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El tema de la prostitución
disparado desde la literatura y el teatro
La polaca más
valiente de Balvanera
“¿Puede
la leche que alimenta a mi hijo seguir
fluyendo de un corazón dolorido?
¡Imposible! ¡yo pensaba que
dentro de poco vendría la salvación!
Que viajaríamos para encontrarte,
mi amado, único consuelo de mi
alma; que pronto mis ojos llenos de lágrimas
volverían a brillar, al ver como
el padre aprieta a sus hijos contra el
pecho y los besa con todo su ser”.
(Fragmento de carta de Ruchla “Raquel”
Laja Liberman a su esposo Iaacov)
Los vecinos de Once lo saben. La prostitución
es una huella difícil de borrar.
Más allá de la vida social,
más allá de la labor de
las asociaciones civiles. Cuando cae la
noche, cuando es de día. Están
ahí. Cientos de mujeres deambulando
en los recovecos del barrio. Buscando
algún auto que se detenga a sus
pies. Algún hombre que de disimulo
entre con ellas a los hoteles alojamiento
de la zona.
Estamos en diciembre,
despedimos el año, pero no esta
problemática. En tanto, 2012 inicia
como un soplo de aire fresco con respecto
a este tema. Más precisamente,
el 16 de enero a las 21 el teatro SHA,
ubicado en el corazón del barrio,
estrena En el nombre de Raquel, versión
teatral libre de la novela La Polaca,
de la escritora Myrtha Schalom, interpretada
por Mariel Rosciano.
No es la primera
vez que damos con esta actriz. Hace ya
dos años cubrimos su labor en la
obra Amalfi, en el Teatro del Abasto.
Esta vez, asistimos a un gran compromiso
actoral: el corporizar a la heroica Ruchla
“Raquel” Laja Liberman, inmigrante
judía que se animó a denunciar
su cautiverio y contar cómo había
sido prostituida por la red mundial de
proxenetas Zwi Migdal, que operó
durante las tres primeras décadas
del siglo pasado.
“Hoy ese
relato abarca a los millones de víctimas
de trata y explotación sexual que
en el siglo XXI aún no pueden hacerse
oír”, resaltan los realizadores
de la obra.
“Es un espectáculo
y es también una denuncia”,
enfatiza Mariel en dialogo con esta revista.
Se trata de algo más que dar vida
a un personaje notable en la historia
de las reivindicaciones por los derechos
de la mujer: “Cuando leí
la novela me enamoré de ella, me
pareció una mujer leona, una heroína;
Raquel peleó por diez años
para proteger a sus hijos para proteger
su dignidad y se animó a hablar
en el año 30 cuando la mujer no
tenia derechos”.
“Ponerme
en la piel de ella es un completo honor
hacer escuchar su voz y ayudar a que otras
chicas que están en la misma situación
la recuperen para mi es más que
un orgullo”.
El teatro SHA
(Sociedad Hebraica Argentina) cuenta con
800 butacas y está situado en Sarmiento
2255. Este año resultó de
suma importancia ya que, luego de 14 años
fuera del circuito teatral porteño,
el 14 de abril reabrió sus puertas,
día en que esa sociedad cumplió
85 años. Meses más tarde,
En el nombre de Raquel es una de las grandes
apuestas. Para Mariel, resulta toda una
toma de postura realizar la obra allí:
“La idea de estrenar en la zona
porque todo sucedió ahí,
en la zona de Abasto y Once”.
La historia de
la Zwi Migdal, tuvo su punto de inflexión
con Ruchla Laja Liberman. “Raquel”
o “la Polaca”, como la conocían
en el burdel donde trabajaba, también
ubicado en Balvanera. Luego de la muerte
de su marido, un sastre con quien aprendió
el oficio de la costura, para no morir
de hambre ingresó en el mundo de
la prostitución. Esta decisión
representó once años de
su vida en esas condiciones.
El juez Manuel
Rodríguez Ocampo fue el encargado
de tomar la denuncia de Raquel. El comisario
Julio Alsogaray encabezó las pesquisas
que condujeron al procesamiento de más
de un centenar de integrantes de esta
red de trata. Eso fue el 27 de septiembre
de 1930. En enero de 1931 fueron liberados.
La década infame que le dicen.
“En una
época donde todo esta tan mediatizado
es más difícil controlar
por ejemplo las redes de trata de personas
la captación por medios como el
Facebook o el chat son muy peligrosas
y las chicas hoy en día se mueren
por estar en la tele o por venir a Buenos
Aires desde el interior y son captadas
con mucha facilidad entonces pueden legislar
mucho pero si eso no va acompañado
de un aparato que esté preparado
a que cuando una red es desbaratada las
chicas tengan lugares para quedare y de
a poco forjar un nuevo presente para ellas
mismas la legislación no llega
a cumplir su función hay muchas
organizaciones trabajando pero creo que
el estado tiene que intervenir mucho más
en el tema trata y estar bien articulado”.
