Nuevo centro de Primera
Infancia en Abasto
En verano, los chicos
primero
En febrero abre un nuevo centro de Primera
Infancia en Abasto. Hablamos con una de
sus coordinadoras acerca de cómo
impactará en el barrio. Relevamos
los demás centros de la zona.
En primer lugar,
vale repasar que estos espacios están
destinados a chicos y chicas de entre
45 días y 2 años (inclusive),
y la educación para los de entre
3 y 4 años. La gestión de
los Centros de Primera Infancia se realiza
mediante un modelo de gestión asociada
con organizaciones de la sociedad civil,
es decir que están gerenciados
a través de convenios con las mismas.
En Balvanera abrirá
en febrero un nuevo CPI. Se llamará
Mi sueño y estará ubicado
en Ecuador 439. Adelantando la llegada
de este Centro de Primera Infancia, hablamos
con la licenciada Luz Martínez,
integrante del equipo técnico de
Mi sueño. “Están integrados
por una directora y un equipo técnico:
una psicopedagoga, una psicomotricista
y una trabajadora social”, detalla
la especialista.
¿Cuáles
son las funciones principales de estos
espacios?, según el sitio oficial
del gobierno porteño, este es un
programa dependiente de la Dirección
General de Fortalecimiento de la Sociedad
Civil del Ministerio de Desarrollo Social.
Las pautas que se plantean, entre otras,
son: “Garantizar el crecimiento
y desarrollo saludable de los niños
y niñas de 45 días a 4 años,
en situación de vulnerabilidad
social, residentes en la ciudad; crear
un espacio propicio para la estimulación
temprana de brindar los elementos básicos
para la satisfacción de las necesidades
fisiológicas, afectivas, psicomotrices,
de juego, recreación y socialización
para el sano desarrollo; fortalecer los
vínculos entre padres e hijos y
concientizar sobre la importancia de la
educación inicial”.
En palabras de
la licenciada, lo que, en general, los
CPI buscan es “garantizar desarrollo
de niños de hasta cuatro años”.
En particular, “estar presentes
ante situaciones de vulnerabilidad social”.
En este sentido, nos cuenta que desde
octubre de este año se hacen relevamientos
en la zona y encuentros con instituciones
como los Centros de Salud y Acción
Comunitaria (CESAC), dependientes del
Ministerio de Salud porteño.
A su vez, resulta
de importancia el intercambio con establecimientos
como el CESAC debido a que uno de los
objetivos del CPI es el “seguimiento
y cuidado de la salud: promoción
y ayuda para el cumplimiento de la realización
de los controles correspondientes a cada
edad”.
En esta línea
de acción de conocer las aristas
del barrio, Martínez cuenta que
entre diciembre y enero, un mes antes
de abrir Mi sueño, se reunirán
con otras organizaciones de la zona. “Abasto
es rico a nivel cultural, se trata para
nosotros de maximizar los recursos mediante
una ida y vuelta con organizaciones sociales
del lugar; significa dar un servicio más
completo que va más allá
de lo institucional, sabiendo que también
se quieren establecer lazos en beneficio
de los chicos”, afirma la licenciada.
¿Por qué
es tan importante que se trabaje con chicos
a esa edad? al tratarse de una edad donde
“la estimulación temprana
es fundamental para su desarrollo”,
la licenciada destaca la iniciativa de
hacer “actividades lúdicas”
con los chicos como juegos.
En tanto, desde
el gobierno porteño amplían
los dichos de Martínez: “Es
un conjunto de juegos, ejercicios físicos
y actividades realizadas lúdicamente,
de forma repetitiva y rápida. El
objetivo es el desarrollo completo del
niño y de sus capacidades, haciéndolo
más confiado, sano y feliz. Se
aprovecha el momento en el que tiene una
mayor plasticidad y crecimiento cerebral,
en el que adquiere destrezas y habilidades
que le acompañarán toda
la vida.
”Coincide
además con el momento en que el
niño tiene mayores ganas de aprender
y de llevar a cabo cualquier actividad
que los adultos le proponen con la condición
de la compañía y atención.
Los niños de 45 días a 2
años reciben estimulación
temprana a través del trabajo conjunto
con los padres a cargo de personal del
programa, actividades de estimulación
psicofísica apuntadas a las habilidades
motoras, funcionales de la vida diaria
(alimentación, higiene, vestido,
etc.) y el juego, capacidades cognitivas,
posibilidades comunicativas y sociales”,
detallan.
Tal
como mencionábamos, las familias
también son partícipes.
Los CPI se proponen “acercar a las
familias la información y la contención
necesaria, para llevar adelante la crianza
con el objetivo de fortalecer la relación
entre los padres y los hijos. Los talleres
participativos son dictados por Organizaciones
de la Sociedad Civil, y abarcan temas
diversos: salud durante el embarazo y
reproductiva, paternidad responsable,
importancia de la lactancia materna, de
una buena nutrición, y de contenidos
de estimulación temprana, detección,
tratamiento e integración social
de los niños y niñas, prevención
de accidentes domésticos, pautas
eficaces de crianza”.
“Los CPI
son relativamente nuevos, es muy interesante
desde dónde se hace la propuesta”,
analiza la licenciada Martínez.
En otras palabras, desde 2009, se busca
que el apoyo de sociedades civiles y organizaciones
barriales esté presente en el desarrollo
de los más chicos. No es poco para
una zona con tanta vida cultural, pero
a su vez con tantas falencias en la calidad
de vida de muchos vecinos.
Juan Manuel Castro
[email protected]
Revista El Abasto, n° 138 , diciembre
2011.