No pido conciencia de clase,
con dos dedos de frente alcanza
Muchos lo sabíamos
desde que se presentó: contrabandeaba
autopartes para luego importarlas, de una
familia enriquecida por sus negocios con
el estado, que había llevado a Boca
a una buena imagen futbolística pero
también a una deuda gigantesca. Con
“propuestas” imposibles de concretar,
¿se acuerdan de los 40 km de subte?
Otros además hacíamos una
lectura de su clara tendencia neoliberal,
aquella que llevó al país
a la gran crisis del 2001. Personalmente
noté cierto desprecio por el quehacer
democrático, cuando nos reunió
a unos cuantos representantes de medios
–en su primer intento por la Jefatura
de Gobierno– y habló, habló,
habló... ¡no aceptó
una pregunta!
Sin embargo, el
pueblo votó y su modelo ganó.
Apenas asumió nos borró del
Registro de Medios Vecinales, ese que nos
brinda publicidad oficial por cumplir con
ciertos requisitos, pero gracias a la justicia
volvimos (¡y en diciembre pasado hasta
salimos premiados por este mismo gobierno!).
Comenzó su gestión reprimiendo
y desalojando a gente necesitada de “los
espacios públicos”, cartoneros
en Belgrano, gente sin techo, con la patota
ilegal de la UCEP, mientras no desmiente
que su amigo Macri en Caballito, Constructora
Caputo, utilizó (¿y utiliza?)
durante años el espacio público
para fines privados en forma de construcción
de edificios de categoría. Este ejecutivo
pone trabas a vecinos organizados para hacer
fiestas callejeras como modo de revertir
el sentido del espacio público -de
“tierra de nadie a tierra de todos”.
Como su caballito de batalla es la “inseguridad”
quiere su propia policía.
El macrismo se ha
empecinado en recuperar inmuebles, desalojar
por la fuerza, pero no ha podido ubicar
el CGPC5 dentro de sus barrios, Boedo y
Almagro. Intenta meterlo dentro del único
espacio verde de Boedo, la plaza recuperada
por presión vecinal. Lo mismo con
los precintos, que pone en otros espacios
verdes. Este gobierno gestó la Metropolitana
con lo peor de la Federal, encabezada por
un espía, mientras hablaba de una
nueva policía, creaba una como la
de fines de los ´70.
Y ya que estamos
con la “inseguridad” les recuerdo
que también es inseguridad llevar
a un hijo a una plaza, con el riesgo de
que se le caiga una rama en la cabeza (como
pasó en Plaza Almagro a pesar de
reclamos vecinales por ese árbol
en cuestión), y que no se hagan cargo
del daño como corresponde. ¡Tanta
es la obsesión por “gestionar
empresarialmente” que un contador,
y no un agrónomo, dirigía
los espacios verdes!
Y también
es inseguridad convivir con asesinos y genocidas
armados hasta los dientes, sin embargo,
el macrismo, al igual que Duhalde, pretenden
el “olvido”.
Tanto es su interés por recaudar
que toma ingresos brutos compulsivamente
de quienes no debemos pagarlo por ser exentos
por ley. Pero cuando se trata de tener en
cuenta un problema grave como el habitacional,
no hace más que dos mil de las once
mil viviendas que tiene adjudicadas por
partida. Desde luego que el problema explota
y muchos, muy necesitados, toman espacios
públicos mostrando esa necesidad.
Su solución: “al palo y a la
bolsa”. Nunca preveer, jamás
planificar por el bien social.
Este es el gobierno
que pensaba que los gastos sociales en salud
y educación había que reducirlos
porque había que “pensar la
ciudad como una empresa”. Pero una
ciudad no es una empresa, es un espacio
con entramado social, y el estado no es
una gerencia empresarial, sino que debe
seguir políticas que beneficie a
sus habitantes. Porque Buenos Aires no es
una fábrica, ni nosotros sus obreros.
“Hacer política” para
el PRO es mala imagen, entonces pretendieron
convencernos que lo de ellos es la “nueva
política”, sin embargo, demostraron
que es la vieja, la más vieja de
todas: conservadora y económicamente
liberal.
En fin, la lista podría hacerse muy
extensa, entre atropellos, la poca importancia
que le han dado a las problemáticas
sociales y las descaradas mentiras (¿recuerdan
el supuesto apoyo para “El Fino”
desde las embajadas de EE.UU. e Israel?).
No culpo a quienes
le creyeron; lo que si les pido es que esta
vez no vuelvan a equivocarse por el bien
de todos. Estaría bueno
que tomemos conciencia.
Rafael Sabini
[email protected]
Revista El Abasto, n° 130 , abril 2011.