Ante el
Día Mundial de la Mujer y el aniversario
de la desaparición de la vecina y
militante Teresa Israel
Con ganas de
cambiar el mundo
Mientras en algún lugar perdido
del globo terráqueo Naciones Unidas
declaraba el 8 de marzo de 1977 “Día
Internacional de la Mujer Trabajadora”*,
en la ciudad de Buenos Aires, con un año
de dictadura a cuestas, una mujer era
desaparecida; para nunca más volver.
Teresa Alicia Israel se llamaba y vivió
gran parte de su vida en Almagro. Su legado,
late en estas calles.
Seguir el rastro de Teresa al día
de hoy, más de treinta años
de su adiós, es también
perderse un poco en las calles del barrio.
Una de las paradas obligatorias es la
escuela Normal 7, en Corrientes 4261.
Allí, se recibió de maestra.
En el aniversario de 2008, la agrupación
Barrios por Memoria y Justicia
Almagro Balvanera (hoy en día
trabajando divididos por cada uno de los
dos barrios) instaló una baldosa
en recuerdo de Teresa sobre la vereda
del colegio para recordarla.
Hay más. En Sarmiento 4041,
casi esquina Medrano, funciona un anexo
del colegio Normal como polideportivo.
En sus muros, que dan a la calle, se realizó
una intervención artística
para homenajear a alumnos de la institución.
De este modo, se puede leer: “Aquí
estudiaron Teresa Israel Dorita Falco
María Delia Leiva Militantes populares
Detenidas desaparecidas por el terrorismo
de Estado”.
En tanto, luego de sus años en
el colegio de la calle Corrientes, a Teresa
le llegó el turno de ingresar en
la facultad. Citando al sitio Nuestrapropuesta.org.ar,
damos que, aparte de su militancia en
la Federación Juvenil Comunista,
eligió para su vida la carrera
de Abogacía, “para defender
al pueblo de sus verdugos”.
“En tiempos de la dictadura de Alejandro
Agustín Lanusse, los estudiantes
de la carrera de Abogacía reclamaban
por mayores cursos de promoción
sin examen”, motivo que le valió
“sufrir el hostigamiento y la persecución”
por parte del decano de aquel entonces;
sanciones injustificadas incluidas. Así
las cosas, nuestra vecina llegó
a recibirse de abogada. Pero
eso sólo fue el punto de partida.
Allí se comenta que se incorporó
al poco tiempo a la Comisión
Jurídica de la Liga Argentina por
los Derechos del Hombre, en otras
palabras, un órgano con relevancia
a la hora de pedir por los presos desaparecidos
de aquel entonces.
Acerca de los sucesos posteriores, el
sito repasa: “En la defensa jurídica
de los presos políticos, al igual
que muchos de sus compañeros de
la Liga, no actuó desde compartimentos
estancos; siempre lo hizo teniendo la
solidaridad como arma, siempre estuvo
dispuesta a defender a todos los presos
del campo popular, sin distingos de credos,
ideologías o pertenencias partidarias.
A lo largo de toda su acción como
abogada, Teresa tuvo que enfrentar ataques,
amenazas y provocaciones de parte de las
fuerzas represivas”.
Así, como decíamos al principio,
mientras se reconocía en el mundo
entero la lucha de las mujeres, conmemorando
un día de reivindicación,
una de ellas era condenada por su militancia
y sus ideales; cercanos a la barriada
y sus colegas.
Fue así como “en la madrugada
del 8 de marzo de 1977 —continúa
el sitio—, una patota ingresó
al domicilio de la familia Israel en la
calle Campichuelo (…), quien oficiaba
de jefe adujo que existía una denuncia
para llevarse a la joven”. Más
tarde se supo que estuvo en cautiverio
en el Centro Clandestino de Detención
El Atlético, ubicado en Cochabamba
e Ingeniero Huergo, donde funcionaban
almacenes y depósito de la Policía
Federal y que operaba al mando del Primer
Cuerpo de Ejército (ver Nº
CONADEP 2579 Declaración Nº
1730).
Sus captores habrán pensado que
todo acaba allí. Que la desaparición
forzada de esta piba de 25 años
iba a atemorizar a su familia, a pesar
del dolor, y que sus amigos, colegas y
compañeros no iban a intervenir.
Según se relata, la ausencia de
la joven movilizó de inmediato
no solo a su familia, sino a militantes
del partido y otras organizaciones; por
no mencionar el incondicional recuerdo
que le reza la gente de Almagro y Villa
Crespo, que la vieron crecer.
Allí, “también floreció
la solidaridad de los vecinos comprometidos”,
reflexionan en Nuestrapropuesta.org.ar
y es sobre este punto que continúa
el recorrido por las calles almagrenses
por la vida y legados de esta joven abogada.
