¿Podas descontroladas?
Kiernan y la tala
La columna de ecología
tiene hoy dos “columnas”.
El autor (Luis E. Sabini Fernández)
se permitió abordar una cuestión
que no es ecológica, porque no
corresponde aplicar la manida frase, ecológica
de que “todo tiene que ver con todo”.
Tratar el tema,
al menos abordarlo, de qué pasa
con el amor, y los frutos del amor, nuestros
bebitos. Sin agotar semejante cuestión,
ni mucho menos, presentar dos “vidas
paralelas”… ¿paralelas?
(ir a nota)
Y presentar una
cuestión, ésta sí,
mucho más vinculada con lo ecológico,
que ya hemos abordado alguna vez, porque
se trata de un mal endémico porteño,
por lo visto, que hemos abordado en los
números de El Abasto 5,
16 y 19.
Y que ahora abordamos,
transcribiendo las contundentes palabras
de Sergio Kiernan, un periodista conocedor
de la ciudad y de su calidad de vida,
que retomamos con el título que
el autor le puso:
LA TALA
Es un capítulo de “Milagro
en el CAAP”, publicado en m2, Página
12, el 8 de agosto de 2012.
(Kiernan pasa revista a “las tareas”
del Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales
de la CABA).
“Otra mala noticia es que el gobierno
porteño anda destruyendo árboles
de modo salvaje, sin la menor técnica.
Sucede que el «servicio» fue
tercerizado a empresas que obviamente
no saben o no tienen interés en
cuidar árboles, apenas en cortarlos,
y que para peor cobran por árbol
intervenido, con lo que no se salvan ni
los ejemplares demasiado jóvenes.
La barbarie resultante es notable, con
palos borrachos serruchados de mala manera,
ficus pelados hasta el tronco y arbolitos
de un año o dos con la copa cortada,
casi una garantía de muerte.
”Observar el trabajo de estas cuadrillas
es casi morboso. Sin ningún tipo
de equipos especiales, los operarios se
asoman al árbol apenas con una
escalera de metal y cortan a partir de
ahí. Quien alguna vez haya podado
un árbol sabe que es una mutilación
delicada, más de «puntas»
que otra cosa y que las ramas jamás
se cortan desde su nacimiento en el tronco,
excepto si se las quiere eliminar. Pues
Buenos Aires exhibe ahora decenas de muñones,
troncos ya sin ramas.
”Quien quiera protestar que se prepare
para el surrealismo municipal. Una vecina
de lo que alguna vez se llamaba Barrio
Norte llamó a la Comuna 2 para
advertirles del pésimo trabajo
que realizan los podadores y pidió
hablar con su presidente, Facundo Carrillo.
No hubo caso, pero sí pudo hablar
con su secretaria, Sol, funcionaria con
un estilo verbal llamativo. «Ay,
amor, cuánta queja», fue
una frase, y «mamita, todos llaman
para pedir podas y vos para pararlas»
fue otra. Cuando la señora que
llamaba pidió un trato más
formal, Sol explicó que «hay
que tener buena onda».”
Fotos, que complementan el aporte de Adriana
de Almagro, publicado el mes pasado: 1
Frente a nuestra redacción, Humahuaca
al 3500, árbol mutilado y aún
así, “con los dedos en ve”.
2 Bajando por Avellaneda, casi Donato
Álvares. 3 Guardia Vieja, pasando
Medrano. 4 y 5 nuevamente cerca de la
redacción, Humahuaca y S. de Bustamante.