¡Para lograrlo hay
que invertir!
Si consideramos que en nuestra
vida todo es actuación, pero sólo
algunos se dedican a explotar eso como para
hacer conciente sus diversas personalidades
y exponerlas en público llevándolo
al teatro (cine o TV). Podríamos
decir que todos somos productores de noticias,
pero solo algunos nos dedicamos a hacer
de eso nuestro trabajo.
En el Bauen Hotel
se desarrollará (bueno, cuando sale
esto ya se desarrolló) una actividad
muy interesante de dos días que apunta
a fortalecer ese sector dedicado al periodismo
alternativo, me refiero al 1er Congreso
Internacional de Periodismo Autogestionado.
En dicho evento –organizado por el
Ministerio de Trabajo de la Nación–
se incluyen voces del derecho, de diversas
minorías, por el software libre,
desde empresas recuperadas y hasta una teleconferencia
con Franco Bifo Berardi, un teórico
de medios italiano, autodefinido como “anarco-obreista”:
¡qué como tal pone en duda
la necesidad de un estado!
Si tenemos en cuenta
que la nueva ley de medios audiovisuales
se promulgó hace ya más
de un año y aún no hemos notado
demasiado el cambio que eso implica debemos
reconocer que este estado nacional está
unos pasos antes que nuestra sociedad civil.
Si bien hay que reconocer que el amparo
del grupo Clarín le viene dando tiempo
extra a esta corporación para continuar
explotando sus múltiples espectros
radiofónicos y televisivos, también
debemos reconocer que el 33% para las organizaciones
libres del pueblo (asociaciones, cooperativas,
sindicatos, etc.) aún no se han ni
acercado a ocupar lo que la ley les permite.
Es entonces cuando
nos preguntamos sobre el estancamiento social.
Hace diez años todos, o muchísimos,
queríamos que se vayan todos porque
los que llevaron a cabo políticas
neoliberales de disminución del gasto
público en lo social y endeudamiendo
de la sociedad habían logrado fundirnos,
mientras había generado una camada
de niños sin comida y una inseguridad
terrible. Hoy esas fallas se vienen saneando
de a poco con un modelo incluyente que viene
fortaleciendo la demanda interna. En el
país, en el resto de esta gran federación,
la gran cantidad de votantes mostró
que prefiere seguir con el mismo gobierno
nacional. Hace diez años ni soñábamos
con un gobierno vanguardista y puede que
por eso pedíamos que se vayan todos…
Y hoy este estado
keynesiano nos sorprende, no solo con la
creación de leyes que demuestran
interés por profundizar en la democracia,
por incluirnos de todas las maneras posibles,
a todos, sino incluso brindándonos
herramientas como este congreso que se permite
el lujo de invitar a panelistas que cuestionan
la función del estado. ¡Claro
que desde un país donde el estado
no funciona ya muy bien, desde el viejo
continente que viene sufriendo lo que nosotros
hace diez años!
En el planteo de
democratizar la palabra, haciéndonos
todos de alguna manera productores y consumidores,
vemos un modo claro de democratizar la palabra
y, sin duda, las redes sociales son y serán
vehículos que ayudan. Pero eso no
implica que deje de haber gente que se dedique
profesionalmente a las tareas periodísticas.
Porque así como hay actores profesionales,
aunque todos actuemos, hay periodistas profesionales
pese a que todos (bueno, casi) escribimos
y hablamos. Por eso, como parte de un medio
libre y autogestivo no puedo más
que proponerle a este estado, que se posiciona
en estos términos, que profundice
en su planteo y comparta la pauta oficial
que le brinda a los multimedios. Productos
como éste: pequeños, barriales,
alternativos, autogestivos necesitan de
la publicidad oficial -como
todo medio- para subsistir. Ni hablar de
crecer, desarrollarnos, cubrir más,
engrosar el equipo… ¡y verán
como con posibilidades materiales estos
mismos medios, y los que nazcan, cubriremos
ese espectro del 33%!
Rafael Sabini
[email protected]
Revista El Abasto, n° 135 , septiembre
2011.