Somos varios los pelotudos
La revista Brando de La
Nación publicó una interesante
entrevista a Ricardo Darín que
en lugar de centrarse en sus películas
se muestra muy preocupado por la tensión
que vive el país entre quienes
defienden el modelo que lleva adelante
la presidenta Cristina Fernández
y los “anti K”. A Darín,
al igual que venimos planteando sucesivamente
en estas editoriales, le preocupa que
el gobierno nacional no parece aceptar
críticas. Eso parece convertir
al cuestionador en “enemigo”.
Y sin ser gorila.
La nota -firmada por Pablo Perantuono-
levantó revuelo porque en un lugar
dice que “quisiera que alguien me
explicara el tema del crecimiento patrimonial
de los Kirchner. ¿Cómo no
se les cae la cara de vergüenza?
¿Cómo puede ser?”
Y es verdad que ahí reprodujo una
zoncera con la que diariamente nos bombardean.
Como dijo Federico Luppi, demostró
ser un buen “pelotudo”. Cuestión
que con grandeza Darín acepta.
Nadie es perfecto.
La verdad es que el patrimonio de Cristina
Fernández (o “los Kirchner”)
no es un secreto y se puede analizar con
sus declaraciones juradas anuales (que
algunos medios incluso llegan a publicar).
Y, por ahora, jamás se les ha encontrado
nada fuera de lo normal.
¿¡Que dice Ud. lector!?,
¿qué creció su fortuna?
¡Claro! Este sistema trata justamente
de eso, de hacer crecer las fortunas.
Primero el dinero, luego la gente. Los
activos (las rentas) de ella son gigantescos.
No hay corrupción, hay “capitalismo
con rostro humano”.
La nota a Darín es interesante,
por ejemplo, el planteo de la necesidad
de expresar amor, desinteresado, de unión,
de ayudar... Y, como decía al principio,
de dejar las cosas en claro: “Esta
es una guerra entre poderes. Yo creo que
está bien que haya una ley de medios,
yo creo que está bien que no haya
un pulpo que se quede con todo. Lo que
no comparto tanto es que esté todo
direccionado a combatir un aspecto nada
más y no se considere el resto
del panorama. O que se esté beneficiando
a otro sector para convertirlo en el sustituto
del monopolio que vos querés combatir.
Lo que no me gusta es la demonización,
la caza de brujas.”
Y es claro que, hablando de prensa, se
viene privilegiando otro sector. Por ahora
no se ve más que en el discurso
el deseo de muchas voces, en la práctica
notamos “amigos” alineados
y costosos.
Y “caza de brujas”... Te tocó,
Darín. Y pensar que hace poco para
muchos eras “K”.
La carta de respuesta
de nuestra presidenta a Darín es
respetuosa, si bien no aclara lo de su
patrimonio (para eso, insisto, están
las declaraciones juradas). Pero hay un
párrafo maquiavélico que
saca a relucir el tema de la compra de
un vehículo para discapacitados
por parte del actor en el año 1992,
por lo que tiene digamos “una mancha
en su legajo”. Él dice que
lo estafaron, que lo pagó y que
se lo sacaron y nunca recibió nada
a cambio porque no estaba a su nombre.
De todos modos poco importa si fue una
chantada o cayó como un perejil
aquella vez. Acá lo que nos interesa
resaltar es (si bien la presidenta tiene
todo el derecho del mundo en contestarle
al actor con una carta que se hace pública)
señalar cómo recurrentemente
se utiliza la misma estrategia. Cuando
somos amigos, nadie recuerda nada malo.
Ahora, si nos peleamos entonces sí,
siempre fuiste mala yerba. De “Moyano
compañero” a “Moyano
entreguista de la Triple A”. Y eso
no une. Es parte de la democracia poder
expresarse, e incluso meter la pata.
Creo que con Darín compartimos
el agradecimiento a estar viviendo un
modelo incluyente. Sin embargo, por más
que uno realmente crea que nuestra presidenta
hace todo lo que está a su alcance
-y encima con viento en contra de una
oposición que raya lo criminal-
falta mucho por hacer en ajustes de cuestiones
que hacen a los derechos básicos
de todo ser humano: alimento sano, vivienda
digna, sistema penitenciario saneado,
y un largo etcétera. Así
que nos reservamos el derecho para no
comprar toda la “cajita feliz”
que encima incluye muñequitos de
la Barrick Gold y Monsanto.
Rafael Sabini
[email protected]