Mando un pequeño
cuento con la intención de que se
animen a organizar el ¿cuarto? concurso.
Infantiles, eróticos, policiales;
hay muchos temas para elegir...
Besos
Silvana no sabía
besar. Abría demasiado la boca. Yoli
besaba muy bien. Podíamos pasar horas
y horas besándonos. Silvana -para
mi gusto- era la mujer perfecta, pero no
sabía besar. Yoli era la mujer imperfecta,
pero besaba de maravillas. Yo salía
con las dos en días distintos. Casi
todo los impares, Yoli. Los pares –lógico-,
Silvana. Los días 31 eran para mí;
el 29 de febrero, también. Hacía
lo que quería; iba y venía.
Un 31 muy caluroso conocía a Susana.
Susana era como Dolores ciudad; mitad de
camino. No besaba tan bien como Yoli; ni
tan mal como Silvana. Qué me da si
sumo perfecta más imperfecta y divido
por dos. Da Susana; la matemática
no falla. Un día con alto porcentaje
de humedad, le pregunté a Susana
qué le parecía la idea de
pasar por el Registro Civil más cercano
a su domicilio y contestar afirmativamente
las preguntas de rigor. Me contestó
con un beso susanesco. Enseguida tuvimos
mellizas. Me impuse categóricamente
a la hora de los nombres. Silvana y Yolanda,
claro.
Carlos Vallejo
Revista El Abasto, n° 134 , agosto 2011.