Incultura ciudadana
Nuestra incultura ciudadana
goza de buena salud. Mirando nuestro entorno
lo podemos observar claramente.
Carteles indicadores.
Cabinas telefónicas, vagones de subte,
frentes privados, matafuegos, columnas de
alumbrado enchastrados, pintarrajeados y
cubiertos con afiches de políticos,
ofertas sexuales, servicios de parapsicólogos,
clarividentes y otras yerbas.
Botellas, latas
y envases dispersos a diestra y siniestra
y los excrementos perrunos merecen un comentario
aparte.
Está bien
que el ciudadano pida y exija por sus derechos,
pero debe cumplir con sus obligaciones.
Transcribo un razonamiento de Mahatma
Gandhi que lo sintetiza:
"La verdadera fuente de
los derechos es el deber. Si todos cumplimos
con nuestros deberes será fácil
hacer que se respeten nuestros derechos.
Pero si al mismo tiempo que descuidamos
nuestros deberes intentamos hacer valer
nuestros derechos estos se nos irán
de las manos".
P.C.
Revista El Abasto, n° 135 , septiembre
2011.