Entrevista al guionista
y vecino Diego Agrimbau
Personajes a la vuelta
de la esquina
“Soy un almagrense nuevo, estoy hace
dos meses en el barrio”,
bromea el guionista Diego Agrimau. Este
encuentro bien podría haber sido
coordinado en alguno de los tantos cafés
de la zona. Sin embargo, el escenario de
fondo que toca para esta entrevista está
a más de trescientos kilómetros
del barrio.
Nos encontramos en el Centro de
Exposiciones Contemporáneas (CEC)
de la ciudad de Rosario. Fuimos
hasta la capital santafesina a participar
de la segunda edición de la exposición
internacional de historietas Crack Bang
Boom. Hubo puestos de venta, muestras y
también clínicas, es decir,
clases sobre diversos aspectos puntuales
de la historieta.
Una de ellas fue
sobre la realización de guiones.
En principio, iba a ser dictada por el maestro
Carlos Trillo, autor de
célebres historias como el Loco Chávez,
Las puertitas del señor López,
entre tantas otras de su carrera. Sin embargo,
el mundo del comic tuvo que lamentar (y
todavía lamenta) el fallecimiento
de este prolífico escritor, reconocido
mundialmente.
Entonces,
Agrimbau, quien vive en
Gascón y Medrano, fue convocado
para dar la clínica. La elección
no resulta caprichosa ya que este guionista
fue amigo y colega de Trillo.
El inicio de esta
relación se remonta casi a los comienzos
de Agrimbau en el mundo de la historieta.
Los guiones de este artista datan de fines
de los años ochenta y comienzos de
los noventa. Esta última, una década
“oscura”, según sus palabras
y la de varios referentes del noveno arte
en Argentina. Dicho de otra forma, la década
menemista significó el cierre de
muchas editoriales, por lo que los dibujantes
que daban sus primeros pasos lo hacían
a través de la auto-publicación.
Fue un tiempo marcado por los fanzines,
revistas artesanales de baja tirada. Agrimbau
fue parte de este fenómeno y recorrió
varios eventos.
La
clínica de guión en el CEC
De vuelta a Rosario y a la clínica,
el comienzo fue dedicado a homenajear a
su “colega” y “maestro”.
Se mostró agradecido a su “legendaria
amabilidad”. Recordó
que era usual ver a Trillo recibiendo guionistas
jóvenes para aconsejarles. Evocó
su primer encuentro en el estudio que compartía
el autor de El loco Chávez con el
dibujante Carlos Meglia en Talcahuano y
Santa Fe.
Remarcó, entre otras cosas, la humildad
que tuvo al trabajar con los mejores ilustradores
del país de varias generaciones;
desde consagrados como Horacio Altuna hasta
la revelación del joven Pablo Tunica.
“Trillo confiaba en sus dibujantes,
daba libertad de acción”, aseguró.
Uno de los momentos más
emotivos fue cuando reflexionó que
con la muerte del guionista muchos artistas
quedaron “huérfanos de padre
profesional”, por lo que se mostró
agradecido de haber sido colega suyo y compartir
largas horas en bares hablando de la vida
e intercambiando ideas sobre posibles guiones.
Luego, Agrimbau continuó con su clínica
y explicó a los presentes, decenas
de dibujantes y aficionados, algunas estrategias
para “transformar las buenas ideas
en grandes historias”.
El Asco & Moebius
La relación de Agrimbau y Almagro
no nació hace dos meses con la mudanza
desde su Flores natal. Por eso hablamos
con este escritor sobre su primer acercamiento
a un barrio que tiene mucho para contar.
La charla, una vez finalizada la clase,
giró en torno a El Asco,
historieta que realizó con el ilustrador
Dante Ginevra.
Publicaron una página
por semana en el blog de Historietas Reales
entre enero de 2005 y mayo de 2007. Este
colectivo de ilustradores fue pionero en
la utilización de las nuevas tecnologías
para difundir sus trabajos.
“Es uno de mis trabajos
favoritos, significa mucho para mí”,
asegura el guionista. “No
ganamos un mango (con Ginevra), pero fue
muy especial el retorno de la gente cuando
publicábamos El Asco en Internet:
los fanáticos que la seguían
dejaban comentarios, fue muy grata la interacción”,
añade.
Quien llevó estas
viñetas digitales a las librerías
fue la editora Domus en 2007. Cabe destacar
que hoy parte de sus integrantes originales
llevan adelante el Espacio Moebius, librería
especializada en historietas y diseño
gráfico, ubicada en Bulnes entre
Valentín Gómez y Corrientes.
Casualidad o no, sobre las calles del mismo
barrio de Almagro se desarrolla El Asco.
Daniel Grimassi es un joven treintañero
que sufrió un accidente automovilístico
que lo dejó rengo. Lleva una vida
ermitaña sin demasiados sobresaltos
pero sí con muchas inseguridades
hasta que conoce a Natalia, una vecina no
vidente con la que se cruza de vez en cuando,
mandados y quehaceres cotidianos de por
medio.
Durante una peña
organizada por la ficticia “Mutual
Amigos Almagro” se acerca a la joven,
de un carácter extrovertido y desprejuiciado,
y de ahí en adelante la vida de nuestro
protagonista pasará de la calma a
una nueva etapa, más intensa y con
sentimientos encontrados.
La dupla Agrimbau-Ginevra
nos acerca personajes con una carga emotiva
muy fuerte. Los miedos de Daniel y la contracara
de su joven amada configuran una pareja
que, junto a los personajes secundarios
de El Asco, bucean sobre las emociones humanas
con crudeza en algunos momentos, pero con
una cuota de ternura y esperanza.
El Asco fue distinguido
en la categoría "Mejor Edición
de Historieta Argentina Actual (Drama)".
Otorgado por la revista especializada Comiqueando
en base al voto de sus lectores.
Dentro de las nuevas generaciones
de historietistas, la producción
de este artista es una de las más
valoradas y premiadas. Además, sigue
tan prolífica como al momento de
empezar El Asco, sólo que esta vez
Agrimbau escribe sus guiones a pocas cuadras
de donde viven Daniel y Natalia, sus personajes,
en el viejo e inspirador barrio de Almagro.
Juan Manuel Castro
[email protected]
En la actualidad podemos
encontrar a este vecino de Almagro en la
contratapa del matutino Tiempo
Argentino. Junto al dibujante
Fernando Baldó publican
la tira diaria “Los canillitas”
desde el 16 de mayo del año pasado.
“…Hacer una
tira diaria, era uno de mis objetivos como
historietista que todavía estaba
pendiente, un desafío que tarde o
temprano quería encarar. Así
que esta nueva iniciativa es un placer y
una responsabilidad. Por lo pronto, nos
tenemos que hacer buenos amigos con Rodolfo
y Pablo, los dos personajes que a partir
de ahora nos van a acompañar quién
sabe por cuanto tiempo”, publicó
ese mismo día el guionista en su
web personal.
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Revista El Abasto, n° 133 , julio 2011.