Criticar no implica necesariamente
un rechazo total
Este número lo verán
con más páginas. Notarán
también que hay una nota larga, extremadamente
extensa para lo que solemos hacer en esta
revista. Notarán a su vez que dicha
nota es crítica al kirchnerismo.
Pero dichos cuestionamientos no son vagas
consignas antiperonistas, ni las críticas
gorilas habituales, sino que es una mirada
desde la ecológica.
Recuerdo una discusión
una vuelta cuando un amigo defendía
la Asignación Universal por Hijo
y yo le decía que estaba bueno darle
alimento a todos, pero que considero que
hay que premiar principalmente a los trabajadores
porque somos los que ponemos el lomo todo
los días y que la universalidad no
era tal porque a mí no me tocaba
por mis hijas. Si bien lo segundo no tiene
argumentación fuerte recuerdo que
me dijo algo que me dejó pensando
“te das cuenta que ahora discutimos
por cuándo nos toca”. Y si
bien soy consciente que el cambio que plantea
Luis en su artículo es de profundidad
no dejo de pensar que el modelo puede ir
cambiando. Que se puede ir limitando la
producción de soja transgénica,
que se tiende a ir apoyando otros modos
de producción. La verdad es que si
me detengo a pensar en el país cuando
Néstor Kirchner se hizo cargo en
el 2003 y la actualidad me sorprenden los
cambios que se han realizado... ¡para
mejor!
Toscamente podríamos
dividir a los que defienden a este gobierno
en dos grandes grupos: los fanáticos
que consideran que absolutamente todo lo
que hace el gobierno está bien (le
aseguro, estimado lector, que ésos
existen y son muchos) y los que apoyamos
pero no por eso sin dejar de criticar o
cuestionar algunas cosas. Los primeros posiblemente
nos odiarán. Pero nos mantenemos
en la idea de que los desarrollos sociales
sin autocrítica son peligrosos y
perjudiciales.
Creemos que si se señala
lo que hay que corregir el cambio es posible.
Creemos en la parte del kirchnerismo que
impulsa la nueva ley de medios audiovisuales
y que busca que existan muchas voces, incluso
las críticas; y no los que consideran
que el “contradiscurso” deba
basarse en Diego Gvirtz (678, Duro de Domar,
Televisión Registrada) y Sergio Spolsky
(Tiempo Argentino, El Argentino, revista
23 y un largo etcéteras) y pocos
productores más de ciertos medios
“militantes”.
Creemos que es muy importante
profundizar en la redistribución
de la riqueza, en la inclusión social
y en la justicia social donde, por ejemplo,
consideramos ejemplar el juicio a los genocidas
de la (última) dictadura militar.
Creemos también en la orientación
de la política internacional, la
defensa al Mercosur, Unasur y toda unión
sureña entre países periféricos,
así como aplaudimos el rechazo al
Alca y el distanciamiento a las recetas
que pretende bajar el FMI y el Banco Mundial.
En definitiva creo que queda claro que creemos
en Cristina. Sin embargo, no nos verán
caer en las garras del fanatismo. Esta elección
está ganada y consideramos que es
hora de cuestionar funcionamientos internos.
Algunos nos llamarán tibios. Otros
considerarán que puede haber algo
cierto en nuestras apreciaciones. Y con
eso nos basta.
Rafael Sabini
[email protected]
Revista El Abasto, n° 136 , octubre 2011.