De mística y reflexión
revolucionaria
En El secuestro
de Isabelita, obra de Daniel
Dalmaroni -dirigida por el mismo autor-
el foco está puesto en parte de
nuestra historia reciente nacional, previo
al golpe de estado del ´76. Analizando
así una etapa de nuestra historia
que pocas veces ha estado bajo la óptica
de nuestro teatro.
Parte de la idea de un grupo de jóvenes
militantes, integrantes de un grupo revolucionario,
que deciden secuestrar a María
Estela Martínez de Perón,
pero que con toda la mala suerte del mundo
terminan llevándose, en ese operativo,
a una mucama de la Quinta de Olivos. La
toman por error debido al parecido de
esta señora con Isabelita y encima
lleva puesta la misma ropa de la señora,
cuestión que no hace más
que profundizar la confusión; generándose
así toda esta situación
de enredo. Lo que por si fuera poco no
deja de ponerle más pimienta a
este asunto es que este personaje lleva
por nombre, el de Isabel, y además:
¡Pavón!
Partiendo desde este original disparate
inicial se dispara este argumento que
hace gala de un humor negro maravilloso;
prestándose, además, a una
serie de confusiones, tan típicas
de un género como lo es la comedia.
Uno de los puntos que permite una serie
de errores bastante complejos, y nada
ingenuos desde el sentido implícito
que posee esta propuesta, es el tema de
la identidad. En un momento dado, ya que
todos los integrantes de este grupo de
lucha armada usaban nombres de guerra
para llevar a cabo sus distintas misiones
llegan a un punto de confusión
tal que nadie sabe bien cómo se
llama; ni con quién está
o ha estado. Así se llega al extremo
de que nunca se sabe a ciencia cierta
quién es el otro. Al tener todos
estas identidades falsas, me pregunto,
¿hasta qué punto pueden
sostener lo qué creen que son?
pareciera que sugiere el autor en este
punto.
Es sumamente interesante también
como pone sobre el tapete este espectáculo
toda la enorme carga de convenciones formales
que poseían estos grupos; teniendo,
por momentos, una autodisciplina casi
militar.
No deja de llamar la atención tampoco
la candidez de estos ingenuos revolucionarios
que, mientras, tramaban operativos de
gran impacto para la política del
país, a un mismo tiempo, también
se preocupaban por tener buenas notas
en sus evaluaciones escolares. Y, sin
embargo, esto no fue una simple licencia
poética del autor ya que en más
de una ocasión esto era de este
modo en aquellas épocas.
La cercanía con el público
que hay en esta puesta introduce mucho
más al espectador en la historia
y no deja de ser, al mismo tiempo, una
forma simbólica de señalar
que el también, de una u otra manera,
fue parte de todo aquello que nos toco
vivir como país. Ayuda mucho para
esta sensación la elección
de la sala –el sótano del
Teatro Del Pueblo– la que contribuye,
y bastante, con crear ese entorno que
expele tanta clandestinidad, como esos
ambientes, imaginamos, donde puede haber
una persona secuestrada.
Por último, pareciera ser que esta
obra se propusiera reflexionar sobre como
puede producir ceguera una creencia política
cuando la misma se convierte en fanatismo,
impidiendo así ver la realidad
del asunto. Y algo de esto hay cuando
estos personajes llegan, luego de haber
abrevado a una disparatadísima
información que sostiene que Perón
no los echo a los Montoneros de la Plaza
de Mayo en su último gobierno,
como todos creen; llegando así
a esta idea –claramente, para el
espectador– debido a la enorme adoración
que sentían estos personajes por
la figura del General.
En suma, El secuestro de Isabelita es
una obra con muy buenas actuaciones; y
un excelente vestuario, que ayuda a reproducir
bastante fielmente la veracidad de la
época; y donde Ud, créame,
además, se va a divertir muchísimo;
sin por esto mismo, dejar de reflexionar.
Una propuesta inteligente… Para
ir.
Marcelo Saltal
[email protected]
FICHA TÉCNICA. Obra:
El secuestro de Isabelita.
Autor. Daniel Dalmaroni. Elenco: Ivana
Averta; Mariano Bicain; Gastón
Courtade; Gabriel Kipen; Sonia Martínez;
Juan Mendoza Celis; Daniela Nirenberg
y Daniela Zayas. Asistente de dirección:
Ariel Nesterczuk. Dirección: Daniel
Dalmaroni. Sala: Teatro Del Pueblo, Av.
Roque Saénz Peña 943, tel:
4326 – 3606.
Revista El Abasto, n° 144 , junio 2012.