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Una tarde con
Los Inconscientes de Almagro
Desde tiempos inmemoriales el carnaval
viene marchando. Cientos, miles de hombres
y mujeres vienen bailando y cantando en
una larga y ordenada fila que arrancó
su paso en tierras lejanas con las bacanales
griegas, los honores a divinidades egipcias
y tantas otras regiones ya olvidadas.
Sin embargo, la murga siguió tocando
y con los años esta fila de hábiles
bailarines e intrépidos músicos
se nutrió de las culturas afroamericanas
e hispánicas, llegando hasta nuestras
calles porteñas como la tradicional
murga que despierta una sonrisa veraniega
en los vecinos de Buenos Aires a fuerza
de picardía y talento.
Desde milenios que vienen marchando y
ahora les toca hacer su paso triunfal
por los cien barrios porteños,
tal como aquella primera vez en 1869,
cuando las comparsas afroamericanas dieron
cátedra de baile a una Buenos Aires
que empezaba a afincar sus costumbres
y tradiciones. Mientras llega febrero,
los murgueros calientan motores en las
plazas de la ciudad, ofreciendo a los
vecinos un espectáculo tan agradable
como el corso mismo.
Con una tardecita veraniega de fondo,
nos acercamos hasta la Plaza Fumarola,
Perón y Anchorena, para visitar
a una de las murgas más jóvenes
de la zona: los Inconscientes de Almagro,
quienes desde 2007 con el arrabal bien
puesto llevan por toda la ciudad su canto
de alegría y su evocación
al barrio.
Allí están en uno de los
bancos de cemento, de espaldas al mural
recientemente pintado en memora del fotógrafo
y vecino Julio César Fumarola.
Nos acercamos y formando una ronda arrancamos
una charla con aires de camaradería
y entusiasmo por lo que vendrá
en febrero.
“Cuando empezamos varios de nosotros
veníamos de otras murgas, muchos
nos conocíamos del barrio, queríamos
emprender un nuevo proyecto”, introduce
Gustavo Dias, uno de los integrantes fundadores
de la murga e instrumentista. “Estábamos
con ganas de abrir el panorama de lo tradicional
amalgamándolo con distintas corrientes,
con el correr del tiempo fue mutando y
ahora estamos con un escenario de instrumentos
de casi 12 músicos y con una forma
propia de baile abierto”, suma con
entusiasmo.
Y no es para menos. Murga joven sí,
pero con ideas y ganas de crecer. Su incursión
en los carnavales porteños implicó
que los vecinos de la ciudad puedan disfrutar
de una agrupación que complementa
los bombos y platillos clásicos
con otras melodías, de la mano
de instrumentos como flautas traversas
o violines. Producto claro de las ganas
de abrir el panorama, tal como mencionaban
los chicos.
Luego, Romina López, una de las
directoras de Los Inconscientes, es quien
toma la palabra: “Quisimos poner
la libertad en el baile y en lo que cada
uno tenía para aportar según
su fortaleza, empezamos a armar la murga
un poco más horizontal con decisiones
compartidas”. “Estábamos
muy ansiosos porque cada uno tenía
su murga ideal en la cabeza”, recuerda
de aquel inicio, el cual, según
cuentan los chicos, llevó casi
un año de reuniones previas antes
de agarrar los instrumentos y salir a
bailar.
“Desde que arrancamos, éste
es nuestro lugar”, aseguran todos
los integrantes presentes. Si bien cuentan
que su primer día en la Plaza Fumarola
fue un no-ensayo debido a que estaba otra
agrupación ensayando. Luego hubo
acuerdo con sus colegas y coordinaron
horarios de ensayo.
¿A quién le canta una murga?
En el caso de los Inconscientes de Almagro
cuentan que incursionan en la llamada
“murga-canción”. Así,
“las letras son historias, no autorreferenciales
de la murga en sí misma, sino que
se encuentra la vuelta para escribir de
cosas que pasan en el carnaval o el barrio
que antes no se hablaban”, afirma
Dias sobre el llamado a los vecinos en
cada canción murguera “resaltando
el presente y pasado del barrio”.
Para finalizar, ¿qué deseo
tiene la murga los Inconscientes para
estos carnavales? “Que lo disfrutemos”,
“que no nos olvidemos nada”,
“que la gente baile y se divierta”.
Y así será. En este nuevo
capítulo del carnaval que marcha
desde tiempos inmemorables contagiando
alegría y su inconfundible magia
con el arrabal bien puesto.
J.M.C.
Corsos
por la zona
Los carnavales en la ciudad se celebrarán
los días 11, 12, 18, 19, 25, 26 del
mes de febrero y el primer fin de semana
de marzo. Los sábados arrancan a
las 19 y terminan a las 2 de la madrugada,
en cambio los domingos empieza las 19 horas
y termina a medianoche.
Abasto: Córdoba entre S. de Bustamante
y Agüero.
Almagro: Corrientes entre Medrano y Bulnes.
Balvanera: Belgrano entre Saavedra y Pasco.
Boedo 1: Boedo entre Independencia y San
Juan.
Boedo 2: Belgrano entre Maza y Colombres.
Revista El Abasto, n° 140 , febrero
2012.
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