Todo bicho que camina
El ahora –felizmente–
reconocido dramaturgo, escritor e historietista
Copi, nieto de Salvadora Medina Onrubia,
que falleciera de sida en el año
1987, en París, donde había
vivido casi toda su vida. Vuelve, otra
vez, a los escenarios porteños
y, en esta ocasión, lo hace de
la mano de la directora teatral Tatiana
Santana.
El texto en cuestión
al que me estoy refiriendo y que se ofrece,
hoy por hoy, en la cartelera porteña
es Cachafaz.
Aquella obra que Copi (Raúl Damonte
Botana) escribiera en el 81, desafiando,
un poco, a las dictaduras argentina y
uruguaya. El mismo, como el autor original
que era, había definido a este
material como una “tragedia en dos
actos y en verso”. Pero, ¿de
qué la va Cachafaz? Pues bien,
la historia transcurre en una conventillo
de la ciudad de Montevideo y allí
viven, en clara oposición a la
moral instituida, Cachafaz – personaje
vago, compadrón y cafishio–
y su pareja La Raulito, una suerte de
travesti, en un romance plagado de amor
y pasión, por lo que se puede ver.
Pero en el medio de todo esto está
la pobreza, la casi indigencia en la que
tienen que sobrevivir, tanto ellos como
ese grupo de vecinas con las que conviven,
y que miran con muy mala cara, desaprobando,
esa relación de amor y sexo de
estos dos hombres.
De este modo,
este espectáculo cuestiona no sólo
la discriminación por cuestiones
de género sexual sino que también
denuncia -haciendo pie en temas como lo
son el hambre y la pobreza- las injusticias
sociales. Pero, fiel a su estilo, este
autor además cuestiona, por la
forma en que fue escrita este texto, a
distintos géneros literarios. Así,
si bien la obra no es apta para oídos
pacatos –debido al gran uso de palabras
obscenas a las que apela; las que buscan
también, desde el modo de cómo
decir, desafiar a la moral imperante–,
aunque esta haya sido escrita en verso,
inscribiéndola a la misma en cierta
tradición literaria gauchesca.
Lo que nos remite a un texto central de
nuestra literatura nacional como lo es
el Martín Fierro. E, incluso, hasta
a ciertos textos de ese estilo que ostentaba
un joven Borges. Hasta pasar por el mundo
del sainete.
Otra de las cuestiones centrales de este
espectáculo es el enfrentamiento
que tienen los personajes protagónicos
con la policía. A los que terminan
asesinado, para luego carnearlos y comérselos.
Pero no sólo ellos, ya que harán
de estos actos de antropofagia, además,
de una cuestión de supervivencia
un movimiento social, al darles de comer
a todos sus vecinos, tan pobres como ellos.
Así se instaura, antropofagia de
por medio, una suerte de revolución
en estos seres oprimidos ante todo aquello
que los cercena socialmente.
En esta puesta
de Santana, hay músicos en vivo
y la presencia de muchas canciones, a
ritmo de murga –elección
bien a tono con este universo rioplatense–
y coreografías varias, las que
cumplen una función similar a los
coros de las tragedias griegas. Y los
personajes, bien llevados por sus actores,
seducen a la platea debido a esa cierta
animalidad esperpéntica que se
desprende de los mismos.
Si le interesa
indagar en el mundo de Copi esta propuesta
es para usted.
Marcelo Saltal
[email protected]
FICHA TÉCNICA.
Obra: Cachafaz.
Autor: Copi. Elenco: Emilio Bardi, Claudio
Pazos, Rosario Albornoz, Andrés
Granier, Catalino Lescano, Marcelo Lirio,
Natalia Olabe y Pilar Rodríguez
Rey. Músicos: Joel Maiante, Pablo
Martínez y Eugenio Nicolás
Sánchez. Música original:
Rony Keselman. As de dirección:
Giselle Refrancore. Coreografías:
Mecha Fernández. Dirección:
Tatiana Santana. Sala: Teatro del Sur,
Venezuela 2255, tel.: 15-6104-7266.