Centro Político Cultural
Balvanera
“Queremos que los
vecinos hagan suyo este espacio”
Una pareja adelanta el paso por la calle
Rincón. De forma inesperada, a mitad
de cuadra algo los detiene. Sus miradas
se posan en listas de talleres y actividades
pegadas sobre un vidrio empañado.
Los novios se alejan, pero la escena de
gente revisando afiches se repite a lo largo
de la tarde.
Del otro lado del
vidrio, dentro del Centro Político
Cultural Balvanera, una de sus referentes,
Marina Chmielazczyk, mira
la vereda con atención y destaca
que esta casa antes era un deposito de verdulería.
“Intrigó en el barrio cuando
empezamos las obras de reparación,
muchos se aceraron luego para averiguar
qué era lo que se iba a hacer acá”,
recuerda.
Esta joven, en representación
de sus colegas, nos invita a recorrer el
CPCB: una amplia salsa de techos altos y
paredes blancas recién pintadas que
exhiben con orgullo una muestra fotográfica.
Luego, nos explica por
qué eligieron el barrio para iniciar
su proyecto: “Es una zona
estratégica, es un lugar de tránsito
y posee múltiples características”.
Además,
mostró gran interés por “la
convivencia de culturas latinoamericanas
en estas calles”, en alusión
a las colectividades que viven y trabajan
en estas calles.
Al recordar los orígenes
de este espacio, Marina cuenta que abrió
sus puertas en noviembre de 2010. Sin embargo,
desde hace pocos meses que se realizan talleres.
“Iniciamos una convocatoria para aquellos
interesados; de casi un centenar que respondieron,
elegimos algunas disciplinas que no suelen
estar en este tipo de espacios”, cuenta
Marina.
En la actualidad, en la
calle Rincón 257 se dictan clases
de análisis y creación de
mandalas, artesanías en metal, charango,
guión, guitarra, realización
documental, tapiz y telar indígena,
teatro para chicos y adultos y yoga terapia
integrativa.
Además, destaca
que durante el año se harán
muestras y exposiciones, por lo que “invitan
a quien quiera traer su proyecto”.
“El lugar es de puertas abiertas y
queremos dar la oportunidad a los que no
tienen un lugar para expresarse”,
enfatiza en nombre del CPCB.
“Tal como muchos
sueñan con abrir un bar junto a sus
amigos, nosotros emprendimos este desafío”,
evoca entre risas Chmielazczyk. Asegura
que al principio no imaginaron “lo
complejo que sería llevarlo adelante”.
“Cada uno de nosotros tenemos nuestro
propio trabajo, lo hacemos por vocación”,
resalta.
Entonces, nos
introduce en la lucha que estos espacios
entablan dentro la ciudad de Buenos Aires.
“No estamos reconocidos como tales
por la ley”, se lamenta.
“Las únicas alternativas es
inscribirnos en calidad de Club Cultural
o Galería de Arte, cuyos requisitos
no son compatibles con lo que hacemos”,
explica.
“Aparte, se alejan
de nuestro propósito, nosotros no
tenemos fines de lucro”, contrasta
con la normativa vigente. “Averiguamos
en el gobierno porteño si existía
alguna forma, incluso vimos de integrarnos
a los programas que hacen en los barrios,
pero el camino es interminable, es imposible”,
detalla, por lo que remata: “Nos sentimos
excluidos con las políticas culturales
vigentes”.
Ante la dificultad de encontrar reconocimiento,
el Centro Balvanera se ha contactado con
otros espacios de la zona, como el Zaguán
Sur (Moreno 2030), La Grieta (Alsina 2143)
y Kilometro Cero (Bartolomé Mitre
1849). “La idea es conformar un frente
y así reclamar la ley que nos reconozca
como centros culturales”, indica.
De vuelta a las expectativas
de los integrantes del CPC Balvanera, Marina
expone que buscan “convertirlo en
un espacio de referencia y encuentro para
la gente del barrio”. En otras palabras,
aspiran a que “los vecinos
llenen de vida este espacio”. Es por
esto que enfatizan “el aspecto político”:
“Aspiramos a que la gente se informe
y tenga una participación activa
dentro de su barrio”.
Cerca del final de la
charla, Marina recuerda un cine-debate realizado
por el 55º aniversario de los fusilamientos
en José León Suárez,
que devino en el libro Operación
Masacre, de Rodolfo Walsh. Chmielazczyk
acota: “La gente participó
de forma activa, hubo figuras de la política
invitadas y se armó un debate más
que interesante”.
Con la imagen de decenas
de vecinos copando el lugar, debatiendo,
charlando y compartiendo opiniones, Marina
concluye: “Nos da la pauta de que
este es el proyecto que queremos hacer y
que estamos sobre la senda correcta”.
J.M.C.
Revista El Abasto, n° 135 , septiembre
2011.