Con toda la carne en la
parrilla
El mito bíblico de
Salomé, fue retomado por el prestigioso
teatrista Mauricio Kartún para ser
llevado a escena partiendo, en este caso,
un poco, de la versión teatral que
escribiera sobre esto mismo Oscar Wilde.
Pero Kartún lo traslada a nuestra
Pampa argentina, así el mito de Salomé
derivó en esta Salomé
de Chacra (estrenada en el
Teatro San Martín para pasar, como
esta ahora, al Teatro Del Pueblo). Lo bíblico
permutó así en cierta cosa
gauchesca. Y ya desde su génesis,
incluso. Al punto tal, que esta idea se
le ocurrió a Kartún caminando
por los alrededores de Villa Giardino y
confundiendo, en ese paseo, en un simple
pizarrón de un negocio de la zona
la inscripción “Salame de chacra”
por “Salomé de Chacra”.
Este fue el primerísimo punto de
partida para esta deliciosa obra que se
destaca, lógicamente, de la cartelera
actual.
Acá la bella y seductora Salomé
proviene de estudiar Letras en Londres,
aunque hable en francés en más
de una ocasión –probablemente,
para intensificar aún más
hablando en esa lengua, que se supone es
el idioma del amor, su carácter de
femme fatale, y quizá, también,
para señalar todavía más
la enorme carga de influencia cultural europea
que desde casi siempre asola nuestro país–,
y viene a vivir con su madre la Cochonga
y su padrastro, hermanastro de su padre,
Herodes, a los campos de La Pampa.
Estos personajes más la presencia
de Gringuete, un simple peón, que
funcionará un poco como un coro griego;
será testigo de la tragedia para,
luego, convertirse en un mártir,
producto de la ira de sus patrones. Porque
por más que el enorme basamento de
este relato parta de la historia de la bella
Salomé y su capricho de amor por
Juan, El Bautista, que terminará
con su cabeza cortada y sobre una bandeja
de plata, no dejará de ser esta también
una historia que muestra la antinomia entre
la rancia y despiadada aristocracia rural
–representada, en esta caso, por el
personaje de Herodes– y la peonada,
los marginales, los obreros.
Esta obra de Kartún dialoga, de este
modo, un tanto con obras fundantes de nuestra
idiosincrasia nacional como lo son El matadero
y La cautiva, de Esteban Echeverría
generándose, en este espectáculo,
una suerte de farsa trágica repleta
de símbolos y lleno de metáforas
al respecto.
No será nada inocente que esta Salomé,
en el medio de La Pampa, incitando el deseo
de todos los hombres no busque cuerpos sino
palabras –que es lo único que
la erotiza–, ya que el poder de la
palabra es tal que no puede romperse. Y
tal elección no puede sorprender
proviniendo esta obra de un autor tal como
Mauricio Kartún que si algo lo caracteriza,
y cada vez más, como dramaturgo es
la enorme potencia y frondosidad que suele
hacer del uso minucioso de la palabra.
En el centro de la escena estará
el aljibe, donde en el fondo yace, castigado,
encerrado, por Herodes, a modo de castigo
ejemplificador para el resto de la peonada,
Bautista; quien, desde esa soledad y sombra
de la palabra misma no se callará
para nada; más bien todo lo contrario.
Emergerá así, desde ese pozo,
vociferando por la libertad, la igualdad
y la revolución. Hostigando potentemente,
en contra de los valores consagrados como
lo son la familia, Dios y la propiedad.
Sólo escucharemos su voz, que se
negará a ser víctima del deseo
voraz de Salomé; la que al ser rechazada
buscará venganza.
Con una escenografía coronada de
flores, cabezas de animales y velas –¿quizás,
preanunciando el tono trágico de
esta historia?– que remite a cierta
santería popular gauchesca con una
enorme contundencia, esta es una obra que
si por algo se destaca, entre otras cosas,
es por la preeminencia que hace del discurso
como recurso de la escena. Y, también,
por la enorme pasión interpretativa
puesta por todo el elenco en esta puesta
de Salomé. Por todo esto, no se lo
puede perder; vaya.
Marcelo Saltal
[email protected]
FICHA TÉCNICA. Obra:
Salomé de Chacra. Autor:
Mauricio Kartún. Elenco: Manuel Vicente
– Stella Galazzi – Lorena Vega
– Oski Guzmán. Dirección:
Mauricio Kartún. Sala: Teatro Del
Pueblo, Av. Roque Saénz Peña
943, tel.: 4326 – 3606.