Momento del balance
Por estas pequeñas
columnas han desfilado durante este 2011
que ya está, casi, expirando, el
pobre, las siguientes obras: Unosdos,
de Carolina Tejeda y José Mehrez;
Fo, el filoso; de Los Modernos
(Pedro Paiva y Alejandro Orlando);
Incriminados, de Peter Handke,
bajo la dirección de Leonor Manso;
Charada, de Paco Jiménez;
Un hombre amable entró a orinar,
de Roberto Perinelli; con dirección
de Corina Fiorillo; Dolly Guzmán
no está loca, de Mónica
Cabrera; En la Isla Cacahuate,
de Andrea Isola; Se alquila, con una
condición; de Diego Casado
Rubio; El perro pequinés (o
la neurosis del subterráneo),
de Alfredo Ramos; Ni muerto has perdido
tu nombre, de Luis Gusman; con dramaturgia
y dirección de Jorge Gómez;
Todo, de Rafael Spregelburd;
El peor de los públicos,
de Andrés Binetti y Alejandro Lifschitz;
2 (un hombre… una mujer), de
Miguel Fanchovich; dirigida por Marcelo
Saltal; Sum Sum, de Laura De
Weck, bajo dirección de Laura Brauer;
En la soledad de los campos de algodón;
de Bernard Marie Koltes; dirigida por
Coralys Schor Brener; Lisboa, el viaje
etílico, de Mariela Asensio;
Taller mecánico (Tragicomedia
delirante); de Patricio Abadi; Baja
Costura; de Mariano Caligaris; y
Estado de ira, de Ciro Zorzoli.
Como podrán
apreciar son muchos los espectáculos
reseñados, en este humilde espacio;
y esto sin contar la enorme cantidad de
obras que han quedado afuera. Es que es
una tarea prácticamente imposible
para un medio que no sea exclusivamente
teatral cubrir todos los espectáculos,
debido a la enorme actividad que hay,
en esta ciudad, de teatro independiente.
Esperemos, aunque
me cueste creerlo estando nuevamente ¡¡¡por
otros cuatro años más, encima!!!,
el ingeniero Macri al frente del Poder
Ejecutivo local. Porque
como podrán deducir su política
para el teatro independiente no ha sido
de lo más beneficiosa. Al respecto,
casi promediando el año, Proteatro
dejó de otorgar subsidios, porque
ya estaba desfinanciado; en cuanto a la
sala Alberdi del Centro Cultural
San Martín, continua estando
tomada, por un grupo de jóvenes,
que la siguen defendiendo a capa y espada
de todos los intentos de privatización
del ingeniero y sus secuaces. Como dicen,
¿no?, para muestra, basta un botón.
Ojalá que
la cosa se revierta, al menos, un poco
para el año que viene. Aunque los
nubarrones negros actuales que sobrevuelen
nos hagan pensar todo lo contrario. En
todo caso, compañeros teatristas,
a seguir resistiendo, como siempre, como
sabemos hacerlo: haciendo teatro.
Felicidades, y
a seguir por un mejor 2012.
Marcelo Saltal
Revista El Abasto, n° 138 , diciembre
2011.