Se avecina una parada más que emotiva.
En Acuña de Figueroa 797,
dentro del local del Partido y Federación
Juvenil Comunista Sección 7, damos
con el centro cultural que lleva su nombre.
Un colorido e intervenido frente nos da
señales. Algo se gesta allí.
Algo con sentido comunitario. Las figuras
de manos en alto, banderas argentinas
y rostros fervorosos son una sutil mezcla
de alegría y resistencia. En la
esquina de Humahuaca y Acuña, rematando
la sensación, una frase como grito
de guerra reivindica: “Para todos
el pan Para todos la belleza Para todos
todo”. En esa misma ochava se luce
una placa en recuerdo de otra militante:
Inés Olleros.
Lo concreto es que allí jóvenes
se dan lugar para hacer actividades con
la gente del barrio y alrededores. De
este modo, en clave de homenaje, en el
sitio web del espacio cultural se pude
leer: “Querida Teresa tu lucha no
fue en vano! Las ideas revolucionarias
no desaparecen!”. Allí mismo
afirman: “En La Casa de Teresa tenemos
un colectivo cultural, formado por diversos
artistas que le dan vida a nuestro Centro
con sus propuestas. Varietés, obras
de danza y de teatro, recitales, charlas,
proyecciones, talleres”.
“Creemos en la interacción
e intervención del espacio público,
por eso desarrollamos actividades en las
calles y en la plaza de nuestro barrio”,
enfatizan. Es más, en su sitio
web suman: “En La Casa de Teresa
entendemos que hay que avanzar en la unidad
y articulación con las distintas
organizaciones del campo popular, por
eso formamos parte de la Asamblea Popular
de Plaza Almagro (la cual nuclea numerosas
agrupaciones zonales y a vecinos autónomos
quienes debaten comunitariamente las cuestiones
inherentes a la zona) y del Consejo Consultivo
de la Comuna 5 (el cual interactuará
con la Junta Comunal de Boedo-Almagro)”.
A su vez, dan cuenta de que están
en el proceso de conformar una biblioteca
popular para la gente del barrio. Y sobre
estos vecinos, apuntan a trabajar con
los más chicos a través
del proyecto “Aula Vereda”,
el cual ya va por su quinto año.
El proyecto educativo barrial, según
anuncian, se desarrolla los sábados
desde las 14 como “un espacio de
ayuda escolar y recreación para
los chicos del barrio. Es gratuito y para
todas las áreas de la escuela primaria.
A cargo de docentes y universitarios”.
A su vez, extienden la invitación
a todos aquellos que quieran sumarse dando
una mano para la continuidad de esta iniciativa.
En este nuevo aniversario, según
nos contaron integrantes del Teresa, entre
ellos la cantante Sabrina Bullones, vocalista
de Vitrola Envenenada, el 10 de marzo
se hará un festival -Varieré
en el Tere; los sueños de libertad
no desaparecen- con bandas, proyecciones
y muchas variedades más para recordar
tanto el día de la mujer como la
partida forzada de Teresa.
“Pasan los años y, quizás
cambia la gente, pero el espíritu
del lugar se mantiene, es un lugar por
y para el barrio de todos y para todos
en todo eso está Teresa presente
y ella peleó sin importar identidades
político-partidarias: peleó
como la gran mujer que fue y que es, por
eso acá estamos nosotros, tratando
de seguir si sueño”, enfatiza
Sabrina consultada por las motivaciones
que llevan a realizar este evento en recuerdo
de Israel y a seguir adelante con el proyecto
del centro cultural.
Treinta y cinco años más
tarde, como un eco en el tiempo y el espacio,
llega a nuestros días la vivencia
de Teresa, su lucha y sus convicciones;
también su historia en medio de
la gran historia que significó
la dictadura en Argentina. Aún
así, el esfuerzo cotidiano, bien
de barrio, de los jóvenes que al
día de hoy abren las puertas del
centro cultural que lleva su nombre nos
recuerdan la conocida frase que reza:
“Mucha gente pequeña
en lugares pequeños, haciendo cosas
pequeñas pueden cambiar el mundo”.
Y eso es como ella hubiera querido, y
por lo que tanto luchó.
Juan Manuel Castro
[email protected]
* Por resolución 32/142. La resolución
se aprobó tras la celebración
del Año Internacional de la Mujer
(1975), y del Decenio de las Naciones
Unidas para la Mujer (1976-1985), ambos
proclamados por la Asamblea. Más
en http://www.cinu.org.mx/eventos/observancias.htm
(esto es opcional, es solo para citar
la fecha exacta).
Revista El Abasto, n° 141 , marzo 2012.