana,
en distintos puntos del Abasto los mayores
tienen su lugar. En un desafío al
tiempo y el olvido, estos vecinos encuentran
en la compañía diaria la fortaleza
para disfrutar cada día con una alegría
más que envidiable.
Para compartir de
cerca estas historias, nos acercamos una
tarde al Centro La Gran Argentina,
ubicado en Lavalle 3025, casi Jean Jaurés.
Este lugar está dirigido por Cecilia
Damico y La Tana, Lucía Marinaro,
quienes aseguran, ni bien entramos, que
“en este lugar está lo que
ellos buscan: buenas compañías”.
“Los lunes hacemos taller de pintura”,
comenta Damico. “Muchos que antes
no habían incursionado en la plástica
se dieron cuenta de que les gustaba, o también
muchos reflotaron un gusto que habían
dejado años atrás por distintos
motivos”. Es muy gratificante que
se comuniquen a través del arte”,
señala Damico, quien muestra la pared
de la sala principal, empapelada de cuadros
de sus “orgullosos alumnos”.
Mientras en la sala principal
se disputa una partida de truco, con un
plus de emoción que despierta gritos
y cantitos, en una de las habitaciones continua
la charla con las directoras del lugar.
“Despierta una gran alegría
que hayan tomado al centro como un lugar
de referencia para sus vidas”, se
sinceran.
¿Es mentira ese
mito de que cuando se juntan jubilados solo
hablan de enfermedades?, es el disparador
para que la pequeña salita replique
un “no” colectivo. “Con
todo lo que me pasó, con todas las
operaciones que tuve, tendría que
andar de mal humor, pero yo no soy así,
a mi me gusta reírme, venir acá
y estar con mis vecinas, eso es lo que me
hace bien”, sintetiza Elena.
En consonancia, en la
puerta de Almabasto, Gallo
333, tres señoras se quedan en la
puerta a charlar después de la clase
de Reiki. “Antes, a los 50 años
ya eras una anciana sin futuro”, asiente
Josefina, quien a sus ochenta años
irradia optimismo y alegría. “En
cambio ahora me ves acá, en los talleres,
después de clase charlo con la profesora
y mis compañeras, eso es lo que uno
necesita para estar bien”, asegura.
“Vengo a las clases
pero también a la tarde hago una
taller de pintura, estoy de acá para
allá”, bromea Justina. “Más
que remedios, nosotros a esta edad necesitamos
compartir lo que nos pasa, estar junto a
nuestros vecinos para disfrutar de esta
etapa de nuestras vidas”, reflexiona
su compañera Andrea.
En la actualidad además de estas
instituciones barriales, el Gobierno de
la Ciudad desarrolla el plan Tercera Edad,
dependiente del Ministerio de Desarrollo
Social. En la zona, el
lugar más cercano es el Hogar
de Día Nº 17, ubicado
en Agrelo 3356 y perteneciente al Centro
de Gestión y Participación
Ciudadana (CGPC) Nº 5.
Allí se dictan talleres, actividades
y talleres para mayores de 60 años.
Se ofrece orientación psicológica,
social y jurídica. Además
se brinda una prestación alimentaría,
que consiste en una dieta hioposódica.
Este servicio es para consumo dentro de
los Hogares de Día.
Los requisitos para asistir
son: “Residir en la ciudad de Buenos
Aires y presentar fotocopia del DNI, certificado
médico donde conste ausencia de enfermedad
infectocontagiosa y asistir a una entrevista
de admisión con el equipo profesional
de la institución”.
En el barrio se escriben
historias todos los días, las hay
más o menos interesantes, más
alegres o no. Las páginas más
esperanzadoras son aquellas que estos hombres
y mujeres nos escriben a los más
jóvenes; aquellas que contagian optimismo
para afrontar la vida con más ganas
todavía.
Juan Manuel Castro
[email protected]
Distinción
Porteño Mayor Destacado
Un proyecto pretende rendir homenaje en
vida a los “porteños mayores
consagrados o destacados residentes en nuestra
ciudad; conciudadanos que nos dejan un ejemplo
y que con su obra y accionar nos prestigian”.
La distinción se dispondría
los 1ero de octubre de cada año mediante
una ceremonia de homenaje y reconocimiento
a los que se determinen en la Legislatura
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Cabe agregar que la fecha del 1º de
octubre se eligió porque ese es el
día internacional de las personas
de edad declarado así por la Asamblea
General de las Naciones Unidas en el año
1990.
Almabasto,
cruce de generaciones
Almabasto es el centro de jubilados presidido
por Pascual Mazzaferri, aunque su almamater,
o gerenta, es Roquelina. Cuenta con gimnasia
para adultos de la tercera edad, folklore
y posibilidad de acceder a paquetes turísticos.
Pero también tiene su faceta juvenil:
se dictan clases de taekwondo y además
alberga un espacio cultural que se ha granjeado
un lugar indiscutible en el under de la noche
porteña: El Emergente Bar. Un especial
atractivo en esa línea se desarrolla
los miércoles de noche con el Roquelín
Club cuyo ciclo de música y poesía
convoca a poetas como Enrique Symns que viene
dando sus famosos monólogos.
Aprovechamos para cerrar este apartado con
una linda noticia sobre la tercera edad: el
18 de diciembre se festejan los 100 años
de una vecina en Almabasto.
Revista El Abasto, n° 127 , diciembre
2010.