Las palabras de
Mariel parecen estar escritas en 1930,
junto a las denuncias de Liberman. Sin
embargo, la realidad supera a la ficción
y tal como la “polaca” alguna
vez fue una mujer de carne y hueso, antes
de ser el personaje de la obra, la situación
teje un frustrante paralelismo: falsas
promesas de mejoría laboral, secuestros,
privación de la libertad.
Todo se reduce
a un combo donde la libertad es lo primero
que se pierde y donde la salida parece
una franja desdibujada. Por eso, En el
nombre de Raquel, desde el ámbito
de la cultura, suena como una estocada
al corazón de la impunidad. Una
forma de perder el miedo y, tal como lo
hizo la “polaca” Liberman,
romper el silencio; por justicia de las
que ya no están, para que ni una
mujer más pase por lo mismo.
J.M.C.
FICHA TÉCNICA: Obra:
En el nombre de Raquel.
Dramaturgia: Myrtha Schalom y Mariel Rosciano.
Actuación: Mariel Rosciano. Dirección:
Gabriel Rovito. Diseño Sonoro: José
Mediavilla. Escenografía: Bárbara
Alperowicz. Diseño Gráfico:
Lucas Giono. Fotografía: Mara Folch.
Asistente de Producción: María
Emilia Rosciano. Producción General:
Gazpatxo Producciones. Prensa: Mariel Garrido.
Estreno: Lunes 16 de enero a las 21 hs.
Funciones: Lunes a las 21:00. Teatro SHA,
Sarmiento 2255.
Gazpatxo
Producciones
Mariel Rosciano junto a Mariel Garrido,
Gisela Cottet, Mara folch, Yanina Giselle
Fernández, José Mediavilla,
Lucas Giono y Emma Rosciano conforman esta
productora especializada en teatro. Además,
bajo el mundo de las tablas, este proyecto,
que hace poco cumplió un año
de vida, realiza cortometrajes de difusión
viral sobre cuestiones de género.
“Somos una
productora independiente de jóvenes
que creemos en el arte transformador con
lo cual usamos las herramientas que tenemos
para tratar de transformar la realidad desde
el humor, como con Madre primeriza (obra
que estuvo en la calle Corrientes) o con
Mujer de 30 desesperada busca (que se estrena
en Paseo La Plaza) que es una reflexión
bastante profunda sobre las mujeres y lo
que hoy pasa con nosotras en la sociedad
y en nosotras”, define Rosciano.
“También
estamos trabajando con algunas pastillitas
audiovisuales que tratamos de usar de disparador
para despertar a las mujeres; somos muy
críticas de la realidad no desde
un pedestal, sino como víctimas y
victimarias de este sistema el tema de los
medios me preocupa muchísimo es el
medio masivo mas consumido y es el que más
naturaliza muchos hechos de violencia o
que mezcla y confunde a la sociedad”,
analiza la actriz y productora.
Infierno prometido
Siguiendo la línea de las reseñas
históricas sobre aquellos años
en que la Zwi Migdal articulaba una de las
redes de trata de personas más importantes
en Balvanera, la escritora y docente investigadora
Elsa Drucaroff publicó en 2006 el
libro “Infierno prometido”,
narrando la historia de Dina, una joven
polaca que llega a Buenos Aires en las mismas
condiciones en que lo hicieron cientos de
judías a principios del siglo pasado.
Con un trasfondo denso
y cargado de impunidad, Drucaroff ofrece
un testimonio de época como solo
lo puede hacer alguien con un fuerte compromiso
por el respeto de los derechos de la mujer.
Premio
a las luchadoras
En el Salón Dorado de la Casa de
la Cultura se entregó el miércoles
30 de noviembre el Premio Raquel Liberman
a varias organizaciones no gubernamentales
que promueven y protegen los derechos de
los y las sobrevivientes de situaciones
de violencia contra las mujeres.
Entre ellas, fue condecorada la asociación
civil almagrense La casa del encuentro,
la cual lleva adelante el Observatorio de
Femicidios en Argentina “Adriana Marisel
Zambrano”. “Somos un equipo
de 25 profesionales activistas de los derechos
de las mujeres que asisten a las familias
víctimas de violencia. Tenemos la
obligación de seguir trabajando y
de articular con todos los sectores porque
la violencia de género nos atraviesa
a todos y a todas” dijo al recibir
el estímulo la coordinadora general,
Fabiana Tuñez.
El premio fue iniciativa
de Diana Maffía (Coalición
Cívica) y se instituyó con
la promulgación de la Ley 3460. “El
premio permite visibilizar las múltiples
violencias pero también las múltiples
maneras de luchar contra ella”, concluyó
la legisladora porteña.
Revista El Abasto, n° 138 , diciembre
2011.
